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Previsión del tiempo

lunes, 30 de junio de 2014

Las 7 pruebas médicas que deberían hacerse los hombres

De un tiempo a esta parte, han surgido muchas voces en la comunidad médica que advierten de la inutilidad de muchos chequeos médicos universales. Según sus críticos, las revisiones médicas de este tipo provocan más alarmas injustificadas de las que sería deseable y, por el contrario, son poco efectivas a la hora de detectar las verdaderas amenazas.
 
Pero, pese a que ningún médico duda de que la mejor forma de atender a los pacientes son los diagnósticos personalizados, elaborados por el médico de cabecera en función de unos síntomas por los cuales se acude al médico, hay una serie de pruebas estandarizadas que son imprescindibles a partir de cierta edad. Y, como es lógico, son distintas para hombres y mujeres.
 
Estas son las pruebas que todos los hombres deberían hacerse llegado el momento, para prevenir males mayores.
 
1. Diabetes
Cuándo
A partir de los 45, o antes si tienes algún factor de riesgo, como exceso de peso, colesterol, alta presión arterial o antecedentes familiares de la enfermedad.
 
Por qué
 
Si tu dieta no es todo lo buena que debiera, la diabetes tipo 2 puede empezar a desarrollarse en cualquier momento. La buena noticia es que, si se detecta a tiempo, una dieta de choque puede acabar con ella y que la cosa no llegue a mayores. Si no, el resto de tu vida serás dependiente de la insulina.
 
Cómo
 
Existen dos pruebas para medir la diabetes: una medición de la glucosa en plasma (que debe realizarse tras un periodo de ayunas de al menos 8 horas), que se ofrece en la Seguridad Social, y la prueba de hemoglobina A1C, disponible en la cartera de servicios de muchas aseguradoras privadas. El Ministerio de Salud recomienda pasar la prueba cada 3 años a partir de los 45.
 
2. Índice de Masa Corporal
 
Cuándo
 
Es un indicador esencial de nuestra salud y todos deberíamos conocerlo para saber si estamos por encima de las cifras consideradas aceptables.
 
Por qué
 
El IMC es uno de los datos más importantes que debemos conocer para hacernos una idea de nuestro estado de salud general. A partir de ciertos niveles –desde el 25– es imprescindible que nos preocupemos por reducirlo, haciendo dieta y ejercicio, si no queremos tener serios problemas cardiovasculares o padecer diabetes. Aunque su cálculo es siempre imperfecto (hay gente sana con un IMC considerado patológico, y gente enferma con un IMC normal), sigue siendo un dato imprescindible para conocer nuestra salud.
 
Cómo
 
El IMC es un indicador orientativo. Lo puede calcular cualquier facultativo y suele ofrecerse en las revisiones médicas generales, pero nada nos impide obtenerlo nosotros en nuestra propia casa. Se calcula, sencillamente, dividiendo nuestro peso (en kilogramos) por nuestra estatura (en metros), al cuadrado. Después, basta comprobar la clasificación de la Organización Mundial de la Salud, para saber si padecemos sobrepeso, obesidad o delgadez (de la que también deberíamos preocuparnos).
3. Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS)
 
Cuándo
 
Todo el mundo, a partir de los 15 años, aunque deben tener especial atención todas las personas que hayan realizado sexo sin protección o hayan consumido drogas por vía intravenosa.
 
Por qué
 
Aunque el impacto del sida ha disminuido en todo el mundo occidental, no podemos dar por ganada la batalla. Todos podemos ser víctima de esta u otras ETS, aunque pensemos que nuestros comportamientos sexuales hayan sido siempre seguros. Hay que tener en cuenta, además, que se puede contraer una enfermedad como el sida y no notar sus efectos hasta pasada una década. Si se detecta a tiempo los retrovirales son mucho más efectivos. Los adultos nacidos entre 1945 y 1965 también deben tener especial cuidado con las hepatitis C, que podrían estar padeciendo sin siquiera darse cuenta.
 
Cómo
 
La mayoría de análisis de sangre (incluido el de la revisión médica del trabajo) detectan estas enfermedades.
 
4. Presión arterial
 
Cuándo
 
La presión arterial es la prueba más sencilla del mundo y se puede realizar en cualquier farmacia. A partir de los 18 es conveniente someternos a ella al menos cada dos años, aunque cuando nos vamos haciendo mayores, o si nuestros indicadores previos estaban al borde de lo aceptable, es conveniente que nuestro médico nos la mire siempre que le visitemos.
 
Por qué
 
Al igual que el colesterol, la alta presión arterial es síntoma de que algo no va bien en nuestro cuerpo y el sistema cardiovascular está sufriendo.
 
Cómo
 
Aunque podemos medir nuestra presión arterial en cualquier farmacia o consulta médica, si tenemos que controlarla de cerca, pues nuestros niveles tienden a ser patológicos, las máquinas que lo miden, conocidas como tensiómetros, no cuestan más de 30 euros.
5. Colesterol
 
Cuándo
 
Las autoridades sanitarias recomiendan que los hombres midan sus niveles de colesterol cada cuatro años a partir de los 20, aunque se debe aumentar la frecuencia (y realizar los controles antes) si padeces diabetes, fumas o tienes una alta presión arterial. Aunque las mujeres también pueden padecerlo la hipercolesteloremia es más frecuente en los hombres.
 
