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jueves, 31 de octubre de 2013

¡Que vivan las mujeres!

Miguel Bosé siempre ha vivido, desde su más tierna infancia,  rodeado de mujeres. Lucía Bosé, su madre, su hermana Paola Dominguín o su sobrina Bimba Bosé. Puede ser por esto que siempre se ha declarado “feminista” , defensor de las mujeres, ha participado en campañas a favor de la igualdad de géneros, y contra la violencia machista. Con motivo de la presentación de la firma chilena Falabella, el cantante nos ha dejado esta hermosas palabras que acompaña con la música de soundtrnack de “Olvidate de mi”.

Que vivan las mujeres que no escuchan canciones románticas, y las que lloran con ellas también.
Que vivan las mujeres que sueñan con dormir y duermen.
Que vivan las mujeres que apagan sesenta velas por que cumplieron sesenta años.
Que vivan las mujeres que dejaron de ordenar cosas que los demás desordenaron.
Que vivan las mujeres Que tienen hijos. Y las que  los perdieron también.
QUE VIVAN!
Que vivan las mujeres que saben que un palmito jamás supera un pedazo de chocolate.
Que vivan las mujeres que se atreven a vivir. Las que se atreven a vivir.
A VIVIR!
Que vivan las mujeres que dejaron de preocuparse por lo que piensa el resto, sin embargo sigue preocupándose de los demás.
QUE VIVAN LAS MUJERES.
QUE VIVAN LAS MUJERES.

Leído en: http://www.mujerestilo.com/que-vivan-las-mujeres-por-miguel-bose/04-08-2008

miércoles, 30 de octubre de 2013

Mario Benedetti: Lo que necesito de ti

No sabes cómo necesito tu voz;
necesito tus miradas
aquellas palabras que siempre me llenaban,
necesito tu paz interior;
necesito la luz de tus labios
!Ya no puedo... seguir así!
...Ya... No puedo
mi mente no quiere pensar
no puede pensar nada más que en ti.

Necesito la flor de tus manos
aquella paciencia de todos tus actos
con aquella justicia que me inspiras
para lo que siempre fue mi espina
mi fuente de vida se ha secado
con la fuerza del olvido...
me estoy quemando;
aquello que necesito ya lo he encontrado
pero aún !Te sigo extrañando!


Mario Benedetti

martes, 29 de octubre de 2013

Reflexión (XIII): Justicia

Primer día de clase, el profesor de "Introducción al Derecho" entró en la clase y lo primero que hizo fue pedir el nombre de un estudiante que estaba sentado en la primera fila:
- ¿Cuál es su nombre?
- Mi nombre es Nelson, Señor.
- ¡Fuera de mi clase y no vuelva nunca más! Gritó el maestro desagradable.
Nelson estaba desconcertado. Cuando volvió en sí, se levantó rápidamente recogió sus cosas y salió de la habitación. Todo el mundo estaba asustado e indignado, pero nadie habló.
- ¡Muy bien! Vamos a empezar.
- ¿Para que sirven las leyes? Preguntó el maestro.
Los estudiantes seguían asustados, pero poco a poco empezaron a responder a su pregunta:
- Para tener un orden en nuestra sociedad.
- ¡No! - Respondió el profesor.
- Para cumplirlas.
- ¡No!
- Para que las personas equivocadas paguen por sus acciones.
- ¡No!
- ¿Alguien sabe la respuesta a esta pregunta!
- Para que se haga justicia, una muchacha habló con timidez.
- ¡Por fin! Es decir, por la justicia. Y ahora, ¿qué es la justicia? Todos empezaron a molestarse por la actitud tan asquerosa del profesor. Sin embargo, continuaron respondiendo:
- A fin de salvaguardar los derechos humanos ... - Bien, ¿qué mas ? Preguntó el maestro.
- Para diferenciar el bien del mal, para recompensar a aquellos que hacen el bien ...
- Ok, no está mal, pero respondan a esta pregunta: "¿Actué correctamente al expulsar a Nelson del aula?"
Todos estaban en silencio, nadie respondió.
- Quiero una respuesta por unanimidad!
- ¡No! - Todos contestaron con una sola voz.
- ¿Se podría decir que he cometido una injusticia?
- ¡Sí!
- ¿Y por qué nadie hizo nada al respecto? ¿Para que queremos leyes y reglas, si no tenemos la voluntad necesaria para practicarlas? Cada uno de ustedes tiene la obligación de hablar cuando es testigo de una injusticia. Todos. No vuelvan a estar en silencio, nunca más! Vayan a buscar a Nelson, dijo. Después de todo, él es el maestro, yo soy un estudiante de otro período. Aprendan: Cuando no defendemos nuestros derechos, se pierde la dignidad y la dignidad no puede ser negociada.

lunes, 28 de octubre de 2013

Mario Benedetti: Hagamos un trato

Compañera,
usted sabe
que puede contar conmigo,
no hasta dos ni hasta diez
sino contar conmigo.
 
