Enrollarse con un familiar sin tan siquiera saberlo. Puede
parecer una locura pero no lo es, al menos en Islandia. En un país de unos
300.000 habitantes en el que la mitad de ellos vive en la capital, Reikiavik,
no parece raro que al final todas las personas pertenezcan a unas cuantas
familias.
Por eso los islandeses son muy cautos a la hora de estrechar
relaciones. Antes de ligar con alguien conviene cerciorarse de que no sea un
primo o un tío lejano. Además de la escasa población, hay que sumar la
dificultad de que los isleños árticos no tienen un sistema de apellidos como el
de la mayoría occidental y resulta complicado establecer una línea genealógica.
Para entendernos; un niño nace y le ponen un nombre, por ejemplo Jón. En cuanto
al apellido, no se hereda de los padres como ocurre en muchos países europeos;
sino que se forma con el nombre del padre seguido de la palabra “hijo” (sson) o
“hija” (dottir) detrás. Es decir, si Jón es hijo de Gustaf, el chico se llamará
Jón Gustafsson, mientras que su hermana Ölof será Ölof Gustafdottir.
Para poder tener claro quién pertenece a una familia o a
otra, estos habitantes cuentan con una herramienta única: el Íslendingabók. Se
trata de una base de datos, sólo escrita en islandés, que contiene información
genealógica de todos los ciudadanos y residentes legales que cuentan con la
identificación del país, denominada ‘kennitala’. Este libro cuenta con
informaciones que se remontan a los primeros asentamientos en la isla, hace
aproximadamente 1.200 años.
El proyecto se creó con la colaboración de un laboratorio de
investigación especializado en genética médica, deCODE; y el empresario
informático islandés Friðrik Skúlason, y reúne todos los datos de registros que
existen en el país: censos nacionales, datos de la Iglesia Nacional de
Islandia, registros civiles de habitantes, libros históricos sobre las
ocupaciones islandesas, listas nacionales de descendientes… entre otros.
Un trabajo muy laborioso que los gobiernos de la isla se
empeñan en seguir manteniendo al servicio de los ciudadanos. La última
iniciativa, muy bien acogida en la sociedad, ha sido una aplicación en Facebook
para que los islandeses puedan acceder más fácilmente al libro y realizar una
búsqueda más rápida de los datos que les interesen.
Según explica Margrét Hugadóttir, natural de Reikiavik y
profesora de Ciencias Naturales en un instituto, esta base de datos “es única y
tiene un gran valor para todos los islandeses” porque es la forma en la que
muchos pueden encontrar sus raíces y ver de qué colonia procede su familia. Y
es que muchas personas en Islandia tienen raíces extranjeras; como ella misma
sin ir más lejos; y por su particular sistema de nombres, resulta difícil
encontrar a más de cuatro descendientes directos. La demografía islandesa
sufrió un golpe durísimo entre los siglos XVIII y XIX. Muchos huyeron de la
isla debido a los colapsos en sus cultivos después de que en 1783 el volcán ‘Laki’
entrara en erupción.
Sus efectos fueron devastadores durante varios años que se
conocieron como “Las Penurias de la Niebla”: más de la mitad de los animales
murió y, como consecuencia de las posteriores hambrunas, un cuarto de la
población aproximadamente falleció por inanición. A raíz del desastre, muchos
supervivientes cruzaron el charco rumbo Estados Unidos y Canadá, mientras que
otros se asentaron en países europeos vecinos.
La docente Margrét Hugadóttir explica que, efectivamente, la
población más joven utiliza el Íslendingabók para encontrar a parientes
desconocidos. “Yo tengo muchos familiares que se fueron a Canadá y al volver a
su tierra natal las posteriores generaciones, nos encontramos gracias al
libro”, cuenta a este diario.
Según la información de deCODE, la mayoría de los islandeses
están relacionados en su 6ª y 8ª generación. No es de extrañar entrar a un bar
en Reikiavik y ver cómo los jóvenes consultan en su smartphone el nombre de la
persona con la que quieren ligar. Hugadóttir cuenta que muchos lo hacen por
diversión, pero que es habitual mirarlo antes de tener un encuentro más íntimo
con alguien.
Además de ver la relación directa entre familiares, el
Íslendingabók contiene datos estadísticos de cada familia como su tamaño, los
nombres más comunes o cuál es la persona más longeva. Una forma única de
conocer realmente bien sus orígenes.
Paloma Esteban para El Confidencial
http://www.elconfidencial.com/mundo/2014-08-30/asi-evitan-en-islandia-liarse-con-un-familiar_182549/
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