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lunes, 27 de agosto de 2012

Neil Armstrong

Neil Armstrong, el hombre que pronunció la histórica frase de "es un pequeño paso para un hombre, pero un gran salto para la humanidad", el 20 de julio de 1969, al poner el pie en la Luna, falleció ayer a los 82 años en Ohio (EE UU). A principios de este mes fue sometido a una operación de corazón en la que se le practicó un bypass y no se recuperó de las complicaciones surgidas.
 
"Mientras existan libros de Historia, Neil Armstrong figurará en ellos, recordado por dar el primer paso de la humanidad en un mundo más allá del nuestro", declaró ayer el director de la NASA, Charles Bolden.
 
Fue historia presenciada en directo por millones de personas en todo el mundo aquel 20 de julio, cuando Armstrong bajó el último travesaño de la escalera del módulo Eagle y puso un pie en el suelo lunar, en el Mar de la Tranquilidad donde había alunizado junto con Edwin Aldrin, mientras el tercer astronauta del Apollo 11, Michael Collins, permanecía en órbita lunar esperándolos.
Fue el momento culminante de una epopeya del siglo XX, una hazaña tecnólogica y científica, el programa Apollo, que no se ha repetido en el espacio y que protagonizó Armstrong en primera persona, pero aupado sobre el trabajo y la investigación de miles de personas en la NASA.
 
Armstrong había nacido el 5 de agosto de 1930 en Wapakoneta (Ohio) y mostró, desde muy joven, su atracción por la aeronáutica. Inició sus estudios de Ingeniería, pero en 1949 ingresó en la Marina de Estados Unidos y participó, como piloto, en la guerra de Corea sumando 78 misiones de combate. Después terminó sus estudios de Ingeniería y fue piloto de pruebas, en la base californiana de Edwards, volando en más de 200 modelos de aparatos avanzados. En 1962 entró en la NASA como astronauta y voló por primera vez al espacio en 1966, en la cápsula Gemini 8. Y llegó el programa Apollo.
 
Homenaje de Forges a Neil Armstrong
Armstrong, Aldrin y Michael Collins, partieron para su misión lunar, el 16 de julio de 1969, ya como héroes, al menos en EE UU, y regresaron, el 24 de julio como superhéroes planetarios. Habían cumplido el mandato del presidente J. F. Kennedy, cuando en 1961, en plena guerra fría y en plena carrera espacial con la Unión Soviética, lanzó el desafío estadounidense de llevar a un ser humano a la Luna y traerlo sano y salvo antes de terminar la década.
 
"Houston, aquí la base. Tranquilidad, el Eagle ha alunizado", dijo Armstrong cuando se posó la nave en el suelo lunar tras un tenso descenso que mantuvo en vilo a todos en el Centro de Control de la misión.
 
Las poco más de dos horas que pasaron los dos astronautas en el suelo lunar, con Collins esperando en solitario, fueron intensas. Armstrong era el comandante de la misión y fue él el elegido por la NASA para salir el primero del módulo Eagle y tocar el suelo lunar en primer lugar. Aldrin le siguió poco después. Y es curioso que Armstrong apenas tuviera de aquel viaje ya mítico el recuerdo más corriente que millones de personas conservan de sus aventuras viajeras: unas buenas fotografías suyas. La NASA siempre ha explicado que durante sus actividades en la superficie lunar, el comandante fue quien utilizó casi todo el rato la cámara, por lo que fue Aldrin el más y mejor fotografiado. Recogieron 23 kilos de rocas lunares y montaron tres experimentos científicos antes de volver al Eagle. En total, estuvieron 21 horas y 37 minutos en el suelo lunar y emprendieron el regreso. El histórico primer viaje tripulado a la Luna duró ocho días. En la Tierra les esperaba una cuarentena de 16 días (por si traían algún germen lunar) y la gloria.
 
 
Buenísimo el chiste de Forges...