The sex boat |
Elena y Patricia acaban de volver de hacer un crucero y no se hablan. Mira que les recomendamos que eligieran un crucero para 'singles', pero no. Esa manía de no etiquetarse ni durante siete días las ha llevado por todo el Mediterráneo metidas en un pedazo de barco lleno de parejas de luna de miel, celebrando sus bodas de oro, de plata y hasta de platino, a familias enteras festejando un pellizco de la Primitiva y algún que otro grupo de mujeres recién divorciadas.
Buscaban un soltero para un 'affaire' y casi se tiran por la borda por culpa del guapísimo médico del barco que resultó, obviamente, que estaba casado con la enfermera.
Luego les dio por el masajista, y Elena se ha gastado lo que no gana en masajes relajantes, deportivos, drenantes... y venga a darle conversación a aquel guaperas hasta que confesó que tenía pensado pedirle matrimonio al animador de cubierta. Dos tachados de la lista en un mismo borrón.
Mientras Elena iba sondeando compulsivamente a todo el personal, Patricia, mucho más metódica, se dedicó tres días a analizar a la tripulación, hasta que descubrió quiénes eran susceptibles de una seducción.
Descartado el capitán por un ligero desajuste cronológico (era su última travesía antes de la jubilación), se estuvo trabajando al 'psicólogo' del barco (es decir, al barman) durante un rato largo la cuarta noche y, cuando el chico terminó su turno, fue a darle una sorpresa al camarote. Con tan mala suerte que Patricia duerme con tapones en los oídos y no escuchó las insistentes llamadas que sí despertaron a Elena.
Entiendo que, cuando te abre la puerta una rubia despampanante desnuda que no hace nada por taparse, un camarero, por muy de barco que sea (y cualquiera), puede llegar a perder la cabeza. O eso, al menos, defiende mi amiga, que le sedujo allí mismo, con medio cuerpo metido dentro el baño y Patricia en el primer sueño, hasta que algún ruido la desveló y se encontró a la otra beneficiándose a su conquista.
El resto del crucero se lo han recorrido en silencio, sin hablarse, aunque Elena jura y perjura que sólo lo soñó. Que ambas lo soñaron. Si me lo llega a decir a mí igual cuela, pero a Patricia que es psicóloga...
10 Notas para no naufragar como el Titanic
1.-Trágate todos los capítulos que puedas de 'Vacaciones en el Mar' ('The Love Boat'). Olvídate de películas catastrofistas como la de Leo y Kate, 'Poseidón'...
2.-Elige un crucero para solteros. Allí todo el mundo sabe a lo que va, ligarás sin parar y te sobrará el resto de recomendaciones.
3.-Si eliges uno normal, planteatelo como un desafío porque hay de todo, pero pocos grupos de solteros.
4.-Aprovecha los días y las noches; la actividad es continua en el barco.
5.-Nunca descartes a la tripulación.
6.-Participa en todas las actividades chorras que impliquen juegos en grupo; la gente que quiere ligar no se encierra en su camarote.
7.-Pídele al personal del buque que os presente a l@s solter@s. Ellos saben quiénes son y saben cómo hacerlo.
8.-Frecuenta a los grupos de amig@s.
9.-Estudia los lugares estratégicos del barco, igual descubres rincones frecuentados por personas que buscan aventuras esporádicas (como ese rincón de El Retiro al que la gente va a follar...).
10.-No seduzcas al capitán en el puente de mando y menos si navegas por el Atlántico Norte y hay peligro de icebergs... (ya sabes cómo acaba la película).
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