Aunque este año ha tardado en llegar el frío, ya están aquí
las bajas temperaturas y, con ellas, unas facturas de gas y luz que no nos
dejan dormir tranquilos. Según FACUA-Consumidores en Acción, el precio medio de
la luz se ha incrementado un 12,4% con respecto a enero (cuando se implantó el
nuevo sistema de fijación de precios), una noticia fatídica para todas las
personas que tienen que pasar el invierno tirando de radiadores eléctricos. Por
si esto fuera poco, el déficit de tarifa amenaza con abrir el melón de las
subidas en la factura del gas, por lo que todo apunta a que el año que viene
pagaremos más. Y esto sin contar que la bombona de butano cuesta ya un 63% más
que en 2009.
La publicidad no deja de advertirnos de que, si queremos
ahorrar en calefacción, haríamos bien en cambiar ventanas, aislar mejor la casa
o instalar una nueva caldera… Y a largo plazo es cierto, pero no todo el mundo
puede afrontar una inversión de este tipo. Por suerte, existen una serie de
prácticas que nos permitirán mantener nuestra casa caliente ahorrando en gas y
luz. Y no se trata de nada sofisticado: son cosas de sentido común que habíamos
dejado de hacer pensando que el calor en nuestro hogar estaría siempre
garantizado.
1. Mantén tu casa a 20 grados
Según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la
Energía (IDAE) la temperatura ideal a la que tenemos que poner la calefacción
para no pasar frío y no derrochar dinero es de 20º. Por cada grado de más, el
gasto aumenta en un 7%.
2. Apaga la calefacción cuando sea necesario
Muchas personas creen que apagar y encender la calefacción
acarrea un mayor consumo de energía, pero no es cierto. Aunque es preciso un
pico de calor para alcanzar de nuevo la temperatura adecuada, merece la pena
apagar la calefacción si no estamos en la vivienda o por la noche, cuando
estamos cubiertos de edredones y mantas.
Si hace demasiado frío puedes dejar la calefacción encendida
por la noche, pero al menos baja la temperatura. Según un estudio de la Oficina
Verde de la Universidad de Zaragoza, si se limita la temperatura a 16º entre
las diez de la noche y las seis de la mañana, se puede recortar en torno a un
13% el consumo anual de combustible.
3. Cierra tus persianas de noche
Durante el día, los rayos del sol pueden calentar algo tu
casa, pero la ventana no deja que escape la radiación infrarroja. Por la noche,
sin embargo, las ventanas sencillas pueden llegar a estar tremendamente frías.
En una casa vieja en la que la calefacción mantiene el interior a unos 20
grados de temperatura, las ventanas, por dentro, pueden llegar a estar a 7
grados. Esto supone una pérdida de energía bestial. Entre el 25% y el 30% de la
calefacción gastada en los hogares se destina a cubrir las pérdidas de calor
que se originan en las ventanas.
Incluso si tienes ventanas de doble acristalamiento, la
temperatura de estas puede bajar a unos 14º, lo que supone una pérdida de
energía de entre 50 y 100 vatios por metro cuadrado, el equivalente a tener
encendida una bombilla antigua.
La mejor manera de disminuir esta pérdida de energía pasa
por cerrar la persiana y las cortinas en cuanto anochece, algo que aumenta el
aislamiento de forma significativa. Si quieres ventilar basta con que abras las
ventanas 10 minutos, a ser posible al medio día, que es cuando menos frío hace.
4. Cubre los muros y las puertas
Aunque se pierde más calor a través de las ventanas, los
muros exteriores también se enfrían y hacen que nuestra casa pierda calor. Las
paredes de nuestra casa que dan a la calle suelen estar 3 o 4 grados más frías
que el interior de la casa. Si estos muros están desnudos, perderemos mucha más
energía. Lo ideal es cubrir las paredes con cuadros, posters o, mucho mejor,
una buena librería. ¿Por qué crees que las paredes de los castillos medievales
se cubrían con tapices?
La diferencia puede parecer insignificante, pero no lo es.
Un simple póster puede aumentar la temperatura de una pared en 1,5º y una
librería bien surtida elimina casi por completo la pérdida de calor a través de
las paredes.
Las puertas que dan al exterior pierden aun más frío que los
muros. Su temperatura puede llegar a ser 15º inferior que la de la casa en las
noches más frías. Una buena idea es cubrir tu entrada con una cortina o algún
material aislante. Además, para evitar que el frío se desplace de una
habitación a otra es conveniente instalar burletes y mantener cerradas las
puertas.
5. Haz vida en los puntos cálidos de la casa
Cuando no existía la calefacción, todo el calor de la casa
se concentraba en el hogar, y es junto a este donde se concentraban todas las
actividades domésticas. Existían incluso pantallas de madera que se colocaban
alrededor del fuego, para concentrar el calor que desprendía este.
Hoy la mayoría de hogares cuentan con más de una fuente de
calor, pero sigue habiendo estancias más calientes que otras y, lo que es más
importante, lugares dentro de las estancias que son más calientes que otros.
Existe una norma básica a seguir: cuanto más alejados estemos de las paredes exteriores,
más calientes estaremos.
En ocasiones, es imposible colocar el sofá o la cama en otro
sitio que no sea pegado a un muro exterior –aunque lo ideal, aunque hoy parezca
extraño, es que estén en mitad de la habitación–. Pero si no queda otra haríamos
bien en no entrar en contacto directo con las paredes: un simple tablón de
madera hace que aumente la temperatura de manera significativa. Las alfombras
también ayudan a conservar el calor, sobre todo si el suelo es de terrazo.
Leído en: http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2014-12-07/cinco-ideas-para-tener-la-casa-caliente-ahorrando-en-tu-factura_522404/?utm_source=dlvr.it&utm_medium=facebook