El problema no es el derecho al voto que me otorga
la Constitución Española. El problema para mí es que teniendo el derecho, no
podré votar en las Elecciones al Parlamento Europeo del 25 de mayo. Y, como yo,
tampoco podrán votar algunos de los 1.724.390 ciudadanos españoles residiendo
en el extranjero que declara el Instituto Nacional de Estadística.
Es muy posible que no se trate de una conspiración
bipartidista para fomentar la abstención pero déjame pedirte tu voto, por todos
los que no podemos votar.
El asunto va así: recibo una notificación de la
Oficina del Censo Electoral el 2 de mayo en mi dirección postal de Qatar,
avisándome de que si deseo votar he de solicitarlo antes del 26 de abril.
Huelga decir que se trata de una situación imposible, pues en la fecha de
recepción ya no cabía enviar mi solicitud. Ahora, despojado de mi derecho al
voto, me pregunto:
1.- ¿Por qué siendo un derecho fundamental y
estando inscrito en un Consulado Español como residente desde hace años
necesito solicitar mi derecho al voto?
2.- ¿Podría la Oficina Electoral haber enviado su
requerimiento con un par de meses de antelación en lugar de un par de semanas
antes?
Preguntas que se quedarán sin respuesta y sin
solución antes del 25 de mayo. Quizás alguien pueda utilizar este supuesto para
impugnar el procedimiento electoral, pero eso tardará tiempo.
La realidad ahora es que mi no voto, fruto de la
ineficiencia administrativa o de una posible conspiración bipartidista, se
contará como una abstención. Con mi no voto favoreceré uno de los dos grandes
partidos de este país y ello me apena. Mi no voto se sumará como abstención a
los pocos votos que reciban dichos partidos, consiguiendo un mayor número de
escaños con un menor número de votos.
Mi preferencia hubiera sido votar. Espero que tú
que me lees no tengas el mismo problema y que por tu no voto no perdamos una
oportunidad de decidir en Europa.
Es importante: en estas elecciones nos jugamos un
Parlamento con un poder presupuestario y legislativo mayor del que nunca se ha
visto en Europa. No es exagerado decir que nos jugamos Europa.
Si una gran
mayoría vota se podrá comenzar a resolver el dilema bipartidista, pues entiendo
que existen alternativas suficientes para terminar con esto. Si no votamos, el
sistema bipartidista se perpetúa con nuestra abstención.
Hay alternativas. Aunque no creamos que los buenos
representantes políticos existen, déjame decirte que haberlos haylos. Si eres
un abstencionista convencido respeto tu opción. Pero si puedes votar y estas
indeciso, piensa en mí y en los cientos de ciudadanos que queriendo votar no
pueden hacerlo.
Si ayuda en algo, te dejo un buen artículo con
todas las opciones.
Y bueno, si el 25 de mayo decides ir a votar,
dímelo. Me iré a dormir más tranquilo.
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