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martes, 9 de septiembre de 2014

A los fabricantes de bragas

Un artículo muy gracioso...
 
El mundo textil de la ropa interior lleva años jugándonosla a todas las vaders y afines. Nosotras, acostumbradas a sufrir en silencio y a esconder nuestras vergüenzas como si no existieran, estamos hartas de soportar la incompetencia de los fabricantes de bragas quienes, según hemos constatado, desconocen por completo las necesidades de los usuarios.
 
Las bragas presentan errores elementales de diseño que hacen que su funcionalidad se vea limitada. Desafortunadamente, el público al que se destinan estos productos está acostumbrado a manejar dispositivos bien repletos de defectos de serie, bien implantados específicamente para que impere la incomodidad y, por qué no decirlo, el sufrimiento en su sentido más amplio (tacones, tangas, cera caliente, hijos…). Con esta premisa es fácil comprender que los usuarios de bragas apenas protesten por la ineficacia de su detalle más importante: el chochero (sí; la calle ha hablado y parece ser que se llama así).
 
El chochero es una capa extra de tela superpuesta. Su principal función consiste en asegurar que el área de impacto de diversos fluidos queda reforzada. De este modo el flujo vaginal, por ejemplo, difícilmente ha de traspasar hasta incidir con el pantalón, lo que debería dotar a la usuaria de gran autonomía.
 
(1) Área de impacto de fluidos
Sin embargo, las prestaciones del chochero no son todo lo satisfactorias que debieran. Su optimización sería  mejorable si alguien se molestara en configurar una adecuada ubicación del mismo.
 
Como vemos en esta imagen tan ilustrativa, el área de impacto de fluidos queda totalmente externa al chochero, limitando sus posibilidades en ciertas situaciones. Un par de centímetros más de tela serían suficientes para conseguir un acabado perfecto del refuerzo. El diseño tradicional, tal y como viene fabricándose, lo vemos más dirigido a jóvenes o entornos de uso muy específicos.
Nos vemos obligadas a citar como ejemplo representativo el bochornoso caso del salvaslip, cuya forma y tamaño son muy similares al del chochero. Es fácil llegar a la conclusión de que el salvaslip no es más que otro refuerzo extra de ayuda al chochero y parecería lógico pensar que debe adherirse justo encima de éste. Bien, pues resulta que no. El salvaslip ha de colocarse por delante del chochero, asegurándonos de que cubre el área de impacto marcada en la imagen anterior. Que una adecuada colocación del salvaslip consista en burlar los límites del chochero, representa la prueba irrefutable de que existe un terrible error de diseño de nuestras bragas.
Por tanto, queridos fabricantes de bragas: EL CHICHI ESTÁ MÁS ARRIBA, entérense de una vez.
Por Mara Jade Garland