Por qué
 
Los niveles altos de LDL, el colesterol “malo”, son un gran factor de riesgo en lo que respecta a las enfermedades cardiovasculares, y deben de mantenerse siempre ne niveles aceptables.
 
Cómo
 
El colesterol se mide con un análisis de sangre. Aunque nos den la cifra de colesterol total en el examen médico del trabajo no podemos fiarnos de ella, pues para saber si nuestro colesterol es realmente patológico debemos conocer nuestros niveles de HDL (el colesterol “bueno”), LDL y triglicéridos. Dependiendo de sus combinaciones tendremos que seguir una u otra dieta.
 
6. Colonoscopia
 
Cuándo
 
A partir de los 50, cada 10 años. Antes y con más frecuencia si se cuenta con antecedentes familiares de la enfermedad.
 
Por qué
 
El cáncer colorrectal es el tercero más común, pero el segundo en mortalidad. Causa 639.000 muertes en el mundo cada año, y las posibilidades de sufrirlo aumentan con la edad. Aunque la colonoscopia es una prueba que resulta muy poco atractiva, y muchos tratan de evitar, es muy importante pasar por ella a partir de los 50.
 
Cómo
 
La colonoscopia consiste en la introducción de una pequeña cámara en el ano, para explorar el intestino en busca de pólipos u otros indicativos de que algo no está como debiera. Es mucho menos doloroso de lo que parece, entre otras cosas porque se anestesia a los pacientes. Más dura es la preparación para la prueba: para vaciar el intestino deberás estar en ayuno entre uno y tres días, bebiendo muchos líquidos y tomando laxantes. La buena noticia es que no es necesario repetir la prueba hasta pasados 10 años.
 
7. Examen de cáncer de próstata
 
Cuándo
 
A partir de los 50, cada dos años. A partir de los 45 y con más frecuencia si se cuenta con antecedentes familiares de la enfermedad.
 
Por qué
 
El cáncer de próstata es el segundo más común en hombres, pero es de los menos peligrosos si se detecta a tiempo. El problema es que se puede padecer durante años sin que los enfermos desarrollen ningún síntoma, de ahí la importancia de someterse a exámenes en su busca a partir de cierta edad.
 
Cómo
 
El método estándar para detectar el cáncer de próstata es un análisis de sangre en el que se mide el antígeno prostático específico (conocido como PSA por sus siglas en inglés), una sustancia cuyos niveles aumentan cuando se está cursando un cáncer de este tipo. Se trata de una prueba muy criticada, pues da pie a muchísimos falsos positivos: falla en el 35% de las ocasiones. Es por ello que, si aparecen niveles patológicos en un examen rutinario, no debemos alarmarnos. Sólo un examen digital del recto (realizado manualmente por un especialista) revelará si, en efecto, padecemos el cáncer. Muchos médicos piden que se estandarice esta prueba en sustitución del examen de PSA.

sábado, 28 de junio de 2014

Manifiesto por la III República

"Ha llegado el momento de que los españoles decidamos en plena libertad el régimen que deseamos para España. Por ello, pedimos la convocatoria de un referéndum, en el que se tenga la posibilidad de elegir libremente entre Monarquía o República". Esta es una de las peticiones que se desarrollan en el Manifiesto de Intelectuales por la III República, al que ha tenido acceso eldiario.es/andalucia y que ha sido firmado, hasta el momento, por una cuarentena de personas relevantes en distintos ámbitos del conocimiento.
Escritores como Marcos Ana, Rosa Regás o José Manuel Caballero Bonald, periodistas como Ignacio Ramonet, Lorenzo Contreras o Mercedes M. Arancibia, juristas como Carlos Jiménez Villarejo y un largo etcétera de profesores, historiadores y representantes del mundo de las ciencias se han sumado a la firma de este manifiesto que pide la convocatoria de un referéndum y toma parte por la opción republicana. "Han transcurrido treinta y seis años desde que se instauró en España la democracia con una monarquía constitucional como forma de Estado, con un Rey impuesto por el dictador y nunca sujeto a un referéndum de la ciudadanía", recuerdan.
Este Manifiesto de Intelectuales por la III República va a ser presentado por sus firmantes en estos próximos días en diversas ciudades del país, entre las que se encuentra Córdoba donde, de la mano de Julio Anguita se celebrará un acto -según confirma el propio político- el próximo 18 de junio, un día antes de la prevista proclamación de Felipe VI como nuevo rey de España.
A imagen y semejanza del manifiesto firmado en febrero de 1931 –previo a la II República- en el que se proponía movilizar a la ciudadanía para que se formara "un copioso contingente de propagandistas y defensores de la República española" llamando a apoyarla a "todo el profesorado y magisterio, a los escritores y artistas, a los médicos, a los ingenieros, arquitectos y técnicos de toda clase, a los abogados, notarios y demás hombres de ley" y con "la colaboración de la juventud", los intelectuales de hoy han elaborado un manifiesto similar.

