Los pensionistas españoles podrían llegar a perder
hasta 250 euros el próximo año si el Gobierno decide finalmente modificar el
mecanismo según el cual se calcula la revalorización de sus prestaciones para
evitar que pierdan poder adquisitivo.
La revalorización es una obligación legal prevista
en la Ley de Seguridad Social desde 1996, cuando el Pacto de Toledo reconoció
el derecho de los pensionistas a no ver deteriorado su poder de compra cuando
la inflación desbordara la subida de prestaciones prevista en los Presupuestos
del Estado.
Entonces se consolidó un mecanismo según el cual
corresponde actualizar las pensiones siempre que el dato del IPC del mes de
noviembre supere la subida experimentada por las pensiones en ese ejercicio.
El mecanismo se ha revelado extraordinariamente
costoso para las arcas públicas. La Seguridad Social calculó que entre 1997 y
2007 el coste de esta disposición para las arcas públicas había sido de 13.500
millones. Cinco años después la factura de la revalorización de las pensiones
ya ha superado los 20.000 millones.
La certeza de que se trata de un sistema muy
gravoso, unido a la necesidad de cuadrar las cuentas este año tras el fiasco
del pasado y a la aceleración del Índice de Precios, que cerró el mes de septiembre
en el 3,4%, han empujado al Gobierno a plantearse desvincular la actualización
de las pensiones de la inflación.
La pregunta es: ¿cómo hacerlo? El Gobierno ha
avanzado que respetará escrupulosamente lo que la Ley de Seguridad Social dice
al respecto.
Y lo que dice ésta es que, cuando corresponda, la
actualización se hará "de acuerdo con lo que establezca la Ley de
Presupuestos Generales del Estado" y que se calculará según el índice de
precios al consumo acumulado entre noviembre del ejercicio anterior y el mismo
mes del ejercicio en curso.
Caben, por tanto, dos vías de reforma. La más
probable y la que les costaría esos 250 euros anuales a los pensionistas
pasaría por el cálculo de la revalorización de las pensiones en función de un
Índice de Precios alternativo.
Desde el año 2009 el Instituto Nacional de
Estadística publica dentro del informe mensual del IPC un indicador alternativo
de precios denominado Indice de Precios de Consumo a Impuestos Constantes, que
detrae de la evolución de los precios el impacto de las medidas de política
tributaria adoptadas por las Administraciones Públicas.
El índice habría pasado desapercibido si no fuera
porque el ministro de Economía, Luis de Guindos, recordó hace unos días la existencia
de este índice...tras una pregunta sobre la revalorización de las pensiones.
Tomando como referencia el IPC de septiembre y la
estimación de la Seguridad Social de que cada punto que se desvía el índice de
la subida prevista de las pensiones supone un coste extra de 200 millones de
euros para el sistema, aplicar el mecanismo actual vinculado al IPC General
(3,4%) elevaría la factura de la revalorización de las pensiones a 4.800
millones de euros.
Si, por el contrario, se vinculara a este índice alternativo,
que cerró septiembre en el 1,4%, esa factura descendería hasta los 800
millones, seis veces menos.
Ajustado a la nómina mensual media de un
pensionista español, que en septiembre fue de 832 euros, la aplicación de uno u
otro sistema de revalorización marcaría la diferencia entre percibir una prima
adicional de 21 euros mensuales o de sólo tres.
En términos anuales, la pérdida media para los casi
nueve millones de perceptores de prestaciones contributivas que hay en España
sería de 250 euros. La diferencia entre percibir una compensación anual de 294
euros u otra de apenas 42. Esto supondría para los pensionistas españolas el
cambio de metodología.
Pero al Gobierno le cabe aún otra alternativa, la
presupuestaria. Dado que la ley vincula la revalorización a lo que establezca
la Ley de Presupuestos cualquier disposición en esta ley podría modificar el
sistema actual.
Esta cláusula fue a la que se acogió el Ejecutivo
de Zapatero para justificar la legalidad de la suspensión de la revalorización
de pensiones para 2011, una congelación que nunca se llegó a aplicar porque el
Gobierno de Mariano Rajoy la desactivó nada más llegar al poder.
Leído en: http://noticias.lainformacion.com/mano-de-obra/salarios-y-pensiones/los-pensionistas-perderan-250-euros-si-se-cambia-el-modo-de-actualizar-sus-nominas_NqVV6UspIThAplnxsqjPF1/