Los niños de los 80 no sólo jugaban en la calle también tenían inseparables 'amigos' como las Barriguitas, el Comecocos y los Playmobil.
Los niños tienen la capacidad de pasárselo bien prácticamente con cualquier cosa: una pelota o una cuerda suelen ser suficientes. Pero no hay nada más bonito en el mundo que ver la cara de felicidad de un niño ante un juguete nuevo. Si viviste tu infancia allá por los 80, seguramente has tenido entre tus manos a un simpático Playmobil, una pequeña Barriguita, el asqueroso Blandiblú, o has jugado con el divertido Comecocos.
Muchos de los juguetes que en su época causaron furor seguramente provocarían risas en las nuevas generaciones. Es el caso del Cine Exin con el que se podían visualizar pequeñas películas de dibujos animados de una duración de 30 segundos. Nada tiene que ver con las televisiones de plasma actuales, pero también tenía su encanto.
Una de las características de algunos de los juguetes de los 80 es su pequeño formato. Tras la crisis del petróleo de los 70 las empresas empezaron a fabricar los juguetes de plástico más pequeños para que les salieran más rentables. Los Playmobil son un claro ejemplo: Hans Beck, su creador y jefe de desarrollo de Geobra, tuvo la idea de minimizar los vehículos de plástico que la empresa fabricaba junto a unas pequeñas figuras. El ingeniero acabó centrándose más en las propias figuras y sus accesorios que en los coches y así surgieron los famosos Playmobil.
Las Bariguitas, muñecas que se anunciaban como ‘un muñeco pequeño que tiene más cosas que un muñeco grande', también tenían un minúsculo y manejable formato.
No existe ningún niño de los años 80 que en algún momento no haya sentido un inmenso placer al introducir sus manos en el pringoso y viscoso Blandiblú. El olor permanecía en las manos durante horas y siempre había algún adulto que exclamaba: ¡qué asco!
El Comecocos fue la gran estrella. Lanzado el 21 de mayo de 1980 rápidamente se convirtió en un fenómeno mundial. El protagonista era un simple círculo amarillo al que le falta un sector por lo que parecía tener boca. El juego consistía en tragarse todas las bolas posibles y evitar a los fantasmas que le asaltaban por el camino. Máxima sencillez y máxima diversión.
De comerse el máximo número de bolas posibles también iba el Hipopótamo Tragabolas. El mecanismo del juego, que no era electrónico, consistía en atrapar todas las bolas posibles con un hipopótamo. El juego terminaba cuando ya no quedaba ninguna bola en el tablero, y ganaba el que más bolas había conseguido tragarse. No era el juego más divertido del mundo, pero muchos cayeron en la trampa y se lo pidieron a los Reyes Magos.
Aunque ambas son más antiguas, las muñecas Barbie y Nancy mantuvieron una cruenta batalla durante los años 80. Barbie cambió completamente el concepto de muñeca: hasta el momento de su nacimiento las muñecas tenían cuerpo de niño o bebé. Barbie fue toda una revolución ya que tenía un espectacular cuerpo de mujer. De hecho, su creadora se inspiró en una muñeca alemana hecha para adultos.
Nancy era todo lo contrario, siempre fue mucho más formal. Simbolizaba lo que los papás querían que fuesen sus hijas. Todavía hoy sigue levantando pasiones, prueba de ellos son los múltiples blogs que podemos encontrar en la Red y las exposiciones sobre esta muñeca.
Muchos de los juguetes que en su época causaron furor seguramente provocarían risas en las nuevas generaciones. Es el caso del Cine Exin con el que se podían visualizar pequeñas películas de dibujos animados de una duración de 30 segundos. Nada tiene que ver con las televisiones de plasma actuales, pero también tenía su encanto.
Una de las características de algunos de los juguetes de los 80 es su pequeño formato. Tras la crisis del petróleo de los 70 las empresas empezaron a fabricar los juguetes de plástico más pequeños para que les salieran más rentables. Los Playmobil son un claro ejemplo: Hans Beck, su creador y jefe de desarrollo de Geobra, tuvo la idea de minimizar los vehículos de plástico que la empresa fabricaba junto a unas pequeñas figuras. El ingeniero acabó centrándose más en las propias figuras y sus accesorios que en los coches y así surgieron los famosos Playmobil.