"Lo mismo que ayer, nuestro llamamiento va también dirigido hoy a los intelectuales -escritores, periodistas, artistas-, a los que desempeñan tareas docentes desde la escuela primaria a la Universidad, a los que ejercen profesiones liberales -médicos, ingenieros, arquitectos, abogados-, a los integrantes de la decisiva comunidad científica, a los que ocupan cargos en la función pública, y, por supuesto, a la clase trabajadora", apuntan en el texto. El manifiesto hace un llamamiento dirigido en especial a la juventud, "a las generaciones jóvenes que no participaron en la discusión y aceptación de la Constitución de 1978, pero cuyas consecuencias padecen como el resto de la sociedad".

Proceso Constituyente, estado laico e igualdad social

Los intelectuales firmantes del manifiesto apoyan la República y explican que, "en el caso de triunfar esta última opción, se abriría un periodo de Cortes Constituyentes, en el que se elaboraría una nueva Constitución y se procedería después a la convocatoria de elecciones para la formación de un nuevo Parlamento como representante de la soberanía popular. La Constitución que se adopte debería prever las modalidades de elección del Presidente de la República del nuevo Estado, que adoptaría la forma de República federal".
Ahondando sobre el modelo de estado que debería llevarse a cabo en la opción que defienden, señalan que "el nuevo Estado no sería aconfesional (…) sino laico, como estipulaba el artículo 3 de la Constitución de 1931: 'El Estado español no tiene religión oficial'. En él se fomentarán y divulgarán desde la escuela primaria los valores laicos y republicanos".
Junto a ello, las cuestiones sociales también se tocan en el manifiesto de los Intelectuales por la III República y sobre ello indican que "obviamente, entre las tareas primordiales del nuevo régimen republicano figurará el objetivo de apostar por la igualdad social", junto a "la consecución de un moderno estado de bienestar asentado en una fiscalidad progresiva más justa cuyas conquistas sociales hagan pasar a la historia las hasta ahora conseguidas".
Y finalmente, sobre la posibilidad de llegar a proclamarse una nueva República en España, son tajantes: "La III República no es una quimera, no es una utopía. Es una urgente necesidad de regeneración democrática. Y puede ser una realidad, si todos nos unimos y luchamos juntos por conseguirlo. Sin olvidar las experiencias republicanas del pasado, la III República ha de mirar hacia el futuro".

viernes, 27 de junio de 2014

Dieciocho frases brillantes de Ana María Matute


“Ahora os inventaréis citas mías que jamás pronuncié”, se lamentó en alguna ocasión la incombustible Ana María Matute. Hoy toca quitarle la razón.
 
En el día de la muerte de una de las escritoras más importantes de las letras españolas, sillón K de la RAE y tercera mujer en recibir el Cervantes (en 2010, tras María Zambrano y Dulce María Loynaz y seguida solo por Elena Poniatowska este año) la forma más rápida, cristalina y eficaz de rendirle homenaje es celebrando aquellas citas que sí pronunció. En sus textos, en sus entrevistas o en conversación. Esas que por inconfundibles la definieron. Que la caracterizarán, a ella y a nuestras letras, en el recuerdo. Que le salieron de esa cabeza que, como le dijo un día a El País, “Me funciona: la tengo tan mal como siempre”.
  1. "Todos nos acostamos con el lobo, pero lo que no podemos hacer es confundirlo con la abuelita. Caperucita era tonta”. Esta la dijo en más de una ocasión, pero la más recordada fue en 2002, en una conferencia, titulada Mujeres: puente de igualdad, en la que reivindicaba el humor en la literatura española.
  2. “La infancia es el periodo más largo de la vida”.
  3. “Ser vieja no está tan mal, la gente te perdona todo”, decía a finales de 2011. Una variación de esa otra frase: “Para nada quisiera volver a mis 20 años. Ni a tenerlos entonces, ni a tenerlos ahora”.
  4. “El mundo hay que fabricárselo uno mismo, hay que crear peldaños que te suban, que te saquen del pozo. Hay que inventar la vida porque acaba siendo verdad”.
  5. “Nunca me he aburrido. En esta vida lo he podido pasar muy mal… y también lo he pasado muy bien. ¡Uf! Pero aburrirme, jamás”.
  6. “El Quijote es el primer libro con el que he llorado, con la muerte del Quijote, por todo lo que significa: El dejar que la locura desaparezca. Eso es terrible. El triunfo de la sensatez”, dijo en la rueda de prensa previa a recoger el Premio Cervantes.
  7. “Escribir para mí no es una profesión, ni siquiera una vocación. Es una manera de estar en el mundo, de ser, no se puede hacer otra cosa. Se es escritor. Bueno o malo, ya es otra cuestión”.
  8. “San Juan dijo: ‘El que no ama está muerto’ y yo me atrevo a decir: ‘El que no inventa, no vive”. Estas fueron las palabras con la que Ana María Matute comenzó su discurso de aceptación del Premio Cervantes. Y nos regaló otra joya para el recuerdo sobre su concepción de la literatura y la vida, que en ella eran la misma cosa: “En la literatura, como en la vida, se entra con dolor y lágrimas”.
  9. “Me parecería una autentica falta de cortesía que Dios no existiera”.
  10. “La ilusión por la vida nos hace soportar la proximidad de la muerte”, llegó a afirmar en 2010.
  11. “Un gin-tonic te da una lucidez bárbara”, dijo en otra ocasión sobre una de las costumbres que cultivó hasta sus últimos días. (En una entrevista a El País también ilustró que: “No hay cosa que más me gusta que un gin-tonic”.)
  12. “Siempre he creído, y sigo creyendo, que la imaginación y la fantasía son muy importantes puesto que forman parte indisoluble de la realidad de nuestra vida”.
  13. “El dolor es más llamativo que la felicidad”.
  14. “El tiempo lo cura todo, pero también lo quema todo. Lo bueno y lo malo. Te arranca de la memoria cosas que quisieras tener ahí. El tiempo se lo lleva”, comentaba este mismo año.
  15. “¿Qué es la felicidad? Son momentos. Lo que no existe, creo, es la desgracia continuada, pero la felicidad intensa, como lo que yo he vivido. ¿Todo el rato así? No podría soportarlo”, comentó en El País.
  16. “Si no hubiese podido participar en el mundo de los cuentos y si no hubiese podido inventarme mis propios mundos, me habría muerto”.
  17. “Escribir es siempre protestar, aunque sea de uno mismo”.
  18. “Nunca me he desprendido de la infancia, y eso se paga caro. La inocencia es un lujo que uno no se puede permitir y del que te quieren despertar a bofetadas”, decía en 2008 al publicar su novela Paraíso inhabitado.
 
