La zona de especial sensibilidad erógena por excelencia, por
todos buscada pero por pocas hallada, no existe. Así lo ha afirmado un equipo
de médicos italianos en un estudio publicado en la revista Nature. La
legendaria zona en la que supuestamente se localizaba el centro del placer
femenino resulta ser un mito. Sin embargo, no todo está perdido. Según estos
mismos investigadores han descubierto otra región erógena, que han bautizado
como clitourethrovaginal complex (CUV), que produciría también un gran placer
sexual.
El CUV, que dicen haber localizado gracias al uso de
modernas técnicas de imagen, tipo ecografías durante el acto sexual, comprende
el clítoris, la uretra y la pared vaginal. Una zona que si se estimula
adecuadamente durante la penetración podría inducir a una intensa respuesta
orgásmica, como aseguran los autores en las conclusiones de dicha
investigación.
Los resultados de la investigación han sido avalados
gráficamente por lo que el autor principal de la investigación, Emmanuele A.
Jannini, espera “que se zanje el debate sobre dónde está realmente el punto G”,
según declaró a varios medios especializados. Se trata de algo mucho más
complejo que un simple punto “fantasmagórico”, zanjaba.
Una región erógena más amplia
Las teorías entorno al punto G se remontan a finales de los
años 40, cuando dos ginecólogos llevaron a cabo un estudio tan detallado de los
órganos sexuales femeninos que sus hallazgos les harían pasar a la historia,
como se recoge en el artículo todo lo que debemos saber sobre el punto G. Entre
las muchas partes de la anatomía de la mujer que llamaron su atención, el
exiliado alemán Ernst Gräfenberg y el estadounidense Robert Dickinson repararon
en una zona de especial sensibilidad erógena, “situada en la superficie
suburetral del muro vaginal anterior” y que se hinchaba durante el orgasmo.
Sin saberlo, habían realizado uno de los grandes hallazgos
del siglo XX: el punto G, que no recibió dicho nombre hasta los años 80, cuando
la sexóloga Beverly Whipple identificó una zona en la que el 90% de las mujeres
estudiadas sentían una mayor sensibilidad sexual, tal y como explicó en el
superventas El punto G y otros descubrimientos sobre la sexualidad humana
(Neo-Person). Gräfenberg, no obstante, tuvo que conformarse con que su inicial,
la “g”, diese nombre al punto más buscado por los hombres de todo el planeta.
Ahora, los médicos italianos han negado su existencia tal y como se concibió
hasta ahora el punto G.
Los investigadores también comprobaron que en la zona
denominada CUV existían unos marcadores químicos que procesan las sustancias
responsables de la excitación. Asimismo, en investigaciones previas dirigidas
por el doctor Jannini, se había determinado que el tejido que se encuentra
entre la uretra y la vagina es más grueso en las mujeres que decían haber
experimentado una excitación del punto G.
Con el desarrollo de este nuevo mapa de las zonas erógenas,
los investigadores esperan ayudar a evitar daños en los genitales femeninos
durante los procedimientos médicos y quirúrgicos, pues dicen haber ampliado en
gran medida el conocimiento de su anatomía y fisiología.