Si algunas veces
advierte
que la miro a los ojos,
y una veta de amor
reconoce en los míos,
no alerte sus fusiles
ni piense que deliro;
a pesar de la veta,
o tal vez porque existe,
usted puede contar conmigo.
 
Si otras veces
me encuentra
huraño sin motivo,
no piense que es flojera
igual puede contar conmigo.
 
Pero hagamos un trato:
yo quisiera contar con usted,
es tan lindo
saber que usted existe,
uno se siente vivo;
y cuando digo esto
quiero decir contar
aunque sea hasta dos,
aunque sea hasta cinco.
 
No ya para que acuda
presurosa en mi auxilio,
sino para saber
a ciencia cierta
que usted sabe que puede
contar conmigo
 
Mario Benedetti

domingo, 27 de octubre de 2013

Mario Benedetti: Utopía


Cómo voy a creer / dijo el fulano
que el mundo se quedó sin utopías
 
Cómo voy a creer
que la esperanza es un olvido
o que el placer una tristeza
 
Cómo voy a creer / dijo el fulano
que el universo es una ruina
aunque lo sea
o que la muerte es el silencio
aunque lo sea
 
Cómo voy a creer
que el horizonte es frontera
que el mar es nadie
que la noche es nada
 
Cómo voy a creer / dijo el fulano
que tu cuerpo mengana
no es algo más de lo que palpo
o que tu amor
ese remoto amor que me destinas
no es el desnudo de tus ojos
la parsimonia de tus manos
 
Cómo no voy a creer / mengana austral
que sos tan sólo lo que miro
acaricio o penetro
 
Cómo voy a creer / dijo el fulano
que la utopía ya no existe
si vos / mengana dulce
osada / eterna
si vos / sos mi utopía
Mario Benedetti

sábado, 26 de octubre de 2013

Cómo entender la sentencia de Estrasburgo sobre la Doctrina Parot,


Doctrina Parot, Tribunal Europeo y Derechos Humanos: una explicación sencilla para quienes no entienden “cómo es que les dan la razón a esos criminales”.
1) La llamada “doctrina Parot” del Tribunal Supremo español es un criterio sobre aplicación de beneficios penitenciarios. Cuando alguien resulta condenado a penas por encima del máximo previsto en la ley, esos beneficios pueden aplicarse sobre el total de penas o sobre el máximo que debe cumplirse legalmente. Si los beneficios que implican reducción de pena se aplican sobre el total de penas y alguien ha sido condenado a 1000 años de prisión no es lo mismo empezar a descontar tiempo, comenzando en 1000 años o en 30 años (que es el máximo de condena de cumplimiento efectivo), como es evidente. Hasta una fecha determinada, en España se aplicaba la redención sobre la pena máxima de 30 años.
2) El cabreo ciudadano ante el hecho de que asesinos múltiples con condenas enormes quedasen en libertad a los 20 años de estar en prisión provocó una reforma legislativa  en 2003 que dio lugar a una modificación del artículo 78 del Código penal (del nuevo código penal que ya había eliminado la redención de penas, aunque mantenía, lógicamente, otros beneficios penitenciarios).
3) El sólo hecho de que se hable de que la doctrina lleve el nombre del condenado, Parot, y no del jurista que la elaboró, es un claro indicio de que fue concebida ad hoc, para cambiar la interpretación de la ley con miras a un caso específico ya ocurrido. La sentencia del Supremo que recoge la doctrina Parot es del año 2006, y a partir de ahí se aplicó en todos los casos de presos por delitos múltiples que con el cómputo anterior saldrían a los 20 años de prisión, para hacerles cumplir el máximo de 30 años.
4) El Tribunal Europeo de Derechos Humanos -en relación a un caso concreto que fue llevado hasta él- no dice que el cómputo de las penas con la reforma penal de 2003 -que evita que criminales múltiples cumplan menos del máximo- esté mal, ni que el criterio de fondo de la doctrina Parot sea ilegal.
5) El Tribunal Europeo lo que hace es ratificar la vigencia plena para los Estados que respetan la Convención Europea de Derechos Humanos, de un principio básico del Derecho Penal de las sociedades democráticas: no hay delito ni pena sin ley penal que previamente lo establezca.
6) Este principio es una de la más importantes garantías ciudadanas contra la arbitrariedad del Estado y proporciona seguridad jurídica, al saber qué actos son delitos y qué sanción corresponde, antes del acto.
7) Cambiar el cómputo del cumplimiento de las penas extendiendo el período de prisión implica un cambio en la condena. Por ende, este cambio sólo puede aplicarse hacia el futuro: a los delitos cometidos con posterioridad a la nueva ley (a partir de 2003).
8) La doctrina Parot que extiende el período de prisión para determinados delitos múltiples, pretendía ser aplicada por el Tribunal Supremo español -y de hecho se aplicó- a delitos cometidos con anterioridad a su elaboración (el objetivo de esta doctrina es extender las penas a delitos cometidos antes del nuevo Código Penal de 2003, puesto que a partir de aquí sí se aplica el cómputo extendido).
9) Es esto último lo que el Tribunal Europeo considera violatorio de la Convención Europea (art. 5.1, que prohíbe la aplicación retroactiva de la ley penal más gravosa): ya que al momento de cometerse esos delitos no existía el Código Penal de 2003 y el criterio del Tribunal Supremo español era distinto al de la doctrina Parot. No es cierto que el Tribunal Europeo esté en contra de la aplicación de los beneficios sobre el total de condenas, de lo que está en contra es de que este cambio se aplique retroactivamente, a delitos cometidos con anterioridad a la ley. Y sí, los Tribunales de Derechos Humanos tienen la saludable costumbre de velar por los derechos humanos.
10) A la civilización humana le ha costado miles de años llegar a reconocer la existencia de algo tan básico como que “todo ser humano tiene determinados derechos por el sólo hecho de ser humano” y que las garantías en materia penal son una protección al ciudadano, -como yo y como tú que estás leyendo- contra la arbitrariedad del Estado, no una protección a los delincuentes.
11) Muy débil sería nuestro Estado de Derecho y nuestra convicción democrática si un criminal -con la excusa de aplicarle el mayor castigo- nos llevara como sociedad a traicionar los más elementales principios de aplicación de los derechos humanos. Convencidos de nuestro triunfo, no hubiéramos sido mejores que el criminal.
12) Es normal que las víctimas se sientan agraviadas por la imposibilidad de extender las penas a delitos cometidos antes de 2003 y consideren que la sentencia es injusta. En realidad, ninguna sentencia sería justa desde su punto de vista, por imposibilidad de restaurar las cosas la estado anterior al delito y por imposibilidad de que exista un castigo acorde al daño. Incluso si hubiera pena de muerte ¿acaso podría ser castigado tantas veces como delitos cometió el reo? Hasta con la pena de muerte, recibiría el mismo castigo el condenado por un homicidio que por treinta, porque ambos morirían una vez.
13) Siglos de civilización nos llevó pasar de un Derecho Penal en el que regía la venganza privada, a un Derecho Penal que ponía el poder punitivo en manos del Estado. Claro que las víctimas deben ser oídas, resarcidas y reivindicadas. Pero así como nadie defendería seriamente que un paciente con cáncer sabe más que su oncólogo sobre cómo curar el mal, no se puede defender seriamente que sean las víctimas las que determinen la política criminal del Estado, que lo que debe perseguir no es la venganza sino la paz social, con respeto a los derechos humanos. Las víctimas son parte, por supuesto, con derecho a ser oídas, pero no son el legislador ni el juez.
14) Los medios de comunicación ante la sentencia: lamentablemente, salvo contadas y honrosas excepciones, han perdido una gran oportunidad de informar al ciudadano, optando por desinformar azuzando los instintos más básicos de venganza. Hoy cualquier televidente medio cree que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos “se ha puesto del lado de los terroristas”, cuando en realidad no ha hecho más que reafirmar los derechos humanos de todos los ciudadanos.

