Hace poco escuché en la radio: “La fidelidad se estableció entre los humanos cuando la esperanza de vida era 30 años. Nadie contaba con que viviríamos tanto”. Me reí.
Una vez más el tema de la fidelidad, al que tantas horas de debate y pensamiento ha dedicado el ser humano. Y aun así hemos llegado al siglo XXI con muchas preguntas sin resolver: ¿se puede ser fiel toda la vida? ¿Son infieles los hombres por naturaleza?
En los últimos tiempos, los avances científicos han comenzado a sacar a la luz numerosos datos con los que responder a preguntas acerca de las relaciones humanas que hasta hace poco parecían que sólo podrían explicar la cultura y la moral. Asombroso, ¿no?
¿Puede la ciencia decirnos por qué son tantos los hombres infieles que dicen querer a sus parejas? Hasta ahora la respuesta parecía clara. No es posible. Estos hombres mienten. Lo quieren todo. Pero ahora, mira por dónde, la neurobiología parece que les da algo de razón. ¿Cómo puede ser? ¿No son conceptos contrarios?
El especialista en terapia familiar Williard Harley ha escrito un libro titulado Las necesidades de ella, las necesidades de él. Después de investigar los datos de una encuesta muy extensa, estableció 5 necesidades básicas que presentan hombres y mujeres respecto a su pareja (¡por supuesto, y como cabía esperar, estas se mostraron completamente diferentes en los dos grupos!). Según el autor, cuando estas necesidades no están satisfechas, crece el riesgo de infidelidad. ¿Y cuáles son?
Por orden, las necesidades femeninas serían: 1. Afecto (recepción de cariño, cuidado, interés por sus asuntos); 2. Diálogo; 3. Sinceridad (evidencias que le permitan confiar en su pareja); 4. Estabilidad financiera; 5. Compromiso familiar activo de la pareja
Por orden, las necesidades femeninas serían: 1. Afecto (recepción de cariño, cuidado, interés por sus asuntos); 2. Diálogo; 3. Sinceridad (evidencias que le permitan confiar en su pareja); 4. Estabilidad financiera; 5. Compromiso familiar activo de la pareja
También por orden las necesidades masculinas serían: 1.Satisfacción sexual; 2. Compañía de la pareja en las actividades de su interés; 3. Mantenimiento del atractivo de la pareja; 4 Que aporte paz doméstica; 5 Que se muestre orgullosa de él.
Según este autor, la satisfacción sexual y el atractivo de la compañera son para el hombre factores determinantes para mantener la fidelidad. Sorprende que en las mujeres de su estudio el sexo no aparezca como necesidad. ¿Será cierto? En cualquier caso, los estudios científicos aportan explicaciones que pueden ayudarnos a comprender esas diferencias.
Recojamos el de la neurobióloga Louann Brizendine, quien ha investigado la influencia de las hormonas en el cerebro humano, concluyendo que, a partir de la octava semana de gestación, los testículos del feto masculino liberan gran cantidad de testosterona que impregna los circuitos de las zonas del cerebro destinadas a la actividad sexual haciendo que éstas se incrementen hasta doblar en su tamaño a las del cerebro femenino.
Del mismo modo, constató que las áreas responsables del afecto, la empatía, la capacidad de ponerse en el lugar del otro, son mayores en el cerebro femenino. Estos datos apoyan las respuestas de los sujetos de la encuesta, que hablaban de sus necesidades y no sabían nada de neurología.
Igualmente, la Dra. Jill Goldstein (Harvard Medical School) estudió recientemente el cerebro humano con resultados similares. Ratificó que las áreas más amplias en el cerebro masculino son las que controlan los impulsos sexuales y las encargadas de procesar las señales que reciben los sentidos.
Según esto, los hombres poseen una base neurológica que favorece enormemente la actividad sexual y les hace altamente reactivos a las tentaciones de los sentidos. Estas reacciones son muy rápidas y en un primer momento carecen de componente racional. Por ello, aunque se activen impulsos sexuales, las áreas que regulan el sentimiento amoroso pueden permanecer intactas. ¡Podrían sentirse atraídos sexualmente y seguir queriendo a sus parejas!
Por contra, la ciencia establece un menor desarrollo en las mujeres de las áreas encargadas de reaccionar ante estímulos sensoriales. Además, ante estímulos similares tienen más capacidad para regular emociones, tomar decisiones y resolver problemas. Por ello (y aunque con esta afirmación puede que miles de mujeres me cuestionen) es una pequeña injusticia neurológica medir la conducta de atracción sexual de hombres y mujeres con el mismo rasero... Las mujeres tenemos una biología más racional y menos vulnerable a las tentaciones del entorno.
¡Pero a todos los varones decirles que nada de justificaciones! Las estructuras cerebrales suponen solo un punto de partida. El ser humano goza de una capacidad ilimitada de adaptación y aprendizaje a partir de la cual las estructuras cerebrales pueden ir moldeándose gracias a la educación y la experiencia.
Así que después de comprender que el hombre goza de una biología un poco más adversa que la mujer para la fidelidad, les toca a éstos trabajar con más ahínco para forzar la funcionalidad de las áreas en las que se encuentra la sede del amor.
¿Tuvo en cuenta Hilary Clinton estos estudios a la hora de perdonar a su marido? Durante años trabajó en el Child Study Center y mantuvo contactos con expertos del desarrollo humano y las neurociencias.… Puede que sí, o puede que dejase de lado a su cerebro emocional y más primitivo y realizase una toma de decisiones basada en la lógica con su cerebro más reciente…¡Una fenómena!
Artículo de Rocío Mayoral, neuropsicóloga, orientadora escolar, maestra y logopeda, publicado en: http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2011/09/12/-te-quiero-pero-me-acuesto-con-otras-83979/