¿Quién no ha nadado hasta más allá de la boya para conseguir su balón de Nivea? ¿O lo ha intentado al menos? Pareciera que la mítica pelota se inventó en la costa española a finales de los setenta, cuando caían de avionetas ante la locura generalizada. Pero la historia del balón azul arrancó mucho antes, a mediados de los treinta en Alemania, como una interpretación tridimensional de la lata de crema. Hay prueba gráfica: Esta inquietante foto de 1934 titulada "Schwimmer mit Nivea ball".
Nadando con un balón de NIvea |
Sin embargo, no fue hasta los años cincuenta, superada la Segunda Guerra Mundial y las dificultades de la posguerra, cuando el fenómeno ¿explotó? La gente tenía vacaciones, hacía deporte, iba de excursión. Y la publicidad hizo el resto...
Desde 1971 hasta 2010, la marca ha producido en el mundo unos 20 millones de balones. Que tampoco son tantos teniendo en cuenta que, al menos en España, todo el mundo parece haber tenido uno.
Aunque la marca, que este año cumple su centenario, sigue distribuyendo balones (eso sí, civilizadamente dobladitos y empaquetados con las cremas), hay algunos nostálgicos que echan de menos aquellas avionetas que nos lanzaban como psicópatas al agua. Para consolarse, los nostálgicos abren terapéuticos grupos de Facebook como Queremos que vuelva la avioneta que tira la pelota de Nivea!!, Quiero que vuelvan a tirar pelotas NIVEA los aviones en la playa!!!! y el más tristón Yo nunca pude coger un balón de Nivea.
En todos se narran dramáticas historias de malvados señores que nos robaban balones y de padres heroicos que abandonaban la sombrilla para pelear a codazos en las aguas por el hinchable icono.
Y tú, ¿Has tenido o tienes uno?
Leído en ELPAIS.COM: http://blogs.elpais.com/turistario/