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domingo, 31 de agosto de 2014

La ciencia descubre un nuevo punto G más placentero

La zona de especial sensibilidad erógena por excelencia, por todos buscada pero por pocas hallada, no existe. Así lo ha afirmado un equipo de médicos italianos en un estudio publicado en la revista Nature. La legendaria zona en la que supuestamente se localizaba el centro del placer femenino resulta ser un mito. Sin embargo, no todo está perdido. Según estos mismos investigadores han descubierto otra región erógena, que han bautizado como clitourethrovaginal complex (CUV), que produciría también un gran placer sexual.
 
El CUV, que dicen haber localizado gracias al uso de modernas técnicas de imagen, tipo ecografías durante el acto sexual, comprende el clítoris, la uretra y la pared vaginal. Una zona que si se estimula adecuadamente durante la penetración podría inducir a una intensa respuesta orgásmica, como aseguran los autores en las conclusiones de dicha investigación.
Los resultados de la investigación han sido avalados gráficamente por lo que el autor principal de la investigación, Emmanuele A. Jannini, espera “que se zanje el debate sobre dónde está realmente el punto G”, según declaró a varios medios especializados. Se trata de algo mucho más complejo que un simple punto “fantasmagórico”, zanjaba.
Una región erógena más amplia
 
Las teorías entorno al punto G se remontan a finales de los años 40, cuando dos ginecólogos llevaron a cabo un estudio tan detallado de los órganos sexuales femeninos que sus hallazgos les harían pasar a la historia, como se recoge en el artículo todo lo que debemos saber sobre el punto G. Entre las muchas partes de la anatomía de la mujer que llamaron su atención, el exiliado alemán Ernst Gräfenberg y el estadounidense Robert Dickinson repararon en una zona de especial sensibilidad erógena, “situada en la superficie suburetral del muro vaginal anterior” y que se hinchaba durante el orgasmo.

Región CUV
Sin saberlo, habían realizado uno de los grandes hallazgos del siglo XX: el punto G, que no recibió dicho nombre hasta los años 80, cuando la sexóloga Beverly Whipple identificó una zona en la que el 90% de las mujeres estudiadas sentían una mayor sensibilidad sexual, tal y como explicó en el superventas El punto G y otros descubrimientos sobre la sexualidad humana (Neo-Person). Gräfenberg, no obstante, tuvo que conformarse con que su inicial, la “g”, diese nombre al punto más buscado por los hombres de todo el planeta. Ahora, los médicos italianos han negado su existencia tal y como se concibió hasta ahora el punto G.
 
Los investigadores también comprobaron que en la zona denominada CUV existían unos marcadores químicos que procesan las sustancias responsables de la excitación. Asimismo, en investigaciones previas dirigidas por el doctor Jannini, se había determinado que el tejido que se encuentra entre la uretra y la vagina es más grueso en las mujeres que decían haber experimentado una excitación del punto G.
 
Con el desarrollo de este nuevo mapa de las zonas erógenas, los investigadores esperan ayudar a evitar daños en los genitales femeninos durante los procedimientos médicos y quirúrgicos, pues dicen haber ampliado en gran medida el conocimiento de su anatomía y fisiología.
 

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