El uso de las placas vitrocerámicas en las cocinas españolas
se popularizó hace 25 años. Supusieron una revolución: Energéticamente
eficientes y fáciles de limpiar. Ya en plena campaña, recordamos que el
candidato Rajoy no supo encender una en casa del cantante melódico Bertín
Osborne. La vitro, como paradigma del alejamiento de nuestros líderes de la
realidad, de la calle, de lo cotidiano. La escena no refleja solo la impericia
del presidente con la tecnología más popular sino que indica el tiempo transcurrido
desde que se hizo su última tortilla a la francesa, que debe coincidir con el
momento en el que se subió a su primer coche oficial.
Cuando un político llega al punto de ignorar cómo funciona
una vitro debería dejar inmediatamente sus funciones y reintegrarse en la vida
civil. Tanto alejamiento es peligroso: no se puede presidir un país e ignorar
cómo funciona en su día a día, cómo es por dentro.
El efecto Vitro: cuando sus asesores le habían apuntado en
la chuleta el precio del billete del autobús, lo sorprenden obligándole a
encender una placa de cocinar.
A los cantantes melódicos los carga el diablo.
Antonio Hernández-Rodicio en la Cadena SER
http://cadenaser.com/programa/2015/12/07/hoy_por_hoy/1449473943_824745.html?ssm=hoyxhoy1-fb