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lunes, 10 de marzo de 2014

El alquiler

El mercado del alquiler está despegando en España. Cada vez más personas se deciden por esta alternativa ante la imposibilidad de comprar una vivienda o acceder a financiación. Sin embargo, la búsqueda de una casa acorde a sus necesidades o de la persona adecuada no es el único reto al que se enfrentarán inquilinos y caseros
Ya con el contrato firmado y las llaves en mano empieza el verdadero reto, la convivencia, esa delgada línea que para una buena o mala relación entre arrendadores. Para que la aventura del alquiler funcione para ambas partes, cada uno debe ser consciente y asumir los gastos derivados de su condición, circunstancia que no siempre queda clara y que provoca la mayoría de los enfrentamientos
Para que no haya dudas, la organización de consumidores y usuarios (OCU) ha creado una completa guía en la que se explica que gastos corresponden a uno y a otro. En primer lugar, la OCU recomienda leer bien el contrato de arrendamiento antes de firmar. “lo que ponga ahí es lo que cuenta”, recuerdan
Una vez ya formalizada la relación y, salvo que en el contrato de alquiler se diga lo contrario, los gastos se reparten de la siguiente manera:
- Casero: paga el IBI, la comunidad de vecinos, la tasa de basuras, el seguro de la casa y seguros de mantenimiento (caldera...)
- inquilino: paga todo lo que puede medirse con contadores individuales (el agua, la luz, el gas, el teléfono...)
En el caso de avería o desperfectos en la vivienda:
- Casero: paga las averías de la lavadora, la caldera, etc. Solo se libra de esto cuando es una avería mínima (un piloto, un filtro...) o si se demuestra que la culpa ha sido del inquilino
- Inquilino: paga los daños que él o sus visitas causen a la vivienda alquilada (por ejemplo: un cristal). Para estos imprevistos viene bien contratar un seguro especial para inquilinos. Se ocupa también de los pequeños gastos por el uso cotidiano del piso: cambiar una bombilla o la puerta de la lavadora, arreglar la cadena del baño o la correa de la persiana...
Además, en torno a las responsabilidades del alquiler pueden surgir todo tipo de cuestiones. La responsabilidad de algunas -como las denuncias por ruidos- está claramente atribuida, mientras que otras situaciones, como una inundación, la ‘culpa’ se puede repartir hasta en tres partes: inquilino, casero y comunidad de propietarios
Para evitar que la relación entre arrendadores y arrendatarios se enquiste, la OCU aconseja negociar sin pelear. Además, recomienda a los caseros contratar un buen seguro de hogar porque “así dormirán más tranquilos” y les recuerda que ser tacaños “puede salir muy caro”
En cuanto a los inquilinos, la organización de consumidores les explica que si el propietario ve que la mensualidad se paga puntualmente “será mucho más receptivo a la hora de negociar para que no tu alquiler no suba”