"Siempre que azota la crisis económica, siempre que los muy ricos empiezan a ganar menos dinero que antes, aparece un grupo de señores de mando o de muy alta obediencia que arremeten contra los empleados públicos.
El discurso es el mismo: sobran funcionarios. Y de ahí hay sólo un paso para considerar no productiva la función pública. Cuando no parasitaria, decimonónica, ridícula, ineficaz. Los funcionarios se convierten en carne de cañón en el discurso neoliberal, tan desprestigiado él (y para siempre, sospecho, tras la actual catástrofe financiera universal). Los funcionarios pasan a ser, además, muy privilegiados: personas que tienen un puesto de trabajo fijo. "Menuda suerte" dicen por ahí tantos de los que ganan mucho más que los funcionarios y que, muy probablemente, tributan menos a Hacienda que ellos.
Porque los empleados públicos tienen hasta su último céntimo controlado por el Fisco, lo que está muy bien, sin duda; es algo democrático y deseable. Pero igualmente lo sería que tantos ciudadanos que saben mucho de dinero negro pagaran hasta el último céntimo de los euros que ingresan. Para que todos, efectivamente, pagáramos menos. O lo mismo, y entonces habría más dinero en poder del Estado, y menos nervios ahora que todo parece que se derrumba.
Cuentan esas gentes del poder económico -y muchas otras a pie de calle-, que sobran funcionarios. Pero no sobran. Y unos y otros dicen "funcionarios" en tono despectivo. Porque la palabra es algo tristona, sí. Pero olvidan que en esos tres millones de empleados públicos que dicen que hay en España, el 90% son médicos, enfermeros, maestros, profesores, bomberos, policías, militares, guardias civiles, auxiliares de clínica, carteros, ordenanzas… ¿Sobran muchas de estas personas? ¿Quién es el descerebrado que lo sostiene?
Porque sucede justo lo contrario: hacen falta más empleados públicos. Entre otras razones porque España ha aumentado en cinco millones de habitantes en lo que va de milenio, y eso implica un 12% más de carga en la labor que el sector sanitario, docente y de los servicios sociales públicos llevan a cabo. Faltan funcionarios: su número no ha crecido en esa proporción tan intensa. Y el que no se lo crea, que compare la ratio de funcionario por habitante de España con
Cuanto más rica, justa y democrática es una sociedad, más funcionarios tiene, porque más protagonismo adquiere la acción pública:
Pero los necios no quieren entender esas razones. Y hasta se atreven a ofrecer estadísticas que muestran que cuando murió Franco, en aquella oscura España clasista y liberticida, había muchos menos funcionarios que ahora. ¿Pero qué servicios médicos había entonces, qué docencia pública, qué hospitales? Los había, e iban mejorando; pero compararlos con la actual red de asistencia pública es una broma. Y para atender esa demanda creciente de los ciudadanos hacen falta muchos funcionarios.
Muchos médicos, muchos maestros, sí. Pero también hacen falta esos empleados que tramitan expedientes. Que gestionan la Hacienda Pública o la Seguridad Social , que tan notablemente funcionan, por cierto. Personas que han ganado su plaza estudiando, esforzándose. Ellos no han alcanzado esa condición con la facilidad con la que otros se han podido colocar en las empresas, en los negocios familiares. No han tenido esa oportunidad. O han preferido la independencia y la seguridad que la función pública favorece.
Los funcionarios no buscan una vida de grandes lujos y emociones. Están en su derecho. Ellos viven de sueldos reglamentados, que llevan veinte años perdiendo poder adquisitivo. Como si tuvieran que pagar un precio adicional por la gran prerrogativa de ser fijos.
