Esta podría llegar a ser una conversación real entre dos mujeres a las que les gusta "reconstruirse":
¡¡Hola!!... Cuéntame... ¿Cómo te fue en tu cita de la otra noche?
¡¡Horrible!!... ¡No sé qué pasó!
¿Por qué? ¿No te dió un beso?
¡¡Sí!!... Me besó y me mordió los labios tan fuerte que pensé que me iba a explotar el implante de colágeno. Entonces me acarició el pelo y se me salieron las extensiones que tenía.
¿No me digas que terminó ahí?
¡¡Nooo..!! Después me tomó la cara entre sus manos, hasta que le tuve que pedir que no lo hiciera más, porque me estaba aplastando el bótox, además que mis pestañas postizas se le quedaron pegadas en la nariz.
¿Y no intentó nada más?
Sí... se puso a acariciarme las piernas y lo frené porque me acordé que no había tenido tiempo para depilarme... Al tratar de detenerlo, se me saltaron dos de las uñas postizas. Después le entró un arrebato de lujuria impresionante y me abrazó tan fuerte que se le quedaron mis prótesis de las nalgas en las manos y casi me revienta los implantes de silicona de mis senos.
¿Y después qué pasó?
¡Que se puso a beber champagne en mi zapato!
¡Ay!... ¡¡qué romántico!!
¿Romántico?... por poco se muere...
¿Por qué?
Porque se trago el corrector del juanete que estaba dentro y casi se ahoga...
¿Y después qué pasó?
¿Puedes creerme que se fue?... ¡¡Para mí que era maricón!!