“¿Es que acaso no podemos permitirnos relajar la
cláusula de exclusividad de 24 horas, 7 días a la semana, de nuestros contratos
de compromiso?” Esta es la pregunta que la siempre polémica periodista y
presentadora Helen Croydon se hace en un artículo publicado esta misma semana
en The Independent y que sirve para resumir su último trabajo, Que le den al
cuento de hadas: la guía de una chica moderna sobre el sexo y el amor (John
Blake Publishing Ltd.), publicado a principios de este mes en Reino Unido.
La tesis del volumen es muy directa: vivir juntos,
casarse y tener dos niños ya hace mucho tiempo que no tiene por qué ser la
única manera posible de realización personal y vital y, de hecho, ni siquiera
es lo que mejor encaja con el ritmo que nuestra sociedad imprime. Croydon suele
contar cómo, cada vez que asegura que no tiene ningún problema en pasar su vida
sin marido e hijos, le responden que si desea morir sola. Pero, como afirma,
hoy en día es casi imposible que tal cosa ocurra gracias a la conectividad de
las redes sociales.
El problema es, en todo caso, la concepción que del
amor tenemos hoy en día y que tan sólo tiene un par de siglos de antigüedad.
Croydon recurre a una referencia de Elizabeth Gilbert, autora de Come, reza,
ama, para recordar que “siempre que una cultura da su espalda a los matrimonios
acordados a favor del matrimonio por amor, las tasas de divorcio se disparan”.
¿Por qué? Porque, como explica la autora, pedimos demasiado a nuestras parejas.
Hasta el siglo XVIII, el matrimonio tenía
funcionalidades muy concretas. Mezclar linajes y establecer importantes
relaciones con otras familias determinaban la mayor parte de los matrimonios,
hasta que durante el siglo XIX, después de las profundas transformaciones que
la Revolución Industrial comenzó a efectuar en la sociedad occidental, el
individuo podía servirse del matrimonio como una forma de realización. Y ahí,
afirma Croydon, comenzaron los problemas.
La autora da fe del comportamiento de sus amigos
una vez se comprometen con otra persona. Tienen que estar pronto en casa (“¿qué
pasa, sus parejas tienen miedo a la oscuridad?”), discuten continuamente por
llegar a un acuerdo en la agenda de cada cual y, en definitiva, nos llevamos
pequeñas decepciones hasta que llega la definitiva y nos separamos sólo para
volver a comenzar con otra persona poco después.
El problema, explica Croydon, es que hemos sido
criados en un “cuento de hadas” que no se corresponde con la realidad y que
asegura que todos conoceremos a una persona que nos complete, y con la que
compartiremos aficiones, creencias y la misma agenda social. Ya no sólo
queremos sobrevivir, sino que esperamos que nuestra pareja nos llene
completamente y atienda toda y cada una de nuestras necesidades.
Ya no sólo queremos sobrevivir, sino que esperamos
que nuestra pareja nos haga felices “Me he preocupado por las obligaciones
fiscales de las parejas convencionales durante toda mi vida adulta”, se lamenta
Croydon. Fue ello lo que le condujo a investigar sobre la historia de las
relaciones y lo que la ciencia había dicho sobre el tema, que parece ser, se
encontraba en consonancia con su filosofía vital. Por ejemplo, el profesor Eli
Finkel presentaba recientemente un artículo en el que hablaba de cómo el
matrimonio siempre decepciona por las grandes expectativas que genera, por lo
que conocer a otras personas y repartirse un poco podría mejorar la salud de
nuestra relación “oficial”.
Los cinco jinetes del Apocalipsis marital
La fama precede a Croydon, autora del ya controvertido
Sugar Daddy Diaries: Cuando una fantasía se convierte en una obsesión
(Mainstream Publishing), en el que relataba la larga serie de aventuras
amorosas que había mantenido con hombres mucho mayores (y más ricos) que ella.
Aunque quizá esta no sea más que una de las innumerables muestras de cómo las
relaciones modernas están cambiando nuestra manera de entender el amor. En un
reciente artículo publicado en Metro, Croydon señalaba cuáles son las cinco
tendencias más importantes que están surgiendo en el amor y en el sexo, y que
dejan a la monogamia como un pacato reducto del pasado:
Flexisexuales
“Chicas que son chicos que quieren que los chicos
sean chicas, que se lo montan con los chicos como si fuesen chicas y que se lo
montan con las chicas como si fuesen chicos”, cantaban Blur en «Girls &
Boys». Este trabalenguas podría servir para definir a los flexisexuales, una
especie de bisexualidad en la que la exploración del sexo es esencial. Se trata
de una especie de paso previo a las relaciones completamente abiertas, y su
tendencia creciente viene demostrada por el significativo aumento del
porcentaje de mujeres que han mantenido relaciones con personas de su mismo
sexo en los últimos años.
Relaciones
híbridas
También llamadas “mono/no-mono”, en ellas, uno de
los miembros de la pareja se contenta con su monogamia mientras que el otro
tiene la libertad para relacionarse con terceras personas. En muchos casos, la
persona que permite que su pareja explore su deseo suele mostrar poco o ningún
interés en el sexo, pero comprende las necesidades del otro.
Citas
múltiples
O, como lo denomina Croydon, el equivalente a
“pruebe antes de comprarlo”. Las redes sociales y las páginas de contactos han
permitido que hoy en día cada vez más hombres y mujeres mantengan múltiples
frentes abiertos tanto con el objetivo de divertirse como de elegir al
candidato más apropiado para una relación a largo plazo.
Swingers
pijos
Los clubes de intercambio de parejas han abandonado
los locales oscuros para instalarse en los pisos más exclusivos de Nueva York o
Londres. No se trata únicamente de treintañeros liberales, sino también, de
aburridos cincuentones: Croydon relata la historia de una pareja que, después
de que sus hijos abandonasen el hogar y dejasen el nido vacío, decidieron
probar qué pasaba cuando se acostaban con otra persona.
Poliamor
Uno de nuestros temas preferidos. Como recuerda
Croydon, no es sinónimo de acostarse con muchas personas, sino de amar a
varias. “El amor no es un recurso finito”, piensan los que creen en el
poliamor, por lo que no tiene por qué estar limitado a una única persona,
aunque en algunos casos haya un “amor primario” y otros de menor jerarquía.
Como diría el presidente Mariano Rajoy, “it’s very difficult todo esto”.
Como diría el presidente Mariano Rajoy, “it’s very difficult todo esto”.
El Confidencial
Parece que mi concepto de pareja se ha vuelto raro y aburrido. Yo pienso que una relación de pareja es una de las experiencias más gratificante de nuestra vida y está basada en el compromiso, la intimidad,el respeto, el romance y el amor. Y sigo apostando por las relaciones de pareja que se viven como una verdadera experiencia de libertad..."tener pero sin poseer".
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