Soy una de esas mujeres que odia depilarse. No sé si hay muchas por ahí fuera, pero sospecho que sí. Desde el primer día en que, siendo adolescente, decidí que tenía que deshacerme de los pelos en piernas y axilas, he vivido la depilación como una tortura. Una pérdida de tiempo que, además, me acarreaba sufrimiento. Un sinsentido, vamos. Pero tampoco le daba más vueltas. Al fin y al cabo, soy mujer, así que tengo que depilarme, ¿no? ¿Acaso me queda otra opción? Durante mucho tiempo pensaba que no, así que simplemente intenté minimizar mis épocas de sufrimiento al máximo. Opté por no depilarme en invierno. Total, iba bien tapadita, nadie me veía... Así que, sí, ahí empecé a darme cuenta de que me depilaba por lo demás, porque era lo que se esperaba de mí como mujer. Disfrutaba de mis piernas peludas durante el invierno y me sometía a una tortura casi semanal en verano.
Soy una mujer muy peluda, sí. Tengo la piel muy blanca y los vellos muy negros. Mis piernas y mis axilas son verdaderas selvas. Sé que hay mujeres con poco vello, mujeres que se depilan muy de vez en cuando y que tienen el vello rubio y fino. Pero no es mi caso, así que eso de disimular y hacer como si el vello no estuviera ahí no da resultado. Además, vivo en Málaga, el clima es caluroso buena parte del año y la playa está ahí para disfrutarla...
Tras 7 meses sin depilarme, disfrutando de mis selvas negras, el tiempo empieza a apremiar. Hace sol. Hace calor. El verano se acerca. ¡Noooooooo! Empiezo a necesitar llevar faldas cortas y camisetas de tirantes. Empieza, un año más, esa época en la que me debato entre mis deseos y necesidades y los deseos y necesidades de la sociedad en la que vivo. Este año me lo estoy planteando en serio. ¿Me depilo o no? Soy muy consciente de que yo no quiero, de que si dependiera de mí, no lo haría. Pero... ¿depende realmente de mí? Lógicamente, puedo hacer con mi cuerpo lo que quiera, pero no quiero que salir a dar un paseo se convierta en una quimera, no quiero tener que rechazar planes por querer esconderme. Porque, sí, lo admito, no estoy preparada para escuchar las críticas ni para soportar las miradas. No soy una revolucionaria. Aún.
¿Cómo hemos llegado a esta situación? Pensándolo fríamente, me parece asombroso cómo hemos llegado a un punto en el que una mujer que no se quita sus propios pelos, los pelos que le crecen sí o sí, sea un especimen raro. No estoy juzgando a las millones de mujeres que se depilan porque quieren (aunque habría que ahondar para saber por qué quieren), pero sí estoy criticando que hayamos llegado un punto en el que no hay elección. No podemos elegir si nos depilamos o no. Se da por hecho. Y punto.
Últimamente he leído algunos artículos en internet en el que las mujeres reivindican su derecho a no depilarse el vello púbico. Estamos viendo, poco a poco, cómo se está imponiendo también la normalidad de depilarse el pubis. Yo por ahí no paso, eso sí que no, pero supongo que en unos años será también la norma. Leo por ahí que los chicos lo demandan, que quieren a las mujeres sin pelos en su sexo. Pues bien, me importa poco lo que demanden esos chicos. No me interesan.
Sin embargo, tras un búsqueda bastante extensa por internet (tanto en español como en inglés), no he encontrado casi ningún artículo en referencia a la no depilación de piernas y axilas. Sí leí multitud de artículos sobre Emer O'Toole, una periodista irlandesa que estuvo sin depilarse durante 18 meses. Estos son otros posts que encontré sobre el tema:
- No, no me depilo.
- No me depilo más.
- What to expect when you stop shaving (Qué esperar cuando dejas de depilarte).
- Why I don't shave my legs (Por qué no me depilo las piernas).
- I have never shaved my legs, so what? (Nunca me he depilado las piernas, ¿y qué?).
También hay algunos grupos en Facebook en los que las mujeres muestran sus axilas sin depilar y hace tiempo que oí hablar de un documental, Pitstache, sobre este tema, que creo que actualmente sigue en producción.
Pero la no depilación sigue siendo un tabú. Un tema del que no se habla. Del que no se quiere hablar. Por eso me he decidido a escribir este artículo, porque creo que hay que visibilizarlo, que hay que hablarlo, que las mujeres tenemos que volver a tener opciones sin tener que hacer una revolución. Que las mujeres tenemos que saber que tenemos la elección, que la depilación no es una obligación que viene con el hecho de ser mujer. Que las chicas adolescentes, cuando empiezan a tener vello, tienen que saber que pueden elegir, que ellas deciden si quieren o no depilarse. Que ambas opciones son válidas. Hoy en día, lógicamente no es así. Me ha sido casi imposible encontrar fotos de mujeres con las piernas sin depilar (axilas sin depilar es más sencillo) y por eso pongo aquí las mías, para que las piernas velludas y femeninas salgan a la luz, para que se vean.
Cuando le pedí a mi novio que me hiciera las fotos, se negó. Creo que no quería que hiciera públicas mis piernas peludas. Bastante tenía él con aguantar el plan... jajaja! Tuvimos una conversación muy interesante y a los pocos segundos reconoció que se equivocaba y accedió a hacerme las fotos. Me dijo que esas fotos eran un atentado contra la estética. Estoy de acuerdo. Son un atentado contra la estética, contra la imagen de la belleza femenina que tenemos ya integrada en nuestra cultura y en nuestra sociedad. Esa misma imagen que quiero cambiar, simplemente porque no es real. Las mujeres tenemos pelos en las piernas. Tenemos pelos en las axilas. Y en el pubis. Y en mil sitios más. Somos peludas. Igual que los hombres. Algunas menos, otras más. Y eso es real. Una realidad que las mujeres, presionadas unas por otras, nos empeñamos en esconder.
Aún no sé si este año volveré a sucumbir a la presión, si volveré a depilarme. Aún no lo he decidido, pero soy muy consciente de que si finalmente lo hago, será por los demás, y que eso me aleja de mí misma. El póster que publico en mi blog explica muy bien todo lo que pienso sobre la depilación. Es una obra de Nina para The Feminist Poster Project.
Paloma Goñi para El Huffington Post
Encontré de casualidad este artículo y puedo estar de acuerdo con lo que dice esta chica porque intento ponerme en el papel de todo el mundo, pero yo, lo siento mucho, no saldría con una chica con ese aspecto ¡nunca!...