En
1955, Rosa Parks (4 de febrero de 1913 - 24 de octubre de 2005) tenía 42 años. Afroamericana, natural de Montgomery, Alabama,
e hija de un carpintero y una maestra de escuela. De profesión, costurera. Pero
además, secretaria y ayudante en la Asociación Nacional para el Avance del
Pueblo de Color.
En
aquellos años, los negros sufrían en EEUU la humillación -especialmente en el
sur- de no poder compartir con los blancos los mismos lugares públicos:
escuelas, restaurantes, salas de espera... la segregación llegaba al punto de
que en los baños se mostraban letreros de "sólo blancos" o,
directamente, "negros no". Las leyes Jim Crow, heredadas de la
esclavitud del siglo XIX, fueron diseñadas para que los afroamericanos se
sintieran inferiores y así mantenerlos marginados de la sociedad.
Gente
como Rosa Parks tenía claro que las cosas podían cambiar. El 1 de diciembre de
1955, cogió un autobús público para volver a su casa. Por entonces, los
vehículos estaban señalizados con una línea: los blancos adelante y los negros
detrás. Así, la gente de color subía al autobús, pagaba al conductor, se bajaba
y subía de nuevo por la puerta trasera.
En
el asiento equivocado
Parks
se sentó en los asientos del medio, que podían usar los negros si ningún blanco
lo requería. Cuando se llenó esa parte, el conductor le ordenó, junto a otros
tres negros, que cedieran sus lugares a un joven blanco que acababan de subir.
"Éste ni siquiera había pedido el asiento", dijo después Parks en una
entrevista a la BBC. Los otros se levantaron, pero ella permaneció inmóvil.
El
autobusero trató de disuadirla. Debía ceder su asiento, es lo que marcaba la
ley. "Voy a hacer que te arresten", le dijo el conductor. "Puede
hacerlo", respondió ella. Cuando la policía le preguntó que por qué no se
levantaba, contestó con otra pregunta: "¿Por qué todos ustedes están
empujándonos por todos lados?".
"Mientras
más obedecíamos, peor nos trataban", asegura Parks en sus memorias.
"Aquel día estaba fatigada y cansada. Harta de ceder". Por el lance del
autobús, Rosa Parks pasó la noche en el calabozo, acusada de perturbar el orden
público y pagó una multa de catorce dólares. Sin embargo, el caso trascendió y
acabó por dar voz a los movimientos por el fin de la segregación que ya habían
comenzado a hacerse notar.
Indignado
y hastiado, un joven y desconocido pastor bautista llamado Martin Luther King
organizó una oleada de protestas contra la segregación en los autobuses
públicos de Montgomery que duró 382 días. Los treinta mil afroamericanos que
participaron hicieron marchas de hasta nueve kilómetros, y cuando les
preguntaban cómo se sentían, algunos respondían: "Mis pies, cansados. Mi
alma, ¡liberada!".
Mientras,
el caso Parks llegó a la Corte Suprema del país, que declaró que la segregación
era una norma contraria a la constitución estadounidense, que declara iguales a
todos los individuos de la nación. Un año después, el gobierno abolió cualquier
tipo de discriminación en los lugares públicos.
Parks,
que falleció en 2005 a los 92 años, continuó luchando durante el resto de su
vida por los derechos civiles de los afroamericanos. En 1999, recibió la
Medalla de Oro del Congreso de los EEUU.
Jesús Centeno para publico.es
http://www.publico.es/culturas/26201/rosa-parks-la-mujer-negra-que-desafio-a-la-america-blanca