Prado Campos para El País

jueves, 26 de junio de 2014

Sentí

En el cumpleaños del poeta David Escudero Vigara (Madrid, 1973). Autor de “¿En qué piensan las hormigas?”, “Matar al presidente: el asesinato de una dictadura”, y "Exilio poético en Alejandría". Os dejo uno de sus poemas:
 
SENTÍ
Sentí, sentí, sentí
Miedo, angustia, temor
Lágrimas, lloros, desilusión
Tristeza, amargura, dolor
Desdicha, vergüenza, horror
Pesadumbre, insatisfacción, amor
Misericordia, paz, confusión
Pasión, desasosiego, perdón
Errores, lamentaciones, discusión
Fuego, sin sentido, incomprensión
Odio, desdicha, terror
Contradicciones, excusas sin solución
Pretextos, infelicidad, explosión
Sangre, amargura, desazón
Relámpagos, lluvia, tempestad
Deseos, preguntas, volver a soñar
Interminables gritos de llanto
Temibles nubes en el corazón
Gritos, perdones, soledad
Incongruencia, despotismo, fragilidad
Atardeceres negros
Promesas sin cumplir
Oscureciendo almas
Que no volverán a sentir
Amargura, pecado, desolación
Nostalgia, incertidumbre, rencor
Tumulto, desdicha, corazón
Pánico, desconsuelo, insurrección
Querencia, esperpento, tedio
Inseguridad, injusticia, calor
Pena, disculpa, libertad
Piedad, angustia, desidia
Falsedad, compromiso, mentiras
Interminables lágrimas de llanto
Terribles nubes de horror
Sentí, sentí, sentí.

miércoles, 25 de junio de 2014

Encontrar pareja cuando nos hacemos mayores

Encontrar pareja cuando nos hacemos mayores Hace apenas algunas décadas quien tenía cincuenta años básicamente estaba viviendo la última etapa de su vida. Con los cambios en los niveles de esperanza de vida en todo el mundo, la situación es muy diferente. Por eso se ha popularizado la idea de que “los cincuenta son los nuevos treinta”. Lo que antes era visto como un tiempo de decadencia, hoy se mira como una cumbre de la existencia. También hoy en día es grande el número de personas que llegan a los cincuenta sin pareja. La alta tasa de divorcios hace que esto sea una realidad cada vez más palpable. De ahí que cada vez es menos raro ver a personas de esa edad buscando una nueva pareja.
 
¿Es posible enamorarse a esa edad? Hay quienes piensan que las “mariposas en el estómago” son un asunto solamente de jóvenes. Se equivocan. El amor “no tiene horario, ni fecha en el calendario”, como dice la canción. A cualquier edad de la vida es posible volver a enamorarse. Salvo en condiciones patológicas, las personas nunca renunciamos al afecto, ni a la intimidad con otros. Claro que un amor a los cincuenta tiene unas características muy diferentes a las de un amor de juventud. La intensidad del afecto ya no se expresa como súbitas alteraciones en el estado de ánimo, ni como un impulso irrefrenable. Se manifiesta más bien a través de una fuerte voluntad de compromiso. Los tiempos de las relaciones también cambian, así como las modalidades de encuentro y el trámite de las mismas. Una pareja de cincuenta y tantos años no va a conocerse en una disco, ni se va a la cama después de algunas copas en una noche loca. Probablemente, tampoco pasarán por esa etapa de medida y tanteo, para protegerse y para impresionar al otro a la vez. A los cincuenta, el amor tiene mucho más que ver con la amistad, con la compatibilidad, que con la reafirmación de la identidad o la necesidad de control. A esa edad se valora la compañía por sí misma. El otro deja de ser un medio y se convierte en un fin por sí solo. No en todos los casos, por supuesto, pero sí en los que involucran adultos sanos.
 
