Hipertensión arterial, sobrepeso, reacciones cutáneas, insomnio. Estos son algunos de los síntomas más directamente relacionados con una incorrecta dieta digital, según la terapeuta digital austríaca Anitra Eggler, que promociona lo que ya es un éxito editorial en Alemania, su libro 'El correo electrónico te hace tonto, enfermo y pobre'.
"Si tuviésemos un vecino que cada media hora sale a la calle para comprobar si ha llegado alguna carta nueva al buzón, deduciríamos sin dificultad que tiene un problema, que algo no va bien, pero eso es lo que hacemos la mayoría de nosotros en el trabajo, en casa, cuando salimos con amigos Comprobamos el e-mail, leemos SMS, la cuenta de Twitter, Facebook No tiene nada de malo utilizar todos estos medios de comunicación, pero no debemos permitir que organicen nuestro tiempo o nuestras prioridades", explica Eggler, que considera que la clave de una vida digital sana es "sólo los esclavos están permanentemente disponibles".
"Cada entrada, cada mensaje recibido, genera en nuestro cerebro una demanda de reacción, la generación de adrenalina se mantiene constantemente activa y el organismo somatiza de diversas formas esa disfunción, además de despistarse en los casos en los que la reacción es verdaderamente necesaria", señala la terapeuta digital, en cuya opinión todos los médicos de cabecera deberían incluir en el cuestionario de bienvenida al paciente: ¿Cuántas veces ha abierto hoy ya su correo electrónico?
"Debemos ponernos límites. Por ejemplo, no leer correos después de las 16.00 horas, no atender SMS ni Twitter después de las 20.00, estoy fuera de la red. Los móviles de la empresa y los correos electrónicos del equipo de trabajo deben estar apagados en fin de semana y vacaciones, pro supuesto. Y sobre todo es necesario que el correo electrónico o Twitter o los SMS no altere nuestras prioridades de agenda ni nos distraiga de los objetivos que nosotros mismos nos hemos señalado, de lo contrario comenzamos a sufrir un nivel de estrés y ansiedad que perjudica nuestra salud, muy comparable al perjuicio que ocasiona una dieta a base de comida industrial o una vida sedentaria y en aislamiento".
Eggler nos enfrenta con datos que dan que pensar: Un sujeto masculino occidental con una vida de 75 años pasa una media de 12 horas disfrutando de orgasmos a lo largo de su vida. Ese mismo sujeto pasa una media de ocho meses borrando correos no deseados de su bandeja de entrada. Para evitar este desequilibrio debemos esterilizar al máximo nuestro correo evitando el spam y la circulación indebida de nuestro correo electrónico", explica.
Y sobre todo nos recomienda no dejar de hacernos nunca la pregunta: ¿Qué obtengo a cambio del tiempo que paso gestionando mi correo electrónico? "La mayoría de ejecutivos o trabajadores altamente remunerados no gestionan personalmente la mayor parte de su comunicación digital, lo delegan en subalternos peor pagados para optimizar así su tiempo productivo y obtener mayor beneficio. Así, existe una relación inversamente proporcional entre el tiempo que pasa alguien pendiente del correo y sus ingresos", nos advierte Eggler. "A primera hora del día debemos establecer que 20% de nuestro trabajo y objetivos personales han de ser gestionados de forma digital para lograr el resto, el 80% de los objetivos, que son los que nos aportan beneficios contantes y sonantes".
Por Rosalía Sánchez para EL MUNDO