Ciudad Real, 17 de julio, 23.00 de la noche: 32, 8 grados
centígrados en el exterior, según datos oficiales de la AEMET (Agencia Estatal
de Meteorología). Con estas temperaturas, las sábanas se pegan, el pijama sobra
y el aire brilla por su ausencia. El calor hace que sea imposible dormir. La
OMS confirma que el 20% de la población sufre de forma transitoria dificultades
para conciliar el sueño y permanecer dormido. La primera reacción: encender el
aire acondicionado, si se tiene. Aunque, muchas veces, el gasto energético y de
luz de estos aparatos modernos no compensa. Y decidimos apagarlo.
¿Es posible dormir fresco en verano sin aire acondicionado?
La tradición dice que sí. Ya en la época egipcia, sus ciudadanos mojaban la
ropa de cama para descansar mejor y combatir las olas del calor. Estas son un
serio peligro para la salud pública. Según los resultados de un estudio llevado
a cabo por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la
mortalidad en personas mayores de 75 años aumenta un 20,1% por cada grado en
que la temperatura máxima diaria supera los 36 grados centígrados.
Nuestros antepasados nos dejaron en herencia muchos trucos.
Se pueden utilizar sábanas de algodón –este material facilita la
transpiración–; meterlas en la nevera o en el congelador en una bolsa de
plástico unos minutos antes de irse a dormir (no estarán frescas toda la
noche, pero si lo suficiente para coger el sueño), o usar la bolsa de agua
caliente, rellenándola con agua fría, para refrigerar la cama. Le damos alguno
más.
1. Sea creativo. invente métodos que eviten que el aire
caliente entre en la habitación. Por ejemplo, coloque un ventilador dirigido
hacia las ventanas para impedir que entre el bochorno; o sitúe un bol lleno de
hielo o de agua muy fría delante de las aspas para que el aire sea más fresco.
Una sábana mojada colgando de las ventanas también ayuda.
2. Elija un pijama ligero. Lo recomienda el Centro de
Prevención y Control de Enfermedades de EE UU (CDC, en sus siglas en inglés).
Si prefiere dormir desnudo también puede hacerlo. Es cuestión de gustos. Aunque
un estudio de la Asociación de Algodoneros Estadounidenses Cotton USA que hizo
en Reino Unido, concluyó que el 57% de las personas que duermen desnudas son
más felices en su relación de pareja.
3. Aplique compresas mojadas en agua tibia en las zonas más
sensibles al calor como el cuello, los codos, los tobillos o detrás de las
rodillas. El contacto con el agua fría ejercerá un estímulo térmico que
desencadena una vasoconstricción, provocando calor en la piel. En cambio, el
calor provoca frío por la diferencia con la temperatura ambiente, según explica
la hoja informativa del CDC.
4. Duerma solo. Es la mejor para mantenerse fresco, hacerlo
con alguien aumenta el calor corporal y hace que la ropa de cama se quede
pegajosa, según explica dormir.org.es, web dedicada a los problemas del sueño.
Hacerlo, además, a ras del suelo, hará que esté aún más fresco ya que el calor
tiende a desplazarse hacia arriba.
5. Dese una ducha de agua templada para reducir la
temperatura corporal. Es muy buena técnica para sentirse fresco y limpio. Son
muchos los que defienden que, aunque el choque térmico del agua fría sobre
nuestro cuerpo produce una sensación instantánea, reactiva el organismo y el
gasto energético, provocando al final que sintamos más rápido el calor tras la
ducha que si la tomamos con agua templada, explica el Instituto Biológico de la
Salud. Además, mantenga los pies frescos ya que el calor entra por estas
extremidades. Lavarlos antes de dormir o mantenerlos fuera de la cama pueden
ser buenos trucos.
6. Cene ensalada. Evite las comidas copiosas y que necesiten
consumirse en caliente como un estofado, sopa o pollo al horno. Obliga a que el
cuerpo produzca más calor para digerirlas. Un gazpacho, un yogur o una ensalada
son perfectos para las noches de verano. ¡Y recuerde, beba mucha agua!,
recuerda la OMS. El cuerpo la utiliza para evacuar calor.
7. Apague completamente las luces y los aparatos
electrónicos. No vale en stand by: gastan energía y siguen emanando calor
(según la Agencia Internacional de la Energía, el modo espera consume entre un
5% y un 10% de la que necesita encendido el aparato en cuestión). Y sustituir
las bombillas incandescentes por fluorescentes compactos: producen la misma luz
pero utilizan una quinta parte de la energía y emanan menos calor, según
explica el centro de Emergencias de Arlington (Virginia).
Por último, si puede dormir al aire libre, hágalo. Invente
una acampada en la azotea o vaya al campo a dormir cerca de un lugar con agua
(el agua suspendida en el ambiente, refresca), y convierta una noche terrible
de calor en toda una aventura.
Carolina García en Elpais.com