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viernes, 19 de abril de 2013

Relaciones de pareja

El brillo de la felicidad suele iluminar a las personas que acaban de iniciar una relación de pareja. Al principio del compromiso, las emociones positivas nos inundan haciéndonos relativizar ciertos aspectos sobre la idoneidad o la compatibilidad de una pareja, y que a la larga podrán convertirse en motivo de ruptura. Para evitar el sufrimiento de pasar por estos malos momentos, la coach en relaciones de pareja y autora de Infidelity and Marriage. Deal Breaker or Wake-Up Call? Rita Watson ha recopilado una serie de consejos que “nos protegen contra los desengaños”.
 
Las relaciones, al igual que la vida, dice Watson, no son más que una sucesión de momentos buenos y malos que sólo se podrán decantar en favor de los primeros “si existe un verdadero compromiso entre ambos miembros de la pareja”. Identificar las señales que preceden a un desengaño amoroso ahorrará tiempo y decepciones sentimentales. Asimismo, ayudará a corregir errores y a construir una relación feliz.
 
No mantengas la esperanza de cambiar los aspectos negativos de tu pareja
 
Cuando se hacen planes de futuro pueden surgir divergencias entre las intenciones de uno y otro miembro de la pareja. En ocasiones, se pasan por alto apelando a la esperanza de que, con el tiempo, se influirá en el otro hasta cambiarlo y llevarlo a nuestro terreno. Esta actitud puede ser útil para salir al paso, pero a la larga no creará más que conflictos y empeorará las cosas. Para Watson, la comunicación es esencial y cada uno debe poner sus cartas sobre la mesa sin más intención que dejar claras sus preferencias y su ideal de proyecto de vida.
 
Si alguien te dice que no se imagina viviendo en pareja, que es una persona independiente y que nunca piensa casarse, mientras que para ti lo es todo formar una familia y tener hijos, explica Watson, “toma una decisión sin pensar que vas acabar convenciéndolo de hacer lo que tú quieras. De lo contrario, solo se conseguirá que ambos acaben sufriendo”. Aceptar la forma de pensar de la persona que está a nuestro lado, sus metas y objetivos, es el primer paso para construir una relación duradera y feliz.
 
Básate siempre en la confianza y resuelve cualquier duda
 
La desconfianza es incompatible con la felicidad en el seno de una pareja. Watson recomienda confiar en los instintos y si resulta que “estás inquieto por alguna cuestión, debes hablarlo, cerciorarte de lo que ocurre y luego decidir si seguir adelante o no”. Por otra parte, es necesario aclarar cualquier cambio en los sentimientos que se profesen hacia los demás. Si surgen las dudas, lo mejor es admitirlo y discutirlo con la otra persona. La conversación es la mejor herramienta para saber realmente lo que se quiere y lo que realmente se espera de uno.
 
La confianza solo se cultiva llevando siempre la verdad por delante. Por eso, las mentiras, por pequeñas o piadosas que parezcan, son el peor enemigo de una pareja.
 
Si no hay reciprocidad no prolongues la agonía
 
Saber saborear los buenos momentos es tan importante para alcanzar la felicidad en pareja como saber despreciar los malos. Revivir los episodios de alegría ayuda a afrontar los baches por los que inevitablemente pasará cualquier pareja. Mostrarse felices y positivos es imprescindible para que la relación tenga éxito, por lo que si uno de los miembros de la pareja se muestra desganada e infeliz continuamente, posiblemente, no funcionará y no reconocerlo solo alargará la agonía. La estabilidad de las parejas y el éxito de las relaciones afectivas en general residen en la reciprocidad de las actitudes positivas entre ambas partes.
 
Potenciar la gratitud
 
Ser agradecidos y reconocer los buenos gestos de la pareja ayuda a reforzar los lazos de cariño. Además, al expresar efusivamente los agradecimientos, se potenciarán más este tipo de gestos y se harán con más afabilidad. Nunca debemos cansarnos de dar las gracias aunque con el tiempo haya muchas cosas que se den por sentadas. Puede ser conveniente realizar una lista con los aspectos que más gustan y disgustan de la pareja para que cuando actúe de una u otra manera se le haga saber.
 
Asegúrate de que es tu mejor amigo
 
La mejor forma de saber si alguien es el amor de tu vida, explica Watson, consiste en “asegurarte de que es tu mejor amigo”. El tiempo y la convivencia significan desgaste y la pasión pierde intensidad. En cambio, si se comparten aficiones y gustos, penas y alegrías, el vínculo siempre se mantendrá intacto.
 
Leído en elconfidencial.com