¿Qué es lo que distingue a las mujeres atractivas? Nuestra
sociedad tiene una cultura de la belleza que indica quién es guapo y apetecible
y quién no lo es, pero según muchos investigadores, nuestro imaginario viene
determinado principalmente por nuestras preferencias biológicas. Y estas no han
cambiado tanto.
Cuando un hombre ve a una mujer, el cerebro determina de
inmediato su atractivo siguiendo unos criterios que no varían tanto como
creemos, al menos en lo que respecta al físico, ya que vienen determinados por
criterios meramente reproductivos. Los hombres buscan mujeres fértiles, con
buenos genes, y un sistema inmune bien preparado. Y es el aspecto de las chicas
que cumplen esos requisitos el que nos gusta, aunque no nos paremos a pensarlo.
Los biólogos evolucionistas son muy dados a realizar
estudios que demuestran cómo nuestras decisiones están guiadas por instintos
atávicos, inscritos en nuestros genes. Aunque sus conclusiones deben ser
tomadas con cierta perspectiva –una mujer puede resultarnos atractiva por
muchísimas otras razones que nada tienen que ver con su carga genética–, no
cabe duda de que en el sexo y el amor nuestros instintos animales tienen una importancia
imposible de negar.
En los últimos tiempos se han publicado numerosos estudios
científicos que tratan de explicar qué atrae a los hombres de las mujeres.
1. La simetría
Los rostros bellos siempre son simétricos (tanto en hombres
como en mujeres), pues así es como la naturaleza prevé que sea nuestra cara. Y
es por ello por lo que nos atraen más las caras simétricas: detrás de éstas
suele haber buenos genes.
Según constataron por primera vez Randy Thornhill y Steven
Gangestad, las personas con un rostro más simétrico son sexualmente activas a
una edad más temprana y, por lo general, tienen más sexo a lo largo de su vida.
Un estudio reciente aseguró que la pérdida de la noción de simetría es lo que
hace que, al beber alcohol, veamos a todo el mundo más sexy.
2. Un correcto índice cintura/cadera
El índice cintura/cadera (ICC) es la relación que resulta de
dividir el perímetro de la cintura de una persona por el perímetro de su
cadera. Este valor es importante para nuestra salud –una relación superior a
uno está asociada con un aumento en la posibilidad de contraer diversas
enfermedades–, pero también para el atractivo físico.
A los hombres les atraen las mujeres con un ICC de entorno a
0,7 (la cadera es bastante más ancha que la cintura), pues es la relación que indica que la mujer tiene correctos
niveles de estrógeno y es más fértil. Un reciente estudio liderado por el
doctor Colin Hendrie, profesor de etiología humana y animal de la Universidad
de Leeds, aseguró además que existe una estrechísima relación entre el tamaño
de las caderas y el comportamiento sexual de las mujeres. Según el
investigador, las mujeres con caderas más anchas tienen una mayor propensión a
mantener relaciones sexuales debido a que un posible parto sería más fácil y
menos traumático para ellas.
3. Llevar menos maquillaje
Decía el poeta Charles Baudelaire en su famoso escrito
Elogio del maquillaje, que “el maquillaje no tiene que ocultarse, que evitar
dejarse adivinar; puede, por el contrario, mostrarse, si no con afectación, al
menos con una especie de candor”. Para el francés, el artificio podía mejorar a
la naturaleza, una idea que, sin embargo, ha sido rebatida por los estudios
científicos.
El doctor Alex Jones, de la Universidad de Bangor (Gales),
explica en un estudio publicado en Quarterly Journal of Experimental Psychology
que las mujeres se echan un 40% más de maquillaje de lo que los hombres
consideran atractivo.
4. Un tono de voz agudo y cantarín
El tono de voz también influye a la hora de resultar
atractivo. Aunque son los hombres los que más cambian su tono de voz cuando
tratan de ligar con una mujer –su voz es más cantarina, menos monótona, y sube
de volumen–, las mujeres también cambian su voz cuando su atractivo se ve
amenazado por otras mujeres.
Según, Juan David Leongómez, psicólogo de la Universidad de
Stirling (Escocia), las mujeres mantienen su tono de voz cuando hablan con un
hombre atractivo, pero lo cambian cuando hablan con otra mujer atractiva, de
forma similar a como lo hacen los hombres. La razón por la que ocurre esto no
está del todo clara, pero Leongómez sugiere que su audiencia no son realmente
sus competidoras, sino los hombres por los que compiten con ella. En
definitiva, tratan de resultar más atractivas que las otras mujeres.
Los científicos escoceses no son los únicos que han
estudiado la importancia del tono de voz en la fase de cortejo. Investigadores
del University College de Londres descubrieron que a los hombres les atraen más
las mujeres con un tono de voz agudo, porque es una señal de que éstas tienen
un cuerpo más pequeño que el suyo y son jóvenes.
5. Un buen sueño
Según un grupo de investigadores suecos, uno de los factores
que más influyen en el atractivo físico (tanto en hombres como en mujeres) es
un correcto descanso. Cuando dormimos menos de lo que estamos acostumbrados, se
nos nota cansados, tenemos un aspecto menos saludable y, por tanto, somos menos
atractivos.
6. Ser joven
Mientras que en el hombre no importa tanto la edad para
concebir (aunque cada vez más estudios se enfrentan a esta creencia popular),
en las mujeres es decisivo, y la naturaleza ha hecho que sean más atractivas
las chicas que están en la edad de fertilidad óptima, que se sitúa de media en
los 24,8 años.
Desde la infancia hasta la edad adulta, los rostros crecen a
ritmos y proporciones diferentes, dependiendo sobre todo de nuestras hormonas,
y los rostros más atractivos son aquellos que se asocian a la juventud –se
pueden tener 40 años y tener rasgos de 25, lo que sin duda hará a la mujer más
atractiva–.
Hay un estudio que muestra, incluso, que los hombres están
dispuestos a gastarse más dinero en un anillo de novia cuanto más joven sea
esta. Y es algo que no cambia con la edad. Según un estudio publicado en 2009
en la revista Psychological Aging, “a medida que nos hacemos mayores, los
hombres desean a mujeres cada vez más jóvenes que ellos mismos, mientras que
las mujeres desean hombres mayores hasta que alcanzan los 75 años, cuando ya les
empiezan a gustar hombres más jóvenes que ellas”.
7. Un ombligo profundo
La investigadora Aki Sinkkonen, de la University of
Helsinki, sugiere en sus estudios que a lo largo de los siglos el ombligo de
las mujeres ha sido un signo de su vigor sexual y reproductivo. Basándose en el
testimonio de los hombres entrevistados en diferentes investigaciones, observó
que los ombligos profundos de las mujeres resultan muy atractivos. Profundos
(aunque no demasiados) y delicados, son un buen síntoma de una sexualidad
potente.
Miguel Ayuso en El Confidencial