Al amigo con el que hablo lo aprecio mucho y creo que él a
mí también. De hecho me telefonea porque le dije que volvería en unos días a
Andalucía y continúo en Madrid desde hace dos semanas.
- ¿Es verdad, me pregunta, que no dejaban exhibir banderas
republicanas en el trayecto que hizo Felipe después de la toma de posesión?
- Sí, es verdad. Controlaron los accesos, intimidaron,
coaccionaron… Y aún así repartieron leña y detuvieron gente, no me digas que no
lo sabías.
- Pues la verdad es que poco. Algo vi en Público… y en el
programa del Wyoming, creo. Pero ya está.
- Tampoco pienses que, salvo en las redes, se ha contado en
muchos más sitios, le contesto.
Mi amigo andaluz, Paco se llama, sigue Público y de vez en
cuando dice que me lee. No es periodista, consume por lo general información de
carril y continúa, aún, votando al PSOE.
- ¿Cuándo vuelves? -me pregunta. Claro que estos días
tendrás mucho trabajo con lo del nuevo rey ¿no?
- Con lo del nuevo rey no exactamente, le explico. Más bien
tengo trabajo intentando explicar modestamente, y con los medios de que
dispongo, el fraude que ha supuesto el relevo, la connivencia impresentable del
PSOE en el episodio, lo difícil que tienen mantener esta farsa por mucho tiempo
y la vergüenza que me ha dado esta semana constatar el comportamiento de la
mayoría de los medios de comunicación, más rastreros y sumisos que nunca.
- Es que los periodistas sois unos pelotas.
- Es una putada pero llevas razón, no sé si tanto los
periodistas como los medios que les pagan. Pero es verdad, buena parte de mis
colegas andaban estos días encantados de haberse conocido. Y ver juntas en los
quioscos todas las primeras páginas de los periódicos daba verdadera vergüenza.
- ¿Y en las tertulias de las teles, qué me dices? Todo el
mundo dando jabón que te cagas.
- Y lo que es peor, le contesto, no ya en las tertulias sino
hasta en la información propiamente dicha: haciendo suyos en las crónicas el
lenguaje más añejo y la jerga más reaccionaria.
- A mí, me comenta Paco, lo que me gusta es leer o escuchar
opiniones de analistas que me aporten datos y argumentos para formarme mi
propia opinión. Pero con lo del relevo real, hasta en las radios que yo creía
progres, todo ha sido pensamiento único. No había manera de contrastar.
- Entregados de pies y manos a la causa, compañero. Una
pena. Ya sabes, dame pan y dime tonto.
- Entonces ¿no sirve de nada el relevo? ¿Tú crees que el
cambio en la monarquía no va a contribuir a que las cosas mejoren?
- Por supuesto que no. Las cosas habrán mejorado, le
contesto, el día en que pongas la radio, o la la tele, y puedas escuchar o ver,
honradamente valoradas, las cosas que en realidad te interesan. Cambiarán cuando los titulares de
primera página de los periódicos recuperen la honestidad y vuelvan a ofrecer
información en lugar de adjetivos, valoraciones almibaradas o fotos como las
que ilustraban las novelas de Corín Tellado. Y eso no lo van a hacer ellos. Lo
tenemos que hacer nosotros, para acabar
de una vez por todas con este insolente apagón informativo.
Juan Tortosa en Público.es