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martes, 29 de marzo de 2011

Mapamundi de senos



Era de esperar. Si en el anterior artículo comentábamos la ocurrencia de un mapamundi del tamaño del pene por países, la versión femenina del asunto ha llegado a la red a la velocidad del rayo. En este caso, el valor estudiado y referenciado es el tamaño del busto femenino, teniendo en cuenta la media de la copa de los sujetadores vendidos en cada país. Sorprende la homogeneidad geográfica, si lo comparamos con el mapamundi fálico, en el que había extrañas islas de superdotados en un mar de normalidad absoluta. Aún así, me ha llamado la atención que las andorranas aparezcan en el mapa con una C y las españolas una B. Vamos, que las tienen más grandes. Será el aire de las montañas.
Según el mapamundi, los amantes de las mamas sobredimensionadas encontrarán en Rusia y los países escandinavos lo que buscan. Al final lo del frío será verdad… A continuación, en la categoría D, encontramos una variedad de países como Venezuela, Colombia, los Estados Unidos, Alemania y otros estados centroeuropeos. En el extremo opuesto de la clasificación, o sea, con senos pequeños, destacan los países asiáticos. Sí, en esto también. En fin, así están las cosas y no me extrañaría que dentro de nada aparezcan más mapas mundiales teniendo en cuenta el número de orgasmos per cápita y año o los contagios por enfermedades de transmisión sexual. Con esta aplicación llamada ‘Target Map’ es posible crear mapas de lo que uno quiera. Cuando os sintáis creativos, hacédnoslo saber.
Si algo queda claro de todo este asunto es que cada vez más solemos reducir la sensualidad del cuerpo humano al tamaño del pene y de los senos. Todo es cuestión de centímetros y grosores, y poca cosa más. Igual soy yo, que hoy me he levantado en plan ‘Candy Candy’, pero pienso que resulta llamativo cómo las posibilidades eróticas de hombres y mujeres últimamente se circunscriben simplemente a cuánto nos miden apéndices y protuberancias corporales. La demostración más clara de este hecho la encontramos en cómo la cirugía estética vive su edad de oro gracias a los implantes mamarios. De momento, las operaciones en los genitales masculinos todavía son complicadas y dolorosas, pero tiempo al tiempo. El caso es que mujeres de cualquier edad y condición aumentan el tamaño de sus pechos, algunas de manera un tanto estrambótica, ‘para verse guapas’, aunque el resultado final en ocasiones sea más que discutible. ¿Todo para qué? Para sentirse sexualmente deseadas. Tal es el poder que el ser humano ha otorgado siempre a los senos. En este sentido, la popularización de la cirugía estética en los pechos no sería más que la satisfacción de una demanda, aunque también hay quien argumenta que nos encontramos ante una simple moda y que no hay para tanto.
Mientras discutís el asunto en el foro, os dejo con esta simpática página norteamericana que se ha dedicado a recopilar los diez escotes más inadecuados de los últimos años. Sí, por extraño que parezca, un escote todavía puede levantar ampollas. Que se lo digan si no a la cantante Kate Perry, cuya intervención en Barrio Sésamo fue censurada por el generoso escote que lucía junto a Elmo, la mascota. Si en Estados Unidos vieran a la Milá presentando Gran Hermano, le cierran el chiringuito. Y eso que no fuma.  
Publicado por Josep Tomás en su Blog Cama redonda.

El estudio de ayer y el de hoy se puede explicar de la sigueinte forma:
Cuenta la historia del toreo que después de una gran corrida en Madrid, era corriente que los diestros ofrecieran una fiesta en el hotel a amigos, periodistas y gente relacionada con las artes y la cultura en general. Pues bien, en una de esas celebraciones le presentaron a un afamado torero (unos dicen que se trataba del "Guerrita" otros que de "El Gallo") a José Ortega y Gasset, y se lo presentaron como "filósofo", a lo que el maestro inquirió sorprendido:
-¿Filósofo? ¿y eso qué é?
De inmediato le explicaron que se trataba de la persona que trabajaba sobre las ideas y el pensamiento, a lo que el torero, asombrado por tamaña profesión, sentenció:
-Hay gente pa tó

Queda claro ¿no?