De todas formas yo añadiría que estos políticos tan inútiles que tenemos, si hubieran cambiado el Código Penal por los años 80 en materia de terrorismo y otros crímenes de alarma social, ahora no estaríamos hablando de todo esto.

viernes, 25 de octubre de 2013

Los elementos esenciales de la atracción sexual

Por suerte, no a todos nos gusta el mismo tipo de personas. La belleza es subjetiva y quien resulta atractivo para algunos puede resultar indiferente para otros. Esto no quiere decir que no haya gente guapa y fea, que la hay, lo que ocurre es que el físico no es el único componente que configura el atractivo sexual de una persona.
 
Todos nos hemos sentido atraídos por alguien que, sin ser especialmente guapo, tenía carisma, era interesante, gracioso o, sencillamente, nos hacía tilín, sin saber por qué. Pero todo tiene una explicación, a buen seguro el susodicho cumplía uno o varios de estos cuatro componentes del atractivo sexual.
 
1. Atractivo estático
 
Poco se puede hacer para mejorar este aspecto del atractivo y, por mucho que nos empeñemos en lo contrario, se deteriora con el tiempo. El atractivo estático es la parte a priori inalterable de nuestra belleza: la forma de nuestra cara, nuestra complexión, la silueta de nuestro cuerpo…
 
Es la parte del atractivo que viene marcado por preferencias biológicas y estas son las mismas para todo el mundo. A los hombres les gustan las mujeres con grandes pechos, cintura estrecha y buenas nalgas, labios grandes, mandíbula pequeña y barbilla estrecha. A las mujeres les gustan los hombres con mandíbulas pronunciadas, pómulos bien marcados y un peso correcto. Y no hay nada que hacer contra esto: biológicamente hablando nos gustan las personas fértiles, con buenos genes, y un sistema inmune bien preparado. Y es el aspecto de las personas que cumplen esos requisitos el que nos gusta, aunque no