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viernes, 14 de octubre de 2011

Historia en Japón...


Esta es la historia del sacrificio de una madre durante el Terremoto de Japón. Después del Terremoto, cuando los miembros de los equipos de rescate comenzaron a buscar sobrevivientes entre las ruinas de la casa de una mujer joven, vieron el cuerpo de ella por uno de los orificios de las ruinas de la casa. Les pareció extraña la postura del cuerpo, estaba sobre sus rodillas y su cuerpo hacia adelante como cuando una persona se arrodilla para rezar con el rostro hacia el suelo; su cuerpo estaba inclinado hacia adelante y sus manos estaban sujetas a algún objeto. El peso de la casa quebró su espalda y su cuello.
Con mucha dificultad el líder del equipo de rescate puso sus manos y brazos para ver si la mujer aún estaba con vida. Pero la dureza del cuerpo y la temperatura del mismo anunciaban que la mujer había muerto. Él tenía la esperanza que la mujer aún estuviera con vida.
Él y su equipo salieron de las ruinas de la casa para seguir su trabajo en búsqueda de más victimas. Por alguna razón, el líder del equipo sintió una necesidad enorme de regresar a donde el cuerpo de la mujer se encontraba. Una vez más se arrodilló y puso sus manos en el espacio que les permitía alcanzar el cuerpo y decidió revisar debajo del cuerpo sin vida. Instantáneamente empezó a gritar, ¡Un niño! ¡Hay un niño aquí!

El equipo entero regresó para cuidadosamente remover los escombros alrededor del cuerpo de la mujer. Ahí encontraron un niño de 3 meses de edad envuelto en una manta estampada con flores debajo del cuerpo de la madre. Obviamente, la mujer hizo su último sacrificio por salvar a su hijo. Cuando la casa comenzó a caer, ella usó su cuerpo para proteger a su hijo. El pequeño niño aun dormía cuando el equipo lo levantó de los escombros.

El doctor del equipo vino enseguida a revisar al pequeño. Una vez que abrió la manta, vió un móvil dentro de ella. Había un mensaje de texto en la pantalla que decía: "Si puedes sobrevivir, tu tienes que recordar que te AMO". El celular paso por cada uno de los miembros del equipo de rescate. Cada uno que leyó el mensaje no pudo más que llorar.

"Si puedes sobrevivir, tu tienes que recordar que te AMO", una bonita frase de despedida...