Las mejores cosas de la vida, vienen sin quererlas, sin pedirlas, sin desearlas, pero son las que cuando faltan se necesitan.
Son detalles, sonrisas, ratos improvisados en cualquier calle o lugar, son las risas tontas, las caídas graciosas, tardes de locuras y noches que acaban al día siguiente...
Definitivamente las mejores cosas de la vida ni se compran, ni se venden y mucho menos se pueden planear, simplemente surgen solas...