Todos
tenemos un amigo que siempre llega tarde a las citas. Da igual la hora o el día
de la semana, siempre tiene alguna excusa: “había tráfico”,” el metro tardó
muchísimo en llegar”, “me dejé la cartera en casa y tuve que volver”… Los que
le conocen saben que pueden aparecer media hora tarde, por sistema, pues a buen
seguro el susodicho todavía no habrá llegado.
El
fenómeno podría incluso recibir una etiqueta médica. Este verano, un grupo de
doctores de Dundee (Escocia) diagnosticaron a Jim Dunbar, un hombre de 57 años,
con tardanza crónica. La patología no está reconocida por el manual de
desórdenes psiquiátricos (el famoso DSM, que va ya por su quinta edición) con
el que se diagnostican las enfermedades mentales, pero se da en algunas
personas como consecuencia de otros trastornos de sobra conocidos.
Dunbar
llegaba tarde al trabajo, a las comidas con los amigos e, incluso, se retrasó
20 minutos cuando fue al médico para que valorara su trastorno. “Mi familia no
me creía y pensaba que me inventaba las excusas”, explicó Dubar a The Daily
Mail. “Llegaba tarde a los funerales y me escondía en el fondo de la sala. Un
día quedé con un amigo para ir de vacaciones al medio día y llegué cuatro horas
tarde. Estaba furioso porque había reservado el ferry y todo”.
Las
patologías detrás de la tardanza crónica
Aunque
la tardanza crónica no pueda considerarse un trastorno en sí mismo, no deja de
ser el síntoma de una serie de patologías difíciles de controlar. Según médicos
y psicólogos estas son las patologías que pueden ocasionar tardanza crónica.
1.
Narcisismo
Las
personas narcisistas, arrogantes, celosas y que siempre esperan atención y
admiración, suelen llegar tarde a todos los sitios. Según explica la psicóloga
Susan Krauss en Psychology Today, la incapacidad de los narcisistas para
empatizar con sus semejantes les condiciona a retrasarse en sus citas. Los
tardones crónicos no se paran a pensar de qué forma su comportamiento afecta a
los demás, sólo ven, desde su propio punto de vista, aquello que les ha hecho
llegar tarde. Han tenido un atasco o un último email que debían contestar, por
eso se han retrasado, y es comprensible.
Con
el tiempo, la tendencia a llegar tarde refuerza el propio narcisismo: los
tardones son siempre el centro de atención, la persona a la que el resto está
esperando. Para un narcisista llegar tarde tiene claras ventajas.
2.
TDAH
El
Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) es comúnmente
diagnosticado en niños y adolescentes, pero también puede darse en adultos, y
los síntomas en estos son distintos. Mientras los niños con TDAH son inquietos
y compulsivos, los adultos son desorganizados, dispersos, olvidadizos e
introvertidos, características, todas ellas, que les impiden ser
puntuales.
El
TDAH adulto afecta principalmente a las mujeres, que pueden estar años
sufriendo depresión y ansiedad, y la ineficiente gestión del tiempo es uno de
los síntomas principales. Tal como explicó la psicóloga Michele Novotni en
ADDitude Mag, “todo el mundo llega tarde alguna vez, pero muchas personas con
TDAH llegan más veces tarde que pronto. No tienen intención de ser
inconsiderados o irrespetuosos, pero debido a su tardanza crónica se les ve
como tal. Esa percepción es una de las razones por las que la gente con TDAH
tiene problemas para mantener buenas relaciones con sus familiares, amigos y
colegas de trabajo”.
3.
Impulsos inconscientes
Según
Diana DeLonzor, autora de Never Be Late Again (Post Madison Publishing, 2003),
la impuntualidad de muchas personas que son calificadas de “tardonas” no tiene
nada que ver con una falta de empatía, sino con una serie de factores
inconscientes que están fuera de su control. En el libro, DeLonzor define una
serie de perfiles de tardones, que en ocasiones están asociados con la
ocupación profesional de estos.
Las
personas que trabajan en entornos con mucho estrés, y tiempos de entrega muy
definidos –publicistas, consultores, periodistas…–, suelen ser impuntuales
porque, inconscientemente, van corriendo a todas partes. Lo mismo ocurre con la
gente que trabaja en el ámbito de la producción, que “reciben un impulso de ego
cuando logran hacerlo todo en el menor tiempo posible”.
Leído en: http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2013-11-18/no-son-unos-caras-estan-enfermos-que-le-pasa-a-la-gente-que-llega-tarde_54967
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