¿Se
puede proteger la selva amazónica con sexo? Se puede. La pareja formada por
Leona Johansson y Tommy Hol Ellingsen, sueca ella y noruego él, lleva
haciéndolo desde 2004 a través de Fuck For Forest, un proyecto de corte
“erótico ecológico”, según lo definen ellos mismos, que busca recaudar fondos
para financiar proyectos ecológicos ofreciendo material pornográfico amateur.
Con sede en Berlín, hoy cuenta con 4.000 socios y unos eslóganes que no dejan
lugar a malentendidos: Cambia la realidad con amor y sexualidad o Salvar el
planeta es sexy.
En
sus diez años de andadura, estos activistas eróticos han recaudado 250.000
euros que han servido para financiar ocho proyectos medioambientales en Perú,
Brasil, Ecuador, Costa Rica y Eslovaquia. “Apoyamos iniciativas locales que
tengan una intención idealista, y siempre tratamos directamente con los grupos
que trabajan en la zona, por lo que siempre sabemos a quién apoyamos y en qué
se usa el dinero”, explica la pareja en un correo electrónico.
La
ONG estuvo salpicada de polémica desde su nacimiento, el día en que Tommy y
Leona se pusieron a realizar sexo explícito ante las 4.000 personas que estaban
viendo el concierto de la banda The Cumshots (Las eyaculaciones) en el festival
de música The Quart, en Noruega. Querían protestar de una manera llamativa
sobre el daño que hace el hombre al medioambiente. Fueron detenidos y hubieron
de pagar una multa de 1.200 euros. Tras el incidente, se trasladaron a la
capital alemana y Fuck For Forest comenzó a crecer.
¿Y
cómo creció? Gracias a las aportaciones de sus activistas sexuales, que cuentan
con dos variantes: una es hacerse miembro del club y participar con fotos y
vídeos eróticos propios, que pasan a formar parte de la oferta de la web. Esto
da al usuario acceso libre a todo el material subido. Pero si el interesado quiere
participar en la salvación del medio ambiente sin desnudarse, hay una
alternativa: pagar una cuota mensual que también permite visualizar todas las
fotos y vídeos publicados. No hay profesionales entre los activistas. “Una de
las ideas de FFF es no ser demasiado profesional, nos preocupa más pasarlo bien
que hacer un producto perfecto. Muchos de nuestros activistas nunca querrían
aparecer en una web porno convencional”, aseguran.
Tal
ha sido el éxito de esta iniciativa que se han rodado dos películas contando la
historia de la pareja. La primera, del director polaco Michal Marczak, muestra
la vida de unos hippies que profesan el amor y el sexo libre, consumen drogas,
son vegetarianos y recorren el mundo publicitando su causa. Ha tenido cierta
repercusión a nivel internacional, pero no muestra a la organización como
realmente es, en opinión de sus fundadores. “Estamos a punto de estrenar un
documental hecho por nosotros mismos que narra los tres primeros años del
desarrollo de la ONG, muestra más la realidad que hay detrás del proyecto”,
cuentan.
Los
fundadores de Fuck For Forest rechazan que su iniciativa sea vista como
pornografía a secas. La diferencia está en la intención que hay detrás.
“Documentamos relaciones sexuales reales y no decimos a la gente cómo se tiene
que comportar o qué tiene que hacer. Grabamos por placer y por salvar la
naturaleza y no sacamos ningún beneficio económico. Como los activistas
eróticos no cobran, la energía que se ve entre ellos es muy diferente a la que
hay en la pornografía comercial”, explican.
Pese
a los logros conseguidos, el camino no ha sido siempre de rosas para esta
pareja, ya que alguna vez se han topado con organizaciones que han rechazado su
ayuda por su manera de recaudar dinero. “La mayoría de las veces, esas
organizaciones piensan en su imagen pública y temen el qué dirán”, explican.
“¿Por qué el cuerpo humano desnudo se considera ofensivo, mientras que coches y
fábricas pueden contaminar abiertamente sin que nadie lo juzgue?. Si trabajas
con sexo, ¿no eres suficientemente bueno para salvar la naturaleza?”.
Leído
en: http://elpais.com/elpais/2014/04/16/planeta_futuro/1397650584_007099.html