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miércoles, 10 de diciembre de 2014

10 refranes españoles que deberíamos utilizar más

Los diferentes refraneros, no únicamente el español, tienen fama de representar un pensamiento conservador, cuando no directamente desfasado o retrógrado. En muchas ocasiones, los dichos se han ganado esta fama a pulso, como aquel “la mujer honrada, con la pierna quebrada y en casa” que reproducía Benito Pérez Galdós en Tristana. En otras tantas, se trata de principios que anticipan la visión ideológica del karma (“el que siembra vientos, cosecha tempestades”), consuela al débil (“Dios aprieta pero no ahoga”), resume la filosofía del rumor periodístico (“si el río suena, agua lleva”) o parece apuntar a la corrupción política (“el que parte y reparte se lleva la mejor parte”).
Podemos plantear un ejercicio de ciencia ficción –en el sentido estricto del término– y preguntarnos si alguna investigación surgida de ámbitos sociológicos, psicológicos o científicos ha conseguido demostrar algunas de las máximas de nuestro refranero. Y parece ser que así es, si nos lo tomamos con un poco de guasa: en repetidas ocasiones, la sabiduría del pueblo ha aparecido reflejada en las conclusiones de los estudios de las revistas científicas de mayor impacto, quizá sin que sus autores sospechasen dicha conexión entre lo riguroso y el conocimiento oral. Probemos con algunos de los más conocidos, que han sobrevivido a décadas de desgaste.
 
A río revuelto, ganancia de pescadores
 
Esta máxima sugiere que es en las situaciones de confusión o en las que se producen más desencuentros cuando aquellos más hábiles son capaces de sacar tajada. Por una parte, nos puede recordar a que la crisis económica de 2008 no ha empobrecido a toda la población por igual, sino que ha debilitado a las clases medias y bajas mientras que ha enriquecido aún más a las que se encontraban en lo más alto de la pirámide social. Pero, desde un punto de vista más positivo, puede entenderse como que las crisis son el momento ideal para invertir en activos devaluados que con el tiempo aumentarán de valor. Aunque, ¡cuidado! Parece ser que Jenaro García, fundador de Gowex, compartía dicha tesis…
 
El que mucho abarca, poco aprieta
 
Hoy en día ya se encuentra en boca de todos el multitasking, es decir, pensar que somos capaces de hacer varias tareas al mismo tiempo y, todas ellas, bien. Como explicó Nicholas Carr en el célebre Superficiales: ¿qué está haciendo internet con nuestras mentes? (Taurus), los que más cosas hacen a la vez son los que peores resultados obtienen.
 
Burro grande, ande o no ande
 
¿El tamaño importa? Aunque no todo el mundo estaría de acuerdo, especialmente el sector menos dotado de la población masculina, una investigación realizada en la Universidad de Rutgers confirmó que, efectivamente, más es mejor. Para aquellos que empiecen a sentirse mal, merece la pena recordar que el tamaño sólo importa a algunas mujeres y para conseguir orgasmos vaginales, como explicó el estudio publicado en el Journal of Sexual Medicine.
 
Con la barriga vacía, ninguno muestra alegría
 
El hambre y sus efectos en el organismo, especialmente en nuestro cerebro, ha preocupado repetidamente a los científicos. Por una parte se encuentran aquellos que creen que el hambre efectivamente agudiza el ingenio, puesto que la grelina, la hormona del apetito, obliga al hombre a buscar alimentos. Pero también se encuentran aquellas investigaciones, como la realizada por Jonathan Levav de la Escuela de Negocios de Columbia, que demostraba que los jueces tienden a negar la libertad condicional a quienes la solicitan cuando sienten hambre, puesto que es la opción menos conflictiva para ellos.
 
El tiempo todo lo cura menos vejez y locura
 
Las ciencias de la salud han avanzado sensiblemente durante el último siglo y medio, hasta el punto que hemos sido capaces de erradicar un gran número de enfermedades y alargar la esperanza de vida hasta límites insospechados. Pero aún hay algo que se escapa a los médicos, y es la desaparición de las enfermedades neurodegenerativas asociadas con la vejez como el alzhéimer. Lo máximo que podemos hacer es retrasar la aparición de una de las grandes plagas de nuestro tiempo.
 
Haz bien y no mires a quien
 
Innumerables investigaciones, como la realizada por el neurocientífico del National Institute of Health estadounidense Jordan Gaffman, han recordado que dar dinero a los demás nos hace tan felices como obtenerlo. El altruismo previene contra el estrés y la depresión, pero no únicamente con nuestros seres queridos, sino también con los que no conocemos, aquello que ha sido descrito por los evolucionistas como un error evolutivo.
 
La suerte de la fea, la guapa la desea
 
En los últimos años, y como han denunciado varias mujeres como Samantha Brick, productora y consultora televisiva para la FOX, la BBC o la MTV, las mujeres bellas parecen estar sufriendo una importante discriminación en el puesto de trabajo, en cuanto que se sienten apartadas por jefas inseguras y otras mujeres que temían y temen de ser el centro de atención. No sólo ocurre entre ellas: los hombres también se quejan de que una buena apariencia les impide ascender en sus carreras profesionales.
 
Más vale prevenir que curar
 
Aunque el debate aún se encuentra abierto y hay buenas razones para pensar lo contrario (dicha tesis ha llegado a recibir el nombre de la falacia de Beveridge), son muchos los profesionales sanitarios que apuestan por una política basada en la prevención y no en la sanación, puesto que ello permitirá ahorrar una gran cantidad de costes. Se trata de una idea popular en muchos discursos políticos y sociales, incluido el de Barack Obama.
 
Piensa mal y acertarás
 
Quizá los pesimistas no siempre tengan razón como sugiere el dicho, pero sí que viven más tiempo, como explicaba un estudio publicado por la Asociación Psicológica Americana. Este demostraba que los ancianos que no tenían grandes expectativas sobre el resto de su vida tendían a vivir más que aquellos que pensaban que tenían unos cuantos años de placeres y felicidad por delante. ¡Ah, qué irónica es la vida!
 
A nadie le amarga un dulce
 
Ni siquiera un chocolate: como explicó una investigación publicada en Current Biology, comer una tableta de chocolate puede generar un efecto en el cerebro similar al que se experimenta cuando se consumen drogas, puesto que permite la liberación de encefalina, que provoca una sensación de placer. ¡Cuidado! El consumo exagerado de dulces puede llegar a afectar nuestro rendimiento mental (no digamos ya a engordarnos), así que debemos aprender a rechazar esas tentaciones que se presentan tan seductoras.