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martes, 1 de noviembre de 2011

Carta de despedida

Escrito enviado por mi amiga Lina María de Boyacá (Colombia).

Espero que te funcione ya la lavadora. Y te sigas riendo con los perros que pasan por el paseo marítimo y veas más veces la “tienda” de Izquierda Unida, y no muera tu sueño de ser peluquera o recolectora de lechugas, algún día.

Que no vuelvas a caer en el tabaco y que no huela a Ducados más tu piso. Que el pobre Thompson desactive la bomba, y tomes al fin esa copa de vino. Que no se pierda tu foto con la Copa del Mundo. Y sea broma aquello tan terrible de que eres racista. Que no sientas más terremotos y tus manos trabajen por la justicia. Ve los partido en la página que te dije, Roja Directa, tapada con la manta en el viejo sofá mullido. Sonríe con Emilio, con Belén y con Juan Cuesta. Cultiva bien tu granja y paguemos a medias la cena, preciosa.

Que te lluevan las canciones y tu gata no se muera. No te manden más cartas, tipos casados o con pareja. Y si tu ducha no funciona, espero que te vistas fuera. Desayuna tu café, yo tomaré un Cola-Cao y un bizcocho. El Betis subirá a primera y Nicholas Cage encontrará el tesoro. Y Bardem conseguirá un Goya con su película casera.

También quiero que no duelan las canciones, y el autobús no pare en Huércal-Overa. Sería gracioso que Di Caprio en “Origen” despertara en Almería y descubriera que todo fue un sueño nuestro. Ve “La vida es bella” y a borrachos brindando por ti en oscuras tabernas.

Haz el esfuerzo para que tus lapsus mentales sigan siendo tan adorables, ¡Que yo estaba haciendo Ciencias, pero lo cambié por dar clase! Sigue torciendo la boca de esa manera, para que los besos no se borren,
Y nos queden las caricias, y me duerma en el sofá, como un soldado, después de un largo viaje. Emociónate con el gol de Iniesta, yo soy más de emocionarme con Casillas y con los que sufren en la selva. Que ningún tipo te avasalle hablándote de microeconomía y empresas, con premeditación y alevosía, mucho menos con nocturnidad. No toleres el fascismo y permite que la injusticia te hiera. Por Dios, que no se te vuelva a inundar el piso y ten cuidado con la vitrocerámica, quema.

Ojalá que el Madrid vapulée al Barça, que sigan sonando canciones de Serrano, de Silvio y de Aute en mi cadena. El Ohh baby baby en la tuya, y la canción de Manolo Escobar en tu tierra. Que esté abierta “La mar salada” para que podamos desayunar. Que no me aterren los taxis, ni los andenes ni las estaciones. No suenen en la radio canciones de ayer. No te encuentre por casualidad una noche. No escuches mis palabras. No te rías cuando te suelte alguna barbaridad carnal. Que la vida en Villa Pardis siga tan natural y me perdonen en la cena, por ser feliz, los muertos de mi felicidad.

Salva al alcohólico del naufragio. Yo salvaré al médico para curar heridas. Te romperán los esquemas y sufrirás un poco, solo un poquito, Pero no tengas miedo, nunca estarás sola. Que jamás tengas corona, aunque te llamara princesa, ni castillo ni riquezas, ni guerrilla en la Soborna, ni derecho de admisión.
Despiértate antes de las 5. Y recuerda que antes de rendirnos fuimos eternos.