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viernes, 15 de noviembre de 2013

¿Quién era Erasmus?

Cientos de miles de estudiantes europeos han participado en el Programa Erasmus desde que se lanzó en 1987. Son más de 30 países (dentro fuera de la UE) que conforman este proyecto donde los estudiantes pasan varios meses universitarios en uno de los países elegidos. Suele ser “el mejor año de nuestras vidas”.
 
Pero, ¿Quién fue Erasmus?
 
El nombre procede de Erasmo de Rotterdam, uno de los eruditos que más influyó en Europa en el siglo XVI. Se le podría calificar como el Ken Follet del Renacimiento. Sus libros se convirtieron en best seller. Pero a diferencia del autor inglés, Erasmo era un filólogo y filósofo que escribió ensayos, uno de los cuales tiene un titulo seductor: Elogio de la locura.
 
Pero aunque este libro es el que más se lee ahora, no fue esta obra la que desató una controversia poderosa. Fue nada menos que su traducción del Nuevo Testamento.
 
Hasta entonces, se conocían varios textos canónicos. Una de ellas era la Vulgata, la biblia del pueblo. Fue escrita en el 382 después de Cristo con la idea de hacerla accesible al pueblo. Se tradujo del hebreo y del griego al latín. Pero a medida que pasaron los años, (y como no había fotocopiadoras), las copias se hacían a mano por escribas los cuales incurrían en errores.
 
Aprovechando el poder de la imprenta (la televisión de entonces), en España se reunieron los mejores textos de la biblia en hebreo, griego, latín y hasta arameo para producir la Biblia Políglota Complutense.
 
Era una obra magna, pero ¿apta para el pueblo? ¿Manejable? Se hicieron 600 copias. Era 1522.
 
Al mismo tiempo, Erasmo de Rotterdam acometió su propia traducción del Nuevo Testamento. Pero, ¿qué fiabilidad tenían sus fuentes? Acudió a textos griegos y latinos, a muchas versiones de la Vulgata. Luego, los limpió, es decir, corrigió a esos “escribas ignorantes que habían corrompido o alterado el texto original”. Trató de conjugar todas las versiones para que no tuvieran interpretaciones dispares, y así producir una obra en latín comprensible para todos, lo que ahora vendría a ser Wikipedia.
 
La primera edición salió en 1516 gracias al impresor de Basilea Johan Froben. Se llamó Novum Instrumentum Omne, y estaba escrita en griego y latín.
 
El pueblo desde luego ya no hablaba latín. Pero los eruditos de Europa hablaban griego y latín, y cuando se encontraron con el texto de Erasmo de Rotterdam se pusieron frenéticamente a traducirlo a sus lenguas vernáculas. En alemán, en inglés… El primer (y entusiasta) traductor al alemán fue nada menos que Martin Lutero. La edición en alemán fue de 3.300 ejemplares. Un superventas. Nada que ver con los 600 de la Biblia Complutense.
 
Y aquí empezaron los problemas de Erasmo. Martin Lutero estaba iniciando la reforma protestante y la edición de Erasmo le servía como libro guía para interpretar correctamente los escritos sagrados. Lutero presionó a Erasmo para que se adhiriera a su causa, mientras que la Iglesia Católica tiraba del otro lado.
 
Fiel a su compromiso de ser libre, imparcial y objetivo, Erasmo no se decantó. Siguió publicando versiones aun más sencillas del Nuevo Testamento que tuvieron un éxito rotundo. Se tradujeron a todas las lenguas vernáculas europeas. Pero estaba en medio de dos fuegos.
Erasmo pensaba que la Iglesia se podía reformar y mejorar, pero no las ideas en las que se fundaba la Iglesia. "Detesto la disensión porque va tanto contra las enseñanzas de Cristo, como contra la inclinación secreta de la naturaleza. Dudo que se pueda suprimir alguna de las partes sin una grave pérdida", dijo tratando de poner paz en la guerra religiosa. Es decir, el espíritu de la conciliación; la idea que trata de poner en marcha ahora la Unión Europea.

Cuando Basilea se adhirió a la reforma protestante, Erasmo se trasladó a Friburgo, poblada de católicos.  Uno de sus escritos más radicales fue en defensa de la libertad de pensamiento, y atacaba a Lutero. Se tituló De libero arbitrio diatribe sive collatio, (Sobre la libertad de pensamiento: discursos y comparaciones).
 
En 1530 se estimaba que entre el 10 y 20% de toda la producción impresa de correspondía a libros de Erasmo.
 
Este holandés nacido en 1466, falleció en 1536. Aunque la Iglesia Católica no le permitió un entierro religioso, pidió ver a un sacerdote católico. Dicen que murió diciendo en holandés: "Lieve God" (Querido Dios).