Quienes, una vez sustituidas la ganadería, la pesca y la industria por la construcción, el turismo y la hostelería como motores de la economía de Cantabria, hicieron de la especulación urbanística y el pelotazo inmobiliario un modelo de desarrollo y una forma de gobierno.
Quienes autorizaron la construcción de centenares de viviendas ilegales en la costa, masificando el litoral y causando un problema a los compradores de buena fe.
Los representantes políticos, patronales y sindicales que, desde sus puestos de administración y control en una caja de ahorros que acabaron entregando a la banca privada, permitieron la venta fraudulenta y masiva de participaciones preferentes y obligaciones subordinadas.
Quienes diseñaron y desarrollaron un mercado laboral que ahora esconde 50.000 parados –la mitad de ellos, sin prestación–, contratos temporales, emigración juvenil y pérdida del poder adquisitivo de salarios y pensiones. Quienes llaman 'recuperación económica' a esta realidad.
Quienes pusieron el territorio de Cantabria en manos de las empresas del fracking, una técnica cuyos riesgos para la salud y el medio ambiente aún no han desaparecido de la comunidad autónoma.
Quienes permitieron, facilitaron y aplaudieron la construcción de un centro de arte privado en suelo público de valor incalculable.
Unos partidos que coinciden prácticamente en todos los 'temas de Estado', empezando por su sumisión a las políticas draconianas de la Troika.
Aquel expresidente condenado por prevaricación y malversación e indultado por el Gobierno central. Aquel otro expresidente que gestionó las obras públicas y el urbanismo durante la época de la burbuja inmobiliaria y ahora pasea su imagen de indignado de toda la vida mientras firma best sellers en un centro comercial cuya construcción se comprometió a no permitir. El presidente que iba a cambiar Cantabria en 100 días y lo que ha cambiado es el número de escaños del Parlamento autonómico (de 39 a 35), para intentar asegurarse una nueva mayoría absoluta.
Quienes acosaron y derribaron el semanario crítico La Realidad, que tuvo que cerrar tras ser condenado por informar sobre el viaje a Suiza de uno de los dirigentes del mayor partido de Cantabria. Quienes incluyeron en su lista de candidatos al Senado por la comunidad autónoma a un tal Luis Bárcenas, cuando en Cantabria no lo conocía nadie. Bueno, casi nadie.
La oligarquía santanderina. El caciquismo rural. La gran reserva infinita. El marco incomparable. La balsa de aceite. La cara autonómica de todo eso a lo que cada vez más sectores llaman El Régimen.
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