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jueves, 23 de febrero de 2012

Conciliación de la vida laboral y familiar

Extracto de la entrevista a D. Ignacio Buqueras y Bach, Presidente de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles (ARHOE), que aboga por la conciliación de la vida personal, familiar y laboral, logrando unos horarios más racionales que nos permitan disfrutar de nuestros hijos y cultivar el ocio, la cultura y la vida en pareja.

¿Cuál es el fin de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles?
Sensibilizar a la sociedad española sobre la necesidad y las ventajas de unos horarios más racionales e indicar las líneas de actuación para que este importante cambio se efectúe lo antes posible. La Comisión Nacional, que presido, tiene 107 miembros, hombres y mujeres que representan a otras tantas entidades e instituciones: Ministerios del Gobierno Central, gobiernos de las comunidades autónomas, universidades, organizaciones sindicales y empresariales, fundaciones, asociaciones en defensa de la mujer, de las personas mayores, de los consumidores...

¿Cuál es su propuesta para racionalizar los horarios?
En primer lugar, considero que una sociedad del siglo XXI tiene múltiples horarios, y por otra parte, defendemos la libertad de los usos horarios. Dicho lo anterior, proponemos que, de lunes a jueves, la jornada laboral comience entre las 7:30 y las 9:00 horas y finalice entre las 16:30h y las 18:00h, con un descanso al mediodía de 45 a 60 minutos, tiempo suficiente para almorzar e incluso para echar una breve siesta, y que los trabajadores dispongan de la tarde del viernes libre.
Aconsejamos un desayuno fuerte entre las 7:00 y las 8:30 horas; un almuerzo ligero, entre las 12:30h y las 14:00h; y una cena suficiente entre las 19:00h y las 20:30h. De la misma manera, creemos conveniente levantarnos entre las 6:00 y las 7:30 horas, y acostarnos entre las 22:30h y las 24:00h. Todo ello, reitero, en un contexto de flexibilidad y libertad de horarios.
También pedimos que las cadenas de televisión adelanten su programación –sugerimos que los noticiarios se emitan de 19:00 a 20:00 horas y que los programas de máxima audiencia terminen antes de la medianoche-, así como los cines y otros espectáculos; que exista una mayor consonancia entre los horarios escolares, comerciales y los laborales; que se dé preferencia en los centros de enseñanza a la cercanía de domicilio de los alumnos; que las empresas ayuden a los trabajadores a que su vivienda esté próxima al lugar de trabajo; que se mejore el transporte público; y que se desarrolle una política realista de guarderías y centros de día para personas mayores y/o dependientes.

Pero hay personas que se quedan siempre más tarde…
En otra época, la sociedad premiaba al que estaba once horas en el trabajo y hay que penalizarle porque denota poco respeto para los colaboradores y poca capacidad de organización. Los eurodiputados ven cómo a las seis de la tarde los traductores se levantan y queda todo paralizado. Normal. A un direcivo español de banca le ficharon para un banco suizo en Ginebra. Sus compañeros se iba a las cinco y él, creyendo que ganaba puntos, estaba hasta las siete. A la semana le llamo el director y le dijo: “Nos hemos equivocado con usted. Mientras sus compañeros hacen su trabajo con normalidad y bien, usted precisa de dos horas más y nos genera problemas con los sistemas de seguridad y de limpieza: O rectifica o tendremos que tomar una determinación”.

Destacan la importancia de conciliar vida personal, familiar y laboral. ¿Cómo se logra esto con el ritmo de vida actual?
Resulta francamente difícil, por no decir imposible. Por eso defendemos la racionalización de nuestros horarios. Si saliéramos a las cinco o a las seis de la tarde, nos quedarían unas horas libres para cultivar aficiones, estar con los hijos, hablar con la pareja y pasar más tiempo en casa.

También se muestran preocupados por los horarios infantiles. ¿Qué debemos cambiar al respecto?
Nuestros hijos, niños y adolescentes, sufren las angustias y las dificultades de sus padres para conciliar familia y trabajo. Considero fundamental que los padres dediquen un tiempo suficiente a sus hijos, sea cual sea su edad: que hablen con ellos, que les ayuden en los deberes y en el estudio, que compartan ratos de juego, que despierten su interés por la música, la literatura, el arte, la naturaleza... Pero ¿cómo se puede conseguir eso con unos horarios que apenas nos permiten ver a nuestros hijos y que hacen que, cuando los vemos, estemos tan cansados que no tenemos ganas de nada?
Desde la Comisión Nacional hemos advertido que no es bueno agotar a los menores con un exceso de actividades extraescolares; que, siempre que sea posible, uno o los dos progenitores han de estar con sus hijos a la hora de la merienda, de hacer los deberes, de ver la televisión; que es conveniente que controlen el tiempo que permanecen ante la pequeña pantalla o el ordenador y, sobre todo, que sepan lo que están viendo sus hijos y con quién se conectan; que los niños y adolescentes duerman de forma suficiente y regular, y comer de manera saludable... También considero fundamental enseñarles, ya desde pequeños, a saber usar el tiempo, porque solamente así tendrán una vida feliz.

A ver si toman nota nuestros políticos y se dejan de marear la perdíz y de tantas tonterías...