Las mareas son los movimientos de
agua causados por la fuerza de la gravedad que la Luna ejerce sobre
nuestros mares, y que provoca una fuerte atracción del océano hacia el astro.
Cuando el océano crece se habla de marea alta o pleamar. La marea entrante
se denomina "flujo". Si la Luna se
encuentra en el otro lado de la Tierra, es cuando tenemos la marea baja o
bajamar. La marea saliente se llama "reflujo".
El Sol también ejerce esta fuerza sobre nuestros mares, pero como está más lejos, su influencia es menor, pero una vez al mes, cuando hay luna nueva o llena, el Sol y la Luna están alineados, entonces los océanos se ven atraídos por las fuerzas combinadas de los dos astros y por ello la marea es más fuerte. A eso se denomina "marea viva", en caso contrario (creciente y menguante) se llama "marea muerta". Ver vídeo
El Sol también ejerce esta fuerza sobre nuestros mares, pero como está más lejos, su influencia es menor, pero una vez al mes, cuando hay luna nueva o llena, el Sol y la Luna están alineados, entonces los océanos se ven atraídos por las fuerzas combinadas de los dos astros y por ello la marea es más fuerte. A eso se denomina "marea viva", en caso contrario (creciente y menguante) se llama "marea muerta". Ver vídeo
En el Mediterráneo prácticamente
no existen mareas. En pleno Atlántico hay del orden de 1 metro, y sin embargo
en este mismo mar en la zona del canal de la Mancha alcanza varios metros. En
Canadá en la bahía de Fundy llega a ser de
¡más de 15 metros! ¿Por qué estas diferencias?
Para entenderlas podemos comparar
el mar con una bandeja llena de agua. Al moverla suavemente el agua se desplaza
desde un extremo a otro. El tiempo empleado por el agua para ir de un extremo a
otro dependerá del tamaño de la bandeja. Es a lo que llamamos periodo, y cada
tamaño de bandeja tiene un periodo determinado, que será más grande cuanto
mayor sea ésta. Si movemos la bandeja de forma rítmica, dando un impulso a cada
‘golpe’ de periodo, el movimiento se irá amplificando hasta conseguir llegar a
desbordar el agua de la bandeja. A este fenómeno lo denominamos resonancia.
El Atlántico es una enorme
bandeja de 4.000 metros de profundidad media y su periodo es del orden de 12
horas, que coincide aproximadamente con el tiempo que pasa entre una excitación
debida a la influencia de la Luna y la siguiente. En algunas bahías se refuerza
este efecto de resonancia debido a la topografía de la zona haciendo que la
masa de agua entrante se concentre y canalice con más intensidad.
El Mediterráneo puede ser
considerado como un mar cerrado ya que el paso del Estrecho es muy pequeño e incapaz
de ‘tragar’ la marea atlántica a suficiente velocidad como para que pueda
influir en sus aguas. En el Mediterráneo las posibles mareas serían únicamente
las que pudieran originarse directamente en sus aguas. El Mediterráneo está
separado en dos grandes cuencas separadas por una zona de baja profundidad
entre Sicilia y Túnez.
El periodo correspondiente a cada
una de estas cuencas es del orden 2 ó 3 horas, por lo que la influencia de la
luna no es capaz de provocar la resonancia. Muy al contrario a veces una
excitación de la Luna contrarresta la anterior, haciendo que la marea sea muy
pequeña o completamente nula.
Pero las causas de las mareas son
todavía más complicadas. En algunas islas como Tahití en mitad de un océano con
mareas, éstas no perciben ningún efecto de ellas. Volvamos a nuestra bandeja
con agua en movimiento. La onda se mueve adelante y hacia atrás, haciendo subir
el nivel del agua en los bordes, pero en medio el nivel permanece constante. Lo
mismo ocurriría si en vez de una bandeja utilizamos un bol con agua al que
damos movimiento haciendo círculos. El agua barrera todo su perímetro pero en
el centro el nivel se mantendrá constante. En el océano las ondas de marea
además de desplazarse de Este al Oeste, también giran debido a la rotación de
la tierra, alrededor de unos puntos en los que no existe diferencia de altura
de marea, llamados puntos anfidrómicos. Tahití está cerca de uno de ellos.