Perú
ha aprobado la polémica expansión del proyecto de gas de Camisea en la tierra
de tribus amazónicas no contactadas, pese a la indignación internacional
generada por los planes de ampliación, la dimisión de tres ministros y la
condena de Naciones Unidas y de otras organizaciones internacionales de
derechos humanos.
El
Ministerio de Cultura peruano, a quien corresponde la protección de la población
indígena del país, ha aprobado los planes de las faraónicas compañías
petroleras Pluspetrol (Argentina), Hunt Oil (EE.UU.) y Repsol (España) para
detonar miles de cargas explosivas, perforar pozos exploratorios y permitir la
entrada de cientos de trabajadores a la Reserva Nahua-Nanti, ubicada a solo 100
km de Machu Picchu.
La
expansión podría diezmar a las tribus no contactadas que habitan en la reserva,
dado que cualquier contacto entre los trabajadores del gas y los indígenas
podría resultar en la propagación de enfermedades o epidemias frente a las que
los indígenas apenas tienen inmunidad.
La
misma Pluspetrol reconoce el devastador impacto que la expansión podría tener.
En su “Plan Antropológico de Contingencia” la empresa determina que cualquier
enfermedad transmitida por los trabajadores podría causar “prolongados periodos
de enfermedad, muertes masivas y, en el mejor de los casos, largos procesos de
convalecencia”.
Por todo el mundo se han desarrollado
protestas contra la expansión del proyecto de gas de Camisea en la selva
amazónica peruana. Por todo el mundo se han desarrollado protestas contra la
expansión del proyecto de gas de Camisea en la selva amazónica peruana. © Survival
Cuando
el gigante petrolero Shell inició sus exploraciones en la zona, llevó a la
muerte a casi la mitad de la tribu nahua. Un hombre nahua lo recuerda: “Muchas,
muchas personas murieron. La gente moría por todas partes, como les ocurre a
los peces después de envenenar el arroyo. Dejaron que la gente se pudriera por
las riberas del río, en la selva y en sus casas. ¡Esa terrible enfermedad!”
El
proyecto viola la legislación nacional peruana y el derecho internacional, que
requieren el consentimiento sobre cualquier proyecto que se lleve a cabo en
tierras indígenas.
El
año pasado se desarrollaron protestas internacionales para frenar la expansión
de Camisea, y más de 131.000 simpatizantes de Survival enviaron un mensaje al
presidente de Perú, Ollanta Humala, exhortándolo a detener el proyecto de
hidrocarburos en tierra de indígenas no contactados. Survival International ha
entregado hoy un listado con las miles de firmas recabadas en la embajada de
Perú en Londres.
Como
resultado de la campaña de alto impacto para detener la ampliación desarrollada
por la organización Survival International, las organizaciones locales AIDESEP,
FENAMAD, COMARU, ORAU y otras, se han evitado las pruebas sísmicas en las
orillas de los ríos y la ubicación de un pozo se ha trasladado fuera de la
tierra de una tribu aislada.
El
director de Survival International, Stephen Corry, dijo hoy: “Hace treinta años
los trabajadores de prospecciones del depósito Camisea penetraron en lo
profundo del territorio del pueblo nahua y poco después la mitad de la tribu
resultó aniquilada por la gripe y enfermedades similares. ¿Es que el Gobierno
peruano no ha aprendido nada de su historia y está dispuesto a arriesgarse a
que esto suceda de nuevo en beneficio de unos pocos pozos de gas?”