Vivir la experiencia de enamorarse a los cincuenta, o cincuenta y tantos, es también una manera de descubrir otra vez la vida y hacer ajustes. La simulación, tan frecuente en las relaciones entre personas más jóvenes, ya no protagoniza muchos de los episodios de la pareja. Al contrario. Revelarse, mostrarse al otro, se convierte en uno de los grandes intereses en las parejas de esa edad. Estos caminos para la autoafirmación suelen incluir nuevos acuerdos en la forma de relacionarnos con otros y con el mundo. La sexualidad, por supuesto, también es diferente. Hay menos complejos y mayor posibilidad para conversar del tema cuando sea necesario. También menos acción, pero esto se ve compensado por la calidad de los encuentros. Si la pareja es imaginativa y abierta, una relación a los cincuenta puede ser la puerta de entrada a una sexualidad plena. A edades relativamente avanzadas es más difícil encontrar la oportunidad para conocer a alguien y entablar una nueva relación. Pero te sorprendería saber que buena parte de estas parejas se conforman entre viejos conocidos, o viejos amores. Adicionalmente, cada vez hay más programas y espacios de encuentro para personas de edad mayor. Así que si estás en esa edad, te sientes solo o sola y no quieres renunciar a una vida plena, es una gran idea abrir tu corazón a la posibilidad de un nuevo amor. –
 
http://lamenteesmaravillosa.com/encontrar-pareja-cuando-nos-hacemos-mayores

martes, 24 de junio de 2014

¡Basta ya de información a lo Corín Tellado!

Al amigo con el que hablo lo aprecio mucho y creo que él a mí también. De hecho me telefonea porque le dije que volvería en unos días a Andalucía y continúo en Madrid desde hace dos semanas.
 
- ¿Es verdad, me pregunta, que no dejaban exhibir banderas republicanas en el trayecto que hizo Felipe después de la toma de posesión?
 
- Sí, es verdad. Controlaron los accesos, intimidaron, coaccionaron… Y aún así repartieron leña y detuvieron gente, no me digas que no lo sabías.
 
- Pues la verdad es que poco. Algo vi en Público… y en el programa del Wyoming, creo. Pero ya está.
 
- Tampoco pienses que, salvo en las redes, se ha contado en muchos más sitios, le contesto.
 
Mi amigo andaluz, Paco se llama, sigue Público y de vez en cuando dice que me lee. No es periodista, consume por lo general información de carril y continúa, aún, votando al PSOE.
 
- ¿Cuándo vuelves? -me pregunta. Claro que estos días tendrás mucho trabajo con lo del nuevo rey ¿no?
 
- Con lo del nuevo rey no exactamente, le explico. Más bien tengo trabajo intentando explicar modestamente, y con los medios de que dispongo, el fraude que ha supuesto el relevo, la connivencia impresentable del PSOE en el episodio, lo difícil que tienen mantener esta farsa por mucho tiempo y la vergüenza que me ha dado esta semana constatar el comportamiento de la mayoría de los medios de comunicación, más rastreros y sumisos que nunca.
 
- Es que los periodistas sois unos pelotas.
 
- Es una putada pero llevas razón, no sé si tanto los periodistas como los medios que les pagan. Pero es verdad, buena parte de mis colegas andaban estos días encantados de haberse conocido. Y ver juntas en los quioscos todas las primeras páginas de los periódicos daba verdadera vergüenza.
 
- ¿Y en las tertulias de las teles, qué me dices? Todo el mundo dando jabón que te cagas.
 
- Y lo que es peor, le contesto, no ya en las tertulias sino hasta en la información propiamente dicha: haciendo suyos en las crónicas el lenguaje más añejo y la jerga más reaccionaria.
 
- A mí, me comenta Paco, lo que me gusta es leer o escuchar opiniones de analistas que me aporten datos y argumentos para formarme mi propia opinión. Pero con lo del relevo real, hasta en las radios que yo creía progres, todo ha sido pensamiento único. No había manera de contrastar.
 
- Entregados de pies y manos a la causa, compañero. Una pena. Ya sabes, dame pan y dime tonto.
 
- Entonces ¿no sirve de nada el relevo? ¿Tú crees que el cambio en la monarquía no va a contribuir a que las cosas mejoren?
 
- Por supuesto que no. Las cosas habrán mejorado, le contesto, el día en que pongas la radio, o la la tele, y puedas escuchar o ver, honradamente valoradas, las cosas que en realidad te  interesan. Cambiarán cuando los titulares de primera página de los periódicos recuperen la honestidad y vuelvan a ofrecer información en lugar de adjetivos, valoraciones almibaradas o fotos como las que ilustraban las novelas de Corín Tellado. Y eso no lo van a hacer ellos. Lo tenemos que hacer nosotros,  para acabar de una vez por todas con este insolente apagón informativo.
Juan Tortosa en Público.es

lunes, 23 de junio de 2014

El Rey no caza elefantes

La monarquía española ha salido ganando, la real familia de repuesto es mucho más fotogénica que la anterior y  el rey sabe leer de corrido y sin trabucarse, dos condiciones que deberían ser indispensables para ostentar un puesto tan decorativo como prescindible. En la “austera” ceremonia de la proclamación, los mayores dispendios se han hecho en seguridad, aunque, afortunadamente, los 120 francotiradores desplegados en las alturas no han tenido que hacer uso de sus armas reglamentarias. La seguridad ha sido impecable y ha bastado con la detención de media docena de republicanos, que trataron de colar sus banderas tricolores para darle al acto un poco de variedad cromática, para que nada desluciera la fiesta. En España cabemos todos, yo también, vino a decir Felipe, en la España unida y diversa de la que habló el nuevo rey no sobra nadie, unos en la cárcel y otros en la inopia, unos (pocos) en el paraíso y los demás en el alborotado gallinero.
 
