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lunes, 5 de enero de 2015

Así, sí: 4 consejos para conseguir que ellas tengan un orgasmo

Es complicado determinar el tipo de amante que somos: ¿activos y exploradores o perezosos y comodones? Para muchos hombres el orgasmo femenino se ha convertido casi en un mito, pero no es tan difícil encontrarlo.
 
Aunque en muchas ocasiones depende más del día, las ganas o el cansancio acumulado que de la mucha o poca idea que tengan sobre cómo moverse en el terreno, es sencillo convertirse en un amante de diez si se tienen en cuenta algunas zonas que no hay que pasarse por alto para conseguir –cuando menos intentar– que ella alcance el orgasmo.
 
Cada mujer puede responder de forma diferente a los estímulos sobre sus zonas erógenas –muchas más de las que, en general, se tratan de excitar– pero lo importante es conocer dónde encontrarlas hasta averiguar si se está tocando la tecla perfecta.
 
Si además tiene en cuenta que las horas del día más propensas para practicar sexo también varían entre sexos –aunque hace poco un estudio habló de la hora de comer como el momento ideal para ambos– y que en el caso de las mujeres la concentración y el poder de la mente juegan un papel bastante importante, tendrás más posibilidades de conseguir que ella alcance el orgasmo y tener relaciones sexuales mucho más placenteras.
 
En general, las mujeres valoran el esfuerzo y la voluntad de explorar y agradar –sin que parezca que van a perder su turno en una partida del juego Operación, algo de seguridad también se agradece–, pero no está de más que conozcas las cuatro consejos que pueden conducirte a llevarla clímax. 
 
1. Llamando al clítoris: cómo encontrar el famoso botón del on
 
Como explica Valentine Njoroge en All Africa, “si no sabes dónde está el botón, no desesperes”. Incluso hay muchas mujeres que desconocen exactamente cómo estimular y acariciar la zona erógena más famosa. Quién sabe si explorando en equipo os encontráis con el denominado “botón” que inicia la partida.
 
Poniendo el dedo entre los labios vaginales y deslizándolo hacia abajo, hacia la zona de la entrada de la vagina, se siente un pequeño bultito que, de estar estimulando correctamente, percibirás cómo se pone duro. Acarícialo suavemente alrededor con la yema del dedo encontrando el ritmo y la fricción que le guste a ella. Es importante escucharos y hablar para que ella te indique si no se te ha ido de las manos –nunca mejor dicho– y estás acariciando donde le gusta.
 
2. El periné o perineo: zona erógena común que debes (debéis) explorar
 
Más conocido por dar nombre a la zona erógena masculina más rehuida por muchos hombres, también resulta excitante y placentera para ellas. Se encuentra entre el ano y los geniales y es una zona en la que confluyen numerosas terminaciones nerviosas, por lo que acariciarlo y tocarlo puede despertar sensaciones excitantes y sorprendentes.
 
La zona del ano puede conducir al orgasmo si se comienza excitando el periné y se va poco a poco hacia el esfínter, donde se acumulan las terminaciones nerviosas que producen una mayor excitación.
 
Eso sí, igual que en el caso de ellos, ten en cuenta que no a todas las mujeres les gustan los juegos por estas zonas. Es importante escucharos y hablar para que ella te indique si estás acariciando donde le gusta.
 
3. El punto U: por qué excitar la zona de la uretra
 
Este punto erógeno femenino se encuentra en la uretra, entre los labios mayores del clítoris y el inicio de la vagina. Se trata de una zona que está rodeada por tejido eréctil por lo que acariciarlo por encima o por debajo suavemente puede conducir a la mujer al orgasmo.
 
No es demasiado común excitar esta zona pero, de hacerlo bien, sin que la sensación de micción distraiga la atención de ella y se consiga excitarlo a la par que se trabajan otras zonas erógenas, puede conseguirse un placer mucho más completo. Como explica Njoroge “en Uganda se les enseña a los hombres cómo acariciarlo suavemente con la punta de sus penes” para estimularlas.
 
4. Conoce y encuentra el punto A: el epicentro del placer
 
Aunque no se le tiene demasiado en cuenta, es otro punto erógeno femenino que se encuentra entre el Punto G y el cuello de del útero, cerca del fórnix anterior. “Al igual que un terremoto, una mujer tiene un epicentro”, comenta Njoroge. Se le considera el equivalente a la próstata masculina y se halla entre el final del conducto vaginal y el cuello uterino.
 
Si se estimula sin cuidado, puede conducir a contracciones vaginales violentas por lo que se recomienda hacerlo con suavidad acariciando con el dedo la pared vaginal anterior –la parte delantera– arqueándolo en forma de gancho.