Seguidores del Blog:

Previsión del tiempo

domingo, 10 de abril de 2011

Perú: divide y vencerás

El que me conoce, ya sabe de mis preferencias por los países sudamericanos, entre ellos Perú, donde he estado tres veces y donde volveré de nuevo. Hoy voy a hacer una excepción y publicaré dos entradas en mi blog. La primera entrada (en orden visual) es sobre Perú donde hoy domingo celebran elecciones presidenciales y donde el futuro se presenta muy incierto según las encuestas publicadas. La segunda es un monólogo que tiene bastante gracia. Espero que os gusten.



Triste es el hado al que se enfrenta el Perú. La nación primogénita de América latina elegirá este domingo a los candidatos que dirimirán en una segunda vuelta quién será el nuevo presidente.
Sin embargo, la dispersión del centro político en tres candidaturas ha provocado que Ollanta Humala, el candidato nacionalista, y Keiko Fujimori, la hija de Alberto Fujimori, lideren las encuestas.
Lo cierto es que tanto Humala como Fujimori encarnan dos de los viejos males republicanmos del Perú, patologías que nos acompañan desde la independencia: el sesarismo etno-nacionalista y el cáncer de la corrupción.

La división del centro-derecha, la ineficacia de un Estado incapaz de luchar contra la pobreza extrema y la ambición desmedida de un núcleo empresarial ávido de oro y poder han puesto en riesgo las conquistas macroeconómicas de un país que lleva veinte años ininterrumpidos de crecimiento y diez de democracia.
Si Keiko Fujimori gana la presidencia con ella retornará el aparato corrupto que convirtió al Estado peruano en una maquinaria de latrocinios y saqueos. El fujimorismo es el resultado de una cultura política enraizada en el autoritarismo pragmático, ése que tan bien se refleja en esta frase poco feliz: "roba, pero hace obra".
Los peruanos nos hemos acostumbrado a elegir a políticos corruptos bajo la creencia de que todos lo son en mayor o menor grado. Lo que hace que nos inclinemos por uno o por otro es su capacidad de gestión, las obras, el cemento que el político deja tras de sí a favor de la ciudadanía.
Si Humala vence, la franquicia chavista se extenderá por toda la cordillera de los Andes y el país evolucionará en pos de una diatopía indigenista, un arcano de imposible recuperación.
El etnonacionalismo de Humala destruye la síntesis viviente que en esencia es el Perú, un país forjado por la herencia hispánica y por la tradición indígena. Esta síntesis se fue configurando a lo largo de tres siglos de convivencia y fusión, enriqueciéndose con el aporte de otras culturas hasta formar una nación profundamente mestiza.
El Perú es, gracias a Dios, "todas las sangres", como diría el gran novelista peruano José María Arguedas. He aquí la verdadera riqueza del país, una población en la que se funden las más diversas razas unidas por el idioma y la religión que trajo España hace más de quinientos años. Los propios candidatos a la presidencia así lo demuestran: una descendiente de japoneses, un cholo (mestizo) de ascendencia indígena, un blanco de origen español y un gringo de raíces polacas.
El humalismo, contra todo esto, pretende crear en el Perú un Estado adscrito al socialismo del siglo XXI, esa amalgama de populismo demagogo, marxismo ortodoxo y marketing político financiado por el petróleo venezolano.
El humalismo no cree en la síntesis, por el contrario, defiende la preeminencia de lo indígena sobre lo español, pretendiendo establecer un culto idolátrico hacia una sola etapa de la historia peruana. Craso error. Latinoamérica es una totalidad y sólo móviles ideológicos pueden amputar parte de nuestro pasado común.

Terrible error el de la desunión cainita en política. Dura moraleja para los que se dedican al arte del poder, aplicable en cualquier tiempo y en todo lugar. Si los tres candidatos de centro, como es natural, se hubiesen hermanado en un solo proyecto político, la izquierda radical y el pragmatismo corrupto no tendrían ninguna opción de pasar a segunda vuelta y mucho menos de vencer.
Si Alejandro Toledo, el ex presidente, Pedro Pablo Kuczynski, el ex ministro de economía y Luis Castañeda, el ex alcalde de Lima, depusieran sus ambiciones y se unieran por el Perú, otro gallo cantaría. No nos engañemos.
Existe la posibilidad de que la gran nación de los Andes caiga en la esfera chavista o se entregue al fujimorismo vicioso. De ser así, el tablero del poder sudamericano se verá alterado de manera sustancial.
Moraleja: Si el crecimiento macroeconómico no se traduce en mejoras reales para los más pobres, asoma el radicalismo político, por encima de la democracia. Al menos en un punto Simón Bolivar tenía razón: "A veces parece que hemos arado sobre el mar".

Artículo de Martín Santiváñez Vivanco, director del Center for Latin American Studies de la Fundación Maiestas.

Les deseo suerte para los próximos años y ojalá Perú siga prosperando como hasta ahora.

Las mujeres y los baños

Disfrutad este monólogo... una mujer nos comenta la aventura de las mujeres cuando van al baño.

El gran secreto de todas las mujeres respecto a los baños es que de pequeña tu madre te llevaba al baño, te enseñaba a limpiar la tabla del inodoro con papel higiénico y luego ponía tiras de papel cuidadosamente en el perímetro de la taza. Finalmente te instruía:
"¡¡Nunca, nunca te sientes en un baño público!!.
Y luego te mostraba 'la posición' que consiste en balancearte sobre el inodoro en una posición de sentarse sin que tu cuerpo haga contacto con la taza. 'La posición' es una de las primeras lecciones de vida de una niña, súper importante y necesaria, nos ha de acompañar durante el resto de nuestras vidas. Pero aún hoy en nuestros años adultos, 'la posición' es dolorosamente difícil de mantener cuando tu vejiga está a punto de reventar.