En algunos céntricos escaparates de la capital, una cutre cartelería proclamaba el apoyo de los empresarios madrileños al nuevo monarca. Desconfíe Majestad de las malas compañías que más de una vez pusieron a su padre en un brete, los empresarios madrileños le pedirán a cambio una amnistía, fiscal por supuesto, y el indulto para los colegas detenidos o juzgados, jurarán que no volverían a hacerlo, pero  en cuanto les dejen solos repetirán la jugada. Repitió el rey eso de que todos los españoles somos iguales ante la ley, todos menos él y su papá y unos miles de aforados y de intocables próceres de las finanzas. Los años de la crisis han dejado un número mayor de nuevos ricos pero sobre todo de nuevos pobres y para algunos ambos extremos se compensan en la estadística.
 
Habló el rey Felipe VI y todo lo que dijo ya estaba dicho y era previsible que lo dijera. La unidad dentro de la diversidad de los pueblos de España, como decían Franco y sus ministros, unidad que no uniformidad, por supuesto, un rosario de bien intencionados tópicos y promesas que difícilmente podría cumplir, a no ser que la Casa Real decida reconvertirse en empresa de trabajo (temporal) para crear más puestos de trabajo, caballerizos y palafreneros, mayordomos, lacayos y ayudas de cámara, valets de chambre y sumilleres, maceros y alabarderos.
 
En la ceremonia inaugural del Felipato, la uniformidad fue impecable, el rey y su papá lucieron casi el mismo modelito con las mismas condecoraciones pero no por eso se sintieron incómodos. Relucieron entorchados, hubo yelmos y penachos y guardias a caballo y un Rolls Royce de coleccionista. Los soldaditos de plomo lucieron gallardos, la reina llevaba un modelo discreto a la par que elegante y lucía la sonrisa estereotipada de las grandes ocasiones y en el balcón de la Plaza de Oriente, la inviolable familia componía una imagen que no necesitará photoshop para lucir en las portadas de más de medio mundo. Lo dicho, todo un éxito y además el rey no caza elefantes.
 

domingo, 22 de junio de 2014

Incoherencias

Me caía bastante bien Antonio Miguel Carmona, miembro del Comité Federal del PSOE, como tertuliano en LaSexta me parecía que tenía coherencia en sus intervenciones, pero recientemente he leído un artículo suyo en elplural.com (ver artículo) que me ha dejado, como decía Alfonso Guerra, “pasmao”.
 
Sus pensamientos hablan por sí solos: “El PSOE es una organización republicana que entiende que la república es el mejor medio para alcanzar el socialismo (…). El PSOE es una organización republicana, sin duda, pero ni más ni menos que otras (…). Pero el PSOE es también una organización democrática y, como tal, respeta la opinión de la mayoría de los españoles (….). De este modo, si la mayoría piensa que el Jefe del Estado debe ser el actual Príncipe Felipe, el partido socialista no deberá imponer su voluntad por encima de esa mayoría, sino que deberá seguir construyendo el socialismo desde una monarquía constitucional (como hasta ahora)”.
 
Después de leer el artículo, veo que la palabra mayoría la ha escrito hasta tres veces. Y no sé yo esa mayoría de dónde coño la saca. Y por si acaso voy a aclarar una cosa,  si alguien cree que se le olvidó haber votado a favor o contra Felipe VI por olvido, que no se preocupe. No ha habido referéndum y por tanto no hay mayorías.
 
Carmona publicó eso de “la mayoría de los españoles” pocos días antes de que muchos miembros del PSOE acudieran a la fiesta de coronación en la que estaban prohibidos los símbolos republicanos. Por seguridad, por supuesto, nacional. No por censura y represión de complicidad socialista.
 
El PSOE ha caído en la trampa de admitir la prohibición de símbolos republicanos a lo largo del desfile del nuevo Rey, algo intolerable en democracia y eso el electorado no lo olvidará.
 
Ante un rey, un socialista al menos se presenta con una chapita, como la que llevaba esa chica por la calle y por la que no le dejaban circular por seguridad como todos hemos visto por TV.
 
¡Ay este PSOE qué mal lo está haciendo!

sábado, 21 de junio de 2014

Felipe, el PP y el PSOE han perdido el referéndum

No hay manera. Por mucho que la ciudadanía llene plazas pidiendo poder participar, por mucho que la sociedad reclame una nueva forma de relación entre representantes y representados, por mucho que dejen de votar a los principales partidos y por mucho que le digan al CIS que han perdido casi toda la credibilidad en la mayor parte de las instituciones, no aprenden.
 
El ciudadano normal ha pasado ya de la indignación a la desesperación de forma completa, no le queda opción de creer que los principales partidos, como están, les puedan representar.
 
En esta ocasión se pone de manifiesto con una Ley de Abdicación que se nos ha presentado como la única forma de hacer la sucesión, tratando de engañar intencionadamente a una sociedad que sabe que no, que hay otras opciones y además tan constitucionales y con sentido de “pacto de Estado” como las demás.
 