La función pública está abierta a los ciudadanos. El acceso es libre, las pruebas se basan en la igualdad, el mérito y la capacidad. Ciertamente , todas esas personas que ganan tanto dinero cuando la economía va bien, podrían optar por la función pública. Pero no lo hacen. Ellos prefieren las mieles, medios y posibilidades del ámbito privado, y es una gran decisión. Pero si ahora las cosas les van mal, y ojalá que dure poco esta catástrofe, no deben descargar su estrés y sus impagos contra quienes sostienen el día a día de un estado democrático y social de derecho que no deja de asumir servicios y de mejorar sus prestaciones.
Los empleados públicos, por lo general, no quieren ser empleados privados; y tienen todo su derecho. Porque es muy legítimo y honorable ganarse la vida defendiendo los intereses de todos".
Publicado en http://www.lasprovincias.es/
Totalmente de acuerdo, excepto porque no todos los funcionarios que están trabajando para el Estado han hecho una oposición, hay muchos que han entrado por los enchufes del político de turno y mientras está ocupada esa plaza, no sale a concurso. Debería haber más transparencia y las mismas oportunidades para todos.
Los funcionarios son como los libros de una biblioteca: los situados en los lugares más altos son los más inútiles.
ResponderEliminarPaul Masson
¿TRANSPARENCIA dices?, y también CONTROL (no te fijes en esas dos palabras mayúsculas sueltas por que no sabrías de que hablamos), igual que a cualquier trabajador en una empresa privada le controlan su tiempo de descanso, ¿por que no quieren algunos fichar o el sistema de la huella digital?..¿.por que los 20 minutos de algunos sirven para café compras , llevar a los niños a la guardería ( y no es que hagan todo eso en su tiempo ) y de paso llevar el coche a pasar la revisión al taller? y qué me dicen de los que "vuelan" y alguien está fichando por ellos como si estarían trabajando .....¡Qué fuerte!, que lo pagamos todos.Entonces a lo mejor sí que algunos funcionarios sobran, los que no trabajan como deberían y no se rasguen las vestiduras señores, en todo categoría profesional hay vagos, muy vagos, trabajadores y muy trabajadores, lo que ocurre es que manzanas podridas echan a perder el frutero entero.
Hoy por tí mañana por mí y nadie dice nada y es tan culpable el que lo hace mal como el que calla, que a los funcionarios los pagamos todos.
Se necesitan profesores, se necesitan médicos, la salida fácil es decir que sobran por que como no hay dinero para pagarles.¿No sería más fácil que algunos políticos, rebajasen sus millonarios sueldos?, no, por favor no voy a decir que se pusieran el sueldo base por que a buen seguro no sabrían administrarle.
Quienes dicen que sobran funcionarios?, si hacemos una encuesta en la calle sin valorar el coeficiente intelectual (tiene que haber de todo) veríamos que los que opinan así son opositores frustrados o los que ni siquiera se presentaron (por que había que estudiar) y todos aquellos que no están satisfechos con sus trabajos (si es que quieren trabajar...por que se está mejor cobrando del paro) y por lo tanto insatisfechos con sus vidas, amargados y resentidos.NO SOBRAN FUNCIONARIOS , pueden sobrar manos para meter al "cajón" que ya está en "números rojos".
Lo que ocurre es que si todos fuéramos más responsables, si diéramos gracias por tener un trabajo (en estos tiempos más que nunca) y no fuéramos con la mentalidad de que " el jefe" se va a hacer rico a cuenta de lo que yo trabaje , por que ...."fíjate si a mí me paga esto ....cuánto no ganará él", en estos tiempos todavía hay gente que piensa así .Mal vamos con ese pensamiento.Al final yo misma me suscribo al dicho de "haber estudiado".(No siempre se cumple que los que han estudiado son los que más ganan y si no que nos hable el Presidente del Gobierno un poco en inglés).
No pasaría nada por que todos, funcionarios y no funcionarios miráramos a Japón y viéramos lo que están haciendo , aunando esfuerzos por salir adelante,incluso arriesgando a sabiendas la vida unos para salvar a otros . No me atrevo a preguntarme lo que haríamos los españoles en circunstancias similares.Cuánto hay que aprender .