Cuando TIENES que ir a un baño público, te encuentras con una cola de mujeres que te hace pensar que dentro está Brad Pitt. Así que te resignas a esperar, sonriendo amablemente a las demás mujeres que también están discretamente cruzando piernas y brazos en la posición oficial de "me estoy meando''. Finalmente te toca a ti, si no llega la típica mamá con 'la nenita que no se puede aguantar más'. Entonces verificas cada cubículo por debajo para ver si no hay piernas. Todos están ocupados. Finalmente uno se abre y te lanzas casi tirando a la persona que va saliendo. Entras y te das cuenta de que el picaporte no funciona (nunca funciona); no importa... cuelgas el bolso del gancho que hay en la puerta, y si no hay gancho (nunca hay gancho) inspeccionas la zona, el suelo esta lleno de líquidos indefinidos y no te atreves a dejarlo ahí, así que te lo cuelgas del cuello mientras miras como se balancea debajo tuyo, sin contar que te desnuca la correa, porque el bolso está lleno de cositas que fuiste metiendo dentro, la mayoría de las cuales no usas, pero que las tienes por si acaso...
Pero volviendo a la puerta... Como no tenía picaporte, la única opción es sostenerla con una mano,   mientras que con la otra de un tirón te bajas los pantalones y te pones en 'la posición'... alivio... AAhhhhhh... por fin... Ahí es cuando tus muslos empiezan a temblar.... Porque estás suspendida en el aire, con las piernas flexionadas, las braguitas cortándote la circulación de los muslos, el brazo extendido haciendo fuerza contra la puerta y un bolso de 5 kg colgando de tu cuello. Te encantaría sentarte, pero no tuviste tiempo de limpiar la taza ni la cubriste con papel, interiormente crees que no pasaría nada pero la voz de tu madre retumba en tu cabeza '¡¡nunca, nunca te sientes en un baño público!!', así que te quedas en 'la posición' con el tembleque de piernas... Y por un fallo de cálculo en las distancias una salpicada finíííííísima del chorro te salpica en tu propio culo y te moja hasta las ¡¡¡medias!!! Con suerte no te mojas tus propios zapatos, y es que adoptar 'la posición' requiere una gran concentración.
Para alejar de tu mente esa desgracia, buscas el rollo de papel higiénico peeero, nooo hayyyyyy... ¡El rollo esta vacío...! (siempre está vacío). Entonces suplicas al cielo que entre los 5 kilos de cachivaches que llevas en el bolso haya un miserable kleenex, pero para buscar en tu bolso tienes que soltar la puerta, dudas un momento, pero no hay más remedio… Y en cuanto la sueltas, alguien la empuja y tienes que frenar con un movimiento rápido y brusco, mientras gritas ¡¡¡OCUPAAADOOOO!!!
Ahí das por hecho que todas las que esperan en el exterior escucharon tu mensaje y ya puedes soltar la puerta sin miedo, nadie intentará abrirla de nuevo (en eso las mujeres nos respetamos mucho). Sin contar el portazo, el desnuque con la correa del bolso, el sudor que corre por tu frente, la salpicada del chorro en las piernas.... el recuerdo de tu mamá, que estaría avergonzadísima si te viera así; porque su culo nunca tocó el asiento de un baño público, porque fancamente, "tú no sabes qué enfermedades podrías agarrarte ahí", estás exhausta, cuando te paras ya no sientes las piernas, te acomodas la ropa rapidísimo y tiras la cadena tratando de tocarla lo menos posible, por si las enfermedades... Entonces vas al lavabo. Todo esta lleno de agua así que no puedes soltar el bolso ni un segundo, te lo cuelgas al hombro, no sabes cómo funciona el grifo con los sensores automáticos, así que tocas hasta que sale un chorrito de agua fresca, y consigues jabón (si es que lo hay, porque nunca hay jabón), te lavas en una posición de jorobado de Notre Dame para que no se resbale el bolso y quede debajo del chorro...
El secador ni lo usas, es un trasto inútil así que terminas secándote las manos en tus pantalones, porque no piensas gastar tu kleenex para eso y sales...
En este momento ves a tu chico que entró y salió del baño de hombres y encima le quedó tiempo de sobra para leer un libro de Borges mientras te esperaba. '¿Por qué tardaste tanto?'' te pregunta él ya aburrido. 'Había mucha cola' te limitas a decir. Y esta es la razón por la que las mujeres vamos en grupo al baño, por solidaridad, ya que una te aguanta el bolso y el abrigo, la otra te sujeta la puerta, otra te pasa el kleenex por debajo de la puerta y así es mucho más sencillo y rápido ya que una sólo tiene que concentrarse en mantener 'la posición' y la dignidad. ¡Gracias a todas por haberme acompañado alguna vez al baño y servirme de perchero o tenedora de puerta!!!!...

Ahora ya quedan contestadas las preguntas que nos hacemos siempre los hombres... ¿Por qué tardan tanto las mujeres en el baño? ¿Por qué siempre las mujeres van acompañadas al baño...? A mí al menos hay algo que me ha quedado muy claro... vaya ventaja que tenemos los hombres ¿verdad?