Hoy asistimos a la proclamación de un nuevo Rey. Una jefatura del Estado basada en la herencia y en la prevalencia del hombre sobre la mujer. Es medieval, especialmente cuando a la ciudadanía se le ha hurtado la posibilidad de decidir.
 
Los dos partidos principales y la propia monarquía suman hoy una nueva losa a sus espaldas, que hunde más su credibilidad y respaldo ciudadano. Para colmo, se prohíbe mostrar banderas republicanas dejando claro que la ciudadanía en esta sucesión ni puede votar ni puede opinar.
Luego vendrán sesudos análisis para tratar de recuperar una confianza perdida, campañas para reforzar la “marca España” o tratar de relanzar la figura de un Rey que han logrado esté en buena medida deslegitimada desde su proclamación.
 
Será tarde, como lo está siendo desde hace tiempo, como nos demuestran las nuevas formaciones políticas que logran amplia representación por haber entendido que es necesario ofrecer un nuevo modelo basado en la participación y responsabilidad directa de la ciudadanía en la toma de decisiones. El PSOE, especialmente el PSOE por ser un partido de izquierdas, debería haber comprendido esta necesidad, haber descubierto hace tiempo que la ciudadanía a la que trata de representar le lleva demasiado tiempo pidiendo poder controlar, usar y fiscalizarlos mientras ellos se han encerrado en un búnker desde el que es imposible representar a nadie.
 
Hoy se vuelve a poner de manifiesto la distancia entre la vieja política y la nueva, entre las instituciones y la ciudadanía, entre los partidos viejos y las nuevas formaciones. Es un día para verlo, para apreciarlo en detalle y para que –ojalá– comprendan que o salvan esa distancia o en breve será demasiado grande como para tratar de hacer acercamientos.
 
Muchos somos los que creemos, además, que la única forma segura que tenía Felipe de perder el referéndum era no convocándolo. Y también lo han perdido el Partido Popular y el PSOE. Lo han ganado quienes querían demostrar que no se escuchaba la voz de la ciudadanía, que la sociedad está de adorno, que las calles sólo se engalanan para una realidad que nada tiene que ver con el día a día de los españoles.
 
El PSOE tiene estos días una oportunidad, tal vez la última, de romper la inercia que le lleva en dirección contraria a la ciudadanía y enderezar el rumbo. Del Partido Popular se espera menos, pero al Partido Socialista hace demasiado tiempo que se le pide que vuelva... y no aparece.
 
*Alberto Sotillos, Candidato a la Secretaría General del PSOE.
 
Otro artículo sobre la coronación:
 
Comiendo tierra: Juan Carlos Monedero (La TuerKa) España ha dejado de ser monárquica (Ver vídeo)

viernes, 20 de junio de 2014

10 lecciones que aprendes cuando eres un trabajador cualificado y te quedas en paro

La crisis y el aumento de los niveles de desempleo han dado lugar a un gran número de historias. Cada sector económico, cada clase social y cada individuo tienen su propia narrativa que contar sobre lo ocurrido. De entre todas ellas, la destrucción de empleo de los últimos años ha afectado de manera más sensible que en otras épocas al profesional liberal, que ha visto cómo la expulsión de su empresa no sólo le obligaba a empezar de nuevo, sino que directamente, podía llegar a poner punto y final a su carrera.
 
El caso del periodista Joseph Williams, que ha relatado en un artículo publicado en The Atlantic y financiado por el Economic Hardship Reporting Project lo que vivió tras perder su trabajo resulta particularmente revelador. En su historia confluyen algunas de las circunstancias y problemas que con mayor frecuencia tienen que afrontar aquellos empleados cualificados que ya superan la barrera de los cuarenta años (una edad avanzada para muchos empleadores) y, de buenas a primeras, se ven en la calle.
 
1. Un paso en falso puede acabar con tu carrera
 
Aunque muchos trabajadores sientan en sus cogotes el aliento amenazador de un hipotético despido o ERE, en ocasiones se infravalora la posibilidad de que un desliz tonto dé con sus huesos en la calle. Es lo que le ocurrió a Williams, importante colaborador de la revista Politico y del canal de noticias MSNBC.
 
“Mitt Romney se encuentra muy cómodo con la gente que es como él. Esa es unas de las razones por las que parece tan estirado y torpe en marcos municipales. Pero cuando va a Fox and Friends, son como él. Gente blanca que se relaja en su compañía”.
 
Estas tres frases acabaron con la carrera periodística del afroamericano Williams, que comenzó a recibir acusaciones de racismo en las redes sociales, algo que puso su cabeza en la picota. “En menos de dos semanas, me quedé sin trabajo”.
 
2. Lo personal afecta a lo profesional
 
No terminaron ahí las malas noticias para Williams. Cinco meses antes de la polémica generada por su comentario, el periodista había comenzado su proceso de divorcio, en el cual se había declarado culpable de agresión de segundo grado, aunque finalmente el incidente fue borrado de su historial. Ello no impidió que Fishbowl DC publicase un artículo que aireaba los papeles del divorcio, lo que provocó que algunos de los medios que en principio iban a contar con él se echasen definitivamente atrás.
 
