A fin de que seas mejor, purifícate todos los días.
A las flores les pedimos que tengan perfume, a los hombres educación.
A nadie le duele la cabeza cuando consuela a otro.
A veces los mejores nadadores se ahogan y los buenos jinetes caen del caballo.
Al amor, como a las buenas cerámicas cuando se rompen, aunque se reconstruyan se les notan las cicatrices.
Antes de iniciar la labor de cambiar el mundo da tres vueltas por tu propia casa.
Antes que la luz del sol pueda brillar a través de la ventana, debes levantar las persianas.
Aquél a quien amamos no tiene defectos, si le odiáramos no tendría virtudes.
Aquél cuya sonrisa le embellece es bueno, aquél que le desfigura es malo.
Aquél que pregunta es tonto durante cinco minutos, aquél que no pregunta es tonto siempre.
Atiende más a la mirada del sabio que al discurso del necio.
Caer está permitido, levantarse es obligatorio.
Castiga a los que te envidian haciéndoles el bien.
Con dinero en el bolsillo se es inteligente, atractivo y además se canta bien.
Cuando señales con el dedo recuerda que los otros tres dedos te señalan a ti.
Cuando hables procura que tus palabras sean mejores que tu silencio.
Cuando la adversidad llama a tu puerta todos los amigos están dormidos.
Cuando la pobreza entra por la puerta el amor salta por la ventana.
Disfruta hoy, es más tarde de lo que crees.
El hombre es más duro que el hierro, más fuerte que un toro y más frágil que una rosa.
El que no puede sobrellevar lo malo, no vive para ver lo bueno.
El sabio no dice lo que sabe y el necio no sabe lo que dice.
El hombre es bueno cuando hace mejores a los otros.
Es una locura amar, a menos que se ame con locura.
Cría a tus hijos y sabrás cuánto debes a tus padres.
Hay tanto de bueno en lo peor y tanto de malo en lo mejor que es difícil condenar a nadie.
La amistad termina donde la desconfianza empieza.
La felicidad es como el arco iris, no se ve nunca en la casa propia si no sólo sobre la ajena.
La generosidad consiste en dar antes de que se nos pida.
La herida causada por una lanza puede curar pero la causada por la lengua es incurable.
La paciencia en un momento de enojo evitará cien días de dolor.
La tierra no es una herencia de nuestros padres, si no un préstamo de nuestros hijos.
Las buenas fuentes se conocen en las grandes sequías, los buenos amigos en las épocas desgraciadas.
Las lágrimas derramadas son amargas, pero más amargas son las que no se derraman.
No rompas el silencio si no es para mejorarlo.
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