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martes, 2 de julio de 2013

Torrelodones

A ver si cunde el ejemplo...

Torrelodones, pueblo español que está llevando a cabo soluciones reales y científicas para salir de la crisis, para ello, ha comenzado por expulsar del poder a toda la casta política parásita y corrupta de su ayuntamiento para tomar rienda del mismo un pequeño grupo de vecinos de forma honrada y consecuente. El resultado tras el primer año de gobierno: el ayuntamiento registra un superavit de 5,4 millones de Euros.

“Esto no es una crisis política ni económica, es una crisis de moral, aquí se ha hundido el sistema de valores de occidente, y si no se reconstituye ese sistema u otro parecido, el capitalismo está condenado a morir”.

Elena, Gonzalo, Santiago, Raquel, Luís, Rosa, Carlos, Ángel y Francesca. Son los nueve vecinos que cansados del urbanismo desaforado y el derroche decidieron dar un paso al frente y convertir este pueblo de algo más de 22.000 habitantes en el noroeste de Madrid en el primero sin presencia de un partido en el gobierno municipal. “Consideramos una obligación ciudadana el tomar responsabilidad política porque si no lo hacen otros por ti y luego no te puedes quejar”, apunta Ángel Guirao, Concejal de Comunicación.

Su llegada al Ayuntamiento en 2011, algo “completamente inusual” escribió el New York Times, fue posible gracias al apoyo del PSOE y el partido local acTÚa. La candidatura del PP consiguió el mayor número de votos, pero en la investidura los partidos de la oposición votaron por la candidatura de Elena Biurrun. Desde ese momento son un caso único.

“No somos políticos, ni aspiramos a serlo. Hemos llegado hasta aquí con esfuerzo y creemos que es la única vía para mejorar nuestro pueblo. Eso y estar en la calle, escuchar y que la gente sepa qué estás haciendo“, explica Guirao. Con ese objetivo todos los concejales, con la alcaldesa a la cabeza, siguen “buzoneando y pateando” Torrelodones.

Vecinos por Torrelodones (VxT) llegó al Ayuntamiento con veintidós compromisos debajo del brazo. El más importante, ahorrar, rige cada una de sus acciones y el resultado es la consecución al cierre del ejercicio 2011 de un superávit de 5,4 millones de euros.

Para ello, Biurrun rebajó su sueldo un 21%, redujo de 6 a 2 el número de concejales con dedicación exclusiva y eliminó los cargos de confianza. De esta manera, consiguió ahorrar un 37% en el presupuesto destinado a retribuciones de la corporación municipal.

La segunda vía de ahorro fue la supresión del personal de confianza de la alcaldía. “El Partido Popular siempre gobernó en Torrelodones y llegaron a creer que era suyo. No se debe caer en el error de patrimonializar lo público. Por ello, he prescindido del coche oficial, que suponía un gasto de 2.000 euros mensuales; y del chófer y el guardaespaldas, que además eran dos policías municipales”, apunta.

La tijera también ha afectado a los gastos protocolarios y a los cargos de jefe de prensa y jefe de gabinete, por ejemplo. “Había más personal del necesario y dispendios evitables como los 3.000 euros mensuales de comidas institucionales”. Los recortes no han llegado al personal del ayuntamiento, que sigue contando con la misma plantilla. “Los trabajadores pueden estar tranquilos, estamos renegociando el convenio y todos tendremos que hacer esfuerzos y trabajar más, pero no va a haber despidos“, zanja Guirao.

Con el superávit como estrella de los presupuestos, el siguiente paso es la inversión. “En nuestro segundo año hemos creado cuatro parques infantiles, estamos cubriendo las canchas deportivas de los centros escolares y renovando el alcantarillado. Además, se ha creado un equipo de mantenimiento con el que aseguramos que en el plazo de una semana estén solucionados problemas como baches, farolas fundidas e incidencias en la recogida de basuras”, detalla Guirao.

Por el momento, la respuesta de los torresanos a su labor está siendo positiva: “Saben gestionar y no roban ni se aprovechan de nuestro dinero, lo que están haciendo no es difícil pero hay que querer y en este país faltan ganas y sobran ladrones”, acusa un vecino. Otros, se muestran más escépticos y desconfían de su cualificación y de su aparente inmunidad a la corrupción. “Es cuestión de tiempo que metan la mano en la caja…”, vaticina Amparo.

En Vecinos por Torrelodones responden tranquilos: “Los políticos tradicionales en España han defraudado a mucha gente, la desconfianza es comprensible. Nosotros vamos a seguir trabajando, los resultados ya están ahí y seguirán llegando”.