Es un asunto peliagudo este de la economía colaborativa; uno
de los pocos en los que ambos bandos se reparten la razón. Por un lado están
los profesionales tradicionales que reclaman, con justicia, que los nuevos
modelos de negocio, por amateur que sean, tributen y se sometan a su
regulación. Por el otro, el avance de la tecnología y el abanico de
posibilidades que con ella se abren, un tsunami imparable que avanza por el
mundo arrasando marcos legales. Lo denominan consumo colaborativo y está
llamado a cambiar el mundo.
Los primeros ultrajados fueron los hosteleros, que vieron
como las páginas de coachsurfing les guindaban parte del negocio. Más tarde,
ejemplos como Blablacar diezmaron los transportes entre ciudades. Por último
tenemos la polémica de Uber con los taxistas, el gremio que más intensamente
está beligerando contra los nuevos usos tecnológicos.
¿Quiénes serán los próximos? Apuesten por los hosteleros. En
los últimos meses viene pegando fuerte la web EatWith, recién llegada a España.
Se trata de una startup israelí que reinventa el concepto de comer fuera:
permite reservar mesa en una casa particular, con menú y precio cerrados. ¿Qué
ventajas tiene esto con respecto a la cocina profesional? Ver video
Hay cinco puntos que hacen interesante la propuesta de
EatWith:
1.Conocer a nuevas personas. A diferencia de los
restaurantes, con el nuevo sistema es posible, más bien probable, establecer
nuevas relaciones personales. Cuando un anfitrión convoca una cena establece un
máximo de comensales, de modo que la mesa será rellenada con desconocidos.
2.Ganar dinero o financiarse las salidas. Nada impide a un
comensal alternar las visitas con invitaciones en su domicilio. Así, lo que se
pague por comer puede compensarse cocinando para los demás, o simplemente
completando la mesa de una comida con amigos. El anfitrión establece las
condiciones a su gusto: si quiere sentarse a la mesa o permanecer en la cocina,
la bebida que servirá, el menú, la duración de la velada o el precio.
3.Sin sorpresas. EatWith verifica que lo que exponen los
anfitriones coincide con la realidad. Además, la comunidad de usuarios valora
el servicio tras usarlo, consiguiendo un sistema de control verificado con
nombres y apellidos. También garantiza que la comida que se sirve es casera por
un importe cerrado desde un principio.
4.Fume y conéctese. Caen algunas restricciones al tratarse
de un domicilio particular. Algunos anfitriones ofrecen la posibilidad de fumar
mientras se cena; otros abren su red wifi para los clientes o ponen a
disposición su plaza de parking.
5.Seguridad. La startup protege a los anfitriones con un
seguro de hasta un millón de dólares por los desperfectos o robos que se
pudieran sufrir en el transcurso de la comida.
Por último, muchos anfitriones en EatWith son aspirantes a
cocineros que utilizan el servicio para ganar un dinero extra mientras observan
cómo reciben los comensales su cocina. En este sentido puede ser una excelente
piedra de toque antes de lanzarse a montar un cátering o restaurante propio.
EatWith apenas lleva dos meses en España y, por el momento,
solo funciona en la ciudad de Barcelona. Su intención pasa por expandirse a las
principales ciudades de forma inmediata. Será entonces cuando podamos valorar
el interés que genera en nuestro país y si, como está sucediendo en otras
regiones, levanta al sector hostelero en armas.
Alfredo Pascual en Teknautas (ElConfidencial.com)
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