Las Bariguitas, muñecas que se anunciaban como ‘un muñeco pequeño que tiene más cosas que un muñeco grande', también tenían un minúsculo y manejable formato.
No existe ningún niño de los años 80 que en algún momento no haya sentido un inmenso placer al introducir sus manos en el pringoso y viscoso Blandiblú. El olor permanecía en las manos durante horas y siempre había algún adulto que exclamaba: ¡qué asco!
El Comecocos fue la gran estrella. Lanzado el 21 de mayo de 1980 rápidamente se convirtió en un fenómeno mundial. El protagonista era un simple círculo amarillo al que le falta un sector por lo que parecía tener boca. El juego consistía en tragarse todas las bolas posibles y evitar a los fantasmas que le asaltaban por el camino. Máxima sencillez y máxima diversión.
De comerse el máximo número de bolas posibles también iba el Hipopótamo Tragabolas. El mecanismo del juego, que no era electrónico, consistía en atrapar todas las bolas posibles con un hipopótamo. El juego terminaba cuando ya no quedaba ninguna bola en el tablero, y ganaba el que más bolas había conseguido tragarse. No era el juego más divertido del mundo, pero muchos cayeron en la trampa y se lo pidieron a los Reyes Magos.
Aunque ambas son más antiguas, las muñecas Barbie y Nancy mantuvieron una cruenta batalla durante los años 80. Barbie cambió completamente el concepto de muñeca: hasta el momento de su nacimiento las muñecas tenían cuerpo de niño o bebé. Barbie fue toda una revolución ya que tenía un espectacular cuerpo de mujer. De hecho, su creadora se inspiró en una muñeca alemana hecha para adultos.
Nancy era todo lo contrario, siempre fue mucho más formal. Simbolizaba lo que los papás querían que fuesen sus hijas. Todavía hoy sigue levantando pasiones, prueba de ellos son los múltiples blogs que podemos encontrar en la Red y las exposiciones sobre esta muñeca.
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Volver la vista atrás y recordar a qué jugabamos y cómo jugabamos en la calle, sin peligros, en cualquier rincón montabamos "la tienda", la "casita".....Yo tuve la Nancy , por supuesto sería por aquello de lo que mis padres esperaban de mí y ya no tan niña cuando salieron los barriguitas, me parecía un muñeco tan pequeño pero con todo detalle que consegui que mi madre nos comprara a mi hermana y a mí uno a cada una...."el mío era negro", aún recuerdo el olor que tenía, como la Nancy , creo que era el olor característico de las muñecas de Famosa....
ResponderEliminarPara seguir con la tradicción cuando estaba embarazada de mi hija salió una colección de Barriguitas de los Paises del mundo, cada uno de una raza, vestido con el traje típico y ....se la hice entera a mi hija.Se la tenía guardada como oro en paño y hace poco que la descubrió y ...en realidad para tenerlos guardados no es, así que se los he dejado, los tiene todos en una caja y creo que ya se han interrelacionado y hay mezclas de vestimentas por lo menos....Es bastante dificil en estos tiempos ver jugar alas niñas con muñecos, prefieren toda la tecnología, maquinitas, ordenadores pero creo que si nosotras estamos ahí y jugamos con ellas las enseñamos a descubrir que jugar con muñecos es entretenido y en parte las ayuda a su desarrollo en contra de lo que algunos padres creen: como mi hijo se pasa mucho tiempo delante de las maquinitas y el ordenador es "listísimu", que "listo" es mi hijo como lo "controla" todo y no le ha enseñado nadie ....ERROR, además aparte de tecnología de última generación en las librerias siguen vendiendo unas colecciones de libros de "aventuras", o de lo que "les guste"....que eso sí que les ayudara a ser "listos".Y he vuelto a recordar cuánto leía yo de pequeña y quizás por eso ahora me encanta la lectura, de la autora Enid Blyton (los cinco, secretos, el club de los siete secretos) creo que leía todo lo que había....algo parecido le pasa a mi hija con el "Detective Geronimo Stillton" y es que la lectura es como u "juego".