Dame un poquito de lo tuyo,
de lo mío,
de lo que mañana ya no será nuestro.
Porque las sumas
se derriten en nuestros brazos.
Abrázame el corazón,
una vez más,
sin miedo a los despropósitos,
a las promesas
que más tarde no cumpliremos;
porque el corazón nació
para latir en el presente.
Además, ¿qué es el futuro para el corazón?
Sólo una vaga ilusión.
Por eso, ahora que todavía
nuestro amor es libre,
dime otra vez más que me deseas.
El tiempo ya se encargará
de construir nuestras guerras
y nuestras fortalezas,
de construir nuestras mentiras.
Pero, mientras tanto,
hazme el amor
y susúrrame al oído dos palabras:
TE QUIERO
Raül Córdoba
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