3. Es difícil vivir de freelance
 
El periodista comprobó pronto lo difícil que resulta vivir de encargos, por mucho nombre que se tenga y por mucho que se esté dispuesto a aceptar cualquier trabajo, ya sean colaboraciones con diferentes medios, en una funeraria o podando el césped. Este errático capítulo puso de manifiesto una verdad que muchos parecen obviar: que, si quieres vivir a base de pequeños empleos, más te vale tener buenos contactos o trabajar 24 horas al día para conseguir ganar lo suficiente para sobrevivir.
 
4. Aceptas cualquier trabajo
 
Si has sido expulsado del ámbito en el que te movías, no puedes sobrevivir a base de encargos y, aun así, tienes que pagar las facturas, sólo te queda una opción: decir que sí a lo primero que te encuentres. En su caso, fue el trabajo en una tienda de deportes a la que Williams se refiere con el nombre ficticio de “Sporting Goods, Inc.” La llamada de un encargado para confirmarle que estaba contratado fue la mejor noticia que recibió en mucho tiempo, pero su pesadilla acababa de empezar.
5. ¿Tienes estudios? Puedes ser problemático
 
Fue complicado para Williams conseguir trabajo de dependiente. Pronto se dio cuenta de lo que fallaba: estaba demasiado preparado, tenía demasiada experiencia y demasiados estudios para un trabajo así. En otras palabras, mantener en tu plantilla a alguien que cobra menos de lo que correspondería a su nivel de preparación y educación es un problema, puesto que son más difíciles de manejar, o al menos así lo piensan los encargados de RRHH. Además, el periodista se dio cuenta de que los procesos de selección son cada vez más impersonales, una manera de evitar las demandas por discriminación racial o sexual.
 
6. Renuncias a tus principios
 
La célebre sentencia de Groucho Marx “estos son mis principios y si no les gustan tengo otros” resulta recurrente en situaciones desesperadas. Williams encontró una sencilla solución para sus problemas: eliminar de su currículo todo aquello que no correspondía con los trabajos de baja cualificación que buscaba e inventarse un pasado como deportista. Si decir la verdad te pone en desventaja, quizá sea mejor maquillarla un poco. Tu futuro está en juego.
 
7. Haces horas extras (no remuneradas)
 
Aunque la jornada laboral de Williams terminaba a las nueve, nadie salía por la puerta del establecimiento a dicha hora. Por el contrario, se veían obligados a fregar el suelo, cambiar el papel higiénico y limpiar a diario el cristal de la puerta, tareas que en teoría no formaban parte de las funciones que le asignaron al ser contratado. En la mayor parte de ocasiones, estas tareas que podían llegar a ocupar 45 minutos se realizaban fuera del horario de trabajo y resultaban particularmente fatigosas. ¿La recompensa? Un par de calcetines valorados en 18 euros.
 
Esta queja, no obstante, nos recuerda que en EEUU tienen la piel más fina en lo que concierne al trabajo extra, pues, según los datos del INE, las horas extras de los trabajadores españoles equivalen a más de 70.000 ocupados.
 
8. Subir el sueldo mínimo no serviría para mucho
 
Una de las muchas peleas que Barack Obama no ha conseguido ganar es la que se refiere a la subida del sueldo mínimo de los siete a los diez dólares, un incremento que, en teoría, permitiría sacar de la pobreza a muchos trabajadores. Williams, que recibía 10 dólares a la hora, no lo tiene tan claro.
 
En el momento en que su horario fue recortado a 30 horas semanales, Williams, que debía pasar una pensión de mantenimiento a su mujer, se vio en serios apuros económicos. Como le recordó su mejor amigo, llegó un punto en el que “estaba ganando lo suficiente para pagarme el transporte al trabajo”.
 
9. Vivimos en la era de George Orwell
 
Williams encontró particularmente llamativa (y molesta) la estrecha vigilancia que la empresa ejercía sobre sus empleados y que, por supuesto, era unidireccional. El primer día que se tomó diez minutos de más en su hora de comer, recibió una cariñosa palmadita en la espalda por parte de su encargado; los tres minutos de retraso con que llegó al siguiente día le hicieron merecedor de una fuerte reprimenda.
 
La cadena se encontraba obsesionada por los posibles robos que pudiesen producirse en la tienda, algo que se reflejaba en la media docena de cámaras repartidas por el establecimiento que observaban a sus clientes, pero también a los trabajadores. Es el caso de un compañero de Williams, eficiente y experimentado dependiente que terminó de la noche a la mañana en la calle, justo cuando iba a ser ascendido. Al parecer, ello provocó que la compañía revisase el historial criminal del joven, en el que figuraba un hurto menor que no había sido recogido en su currículo, lo que provocó su salida.
 
10. La lealtad es un concepto maleable
 
¿Qué estoy haciendo aquí? Williams no llegó a hacerse dicha pregunta hasta que un cliente, antiguo trabajador del Tesoro estadounidense, le preguntó qué hacía trabajando en dicho establecimiento. Sin embargo, el periodista no podía permitirse abandonar así como así la tienda, y pasó un mes hasta que consiguió encontrar otro empleo como director de comunicación en una ONG de Capitol Hill.
 
Cuando anunció a su supervisor su intención de abandonar la empresa, este le recriminó no preocuparse “por el trabajo duro o la lealtad”. ¿A 10 dólares la hora?, se preguntaba Williams. Nada de eso: la explotación laboral, sostiene el analista, ha provocado que el trabajador deje de sentir más lealtad que la que esté dispuesto a fingir por un puñado de billetes.