Su alteza real doña Elena María Isabel Dominica de
Silos, infanta de España, duquesa de Lugo, y la más incorrupta de las dos hijas
del rey cesante, ha tenido que tomar esta semana una dolorosa decisión:
encerrar a Froilán de Todos los Santos en un internado de curas por Sigüenza,
donde la estatua del doncel. No se me ocurre castigo más visigótico para un
adolescente. Es lo que tiene llevar título de caballero divisero, joven
excelencia.
Me duele desvelar la razón de este cruel encierro,
mas no es otra que la escasa aplicación del quinceañero Borbón a los estudios.
Froilán ya ha repetido un curso de la ESO y, como no espabile, jamás va a
llegar a ser como Napoleón, como su tío El Preparao, o como Pablo Iglesias. En
ascuas está el pueblo español ante la perspectiva, no tan irreal, de llegar a
coronar a un rey que no tiene ni la ESO. Qué deslustre para la inmarcesible
marca España.
Decir, en descargo del chaval, que no tuvo una
infancia fácil ni exenta de tribulaciones. Superando a los más desventurados
huérfanos de Dickens, Froilán nació hijo, sobrino y nieto de familias
desestructuradas o algo excéntricas. Su padre vestía como Beau Brummel y
montaba en patinete. Su madre lo abandonaba con la excusa de inaugurar
hospitales baratos para los pobres. Su abuelo asesinaba a los más bellos
elefantes, la abuela no paraba de tararear a Baremboim, y los tiítos
deambulaban constantemente por los tinglados de corrupción de los telediarios.
Al final, como todo el mundo sabe, el pobre Froilán se pegó un tiro en el pie.
Yo hubiera hecho lo mismo. Vaya familia. ¿Cómo no va a cargar todo?
Felipe Juan Froilán de Todos los Santos de
Marichalar y Borbón es, como tantos otros menores, cuarto en la línea de sucesión
al trono español y víctima de unas circunstancias familiares muy escabrosas. Yo
propongo rescatarlo de su extraña familia y de sus eximios e incompetentes
profesores, y mandarlo a estudiar a la pública. Veréis, altezas del pueblo,
cómo mejora.
Digo esto así, demagogeando, porque el fracaso
escolar de Froilán me parece sólida evidencia de que la enseñanza privada es
peor y más cara que la pública. Si los profesores privados más doctos y caros
de España no son capaces de educar a un futuro rey de quince años, quizás haya
que replantearse la eficacia de la enseñanza privada en general, dejar de
subvencionarla con lo público, y arrebatar de las ignaras fauces sacerdotales a
los pequeños estudiantes hijosdalgo.
Porque, analizando los últimos sucesos,
uno propende a pensar que la educación borbónica y eclesial que están
recibiendo niños desvalidos como Froilán puede resumirse en una sola frase de
Maquiavelo: “Si la fuerza principal, sea el pueblo, el ejército o la nobleza,
que os parece más útil y conveniente para la conservación de vuestra dignidad
está corrompida, debéis reírle las gracias y disculparla. La honradez y la
virtud, en estos casos, son perniciosas”.
El pobre chaval se ha convertido en otro problema
de Estado. En Palacio están que trinan. En plena vorágine de la abdicación, la
coronación, las manifestaciones, los votos republicanos, las cargas policiales,
la visita al Papa, y lo de la Cristinita, va el gandul de Froilán y carga todo.
Si es que, de un tiempo a esta parte, todo es desgracia en Borbonia.
A pesar de sus cuitas, yo creo que Froilán es hoy
el único Borbón del que no desconfían, y al que más aprecian, los españoles. A
golpe de trending topic, se ha ido forjando un carisma que seduce incluso a los
republicanos y a los anarquistas. Sobre todo a los anarquistas.
En resumen, que parece hasta un chaval normal, y
los españoles estamos consintiendo que lo corrompan entre ritos
católico-castrenses y armas de fuego que no traen más que desgracias, como la
del pie. Yo creo que la Marea Verde debería movilizarse por una educación
pública, gratuita y digna para Froilán de Todos los Santos. Cada día se la
merece más, el chaval. A pesar de las notas.
Aníbal Malvar para Público.es
Leído en: http://blogs.publico.es/rosa-espinas/2014/07/02/las-nots-de-froilan-y-la-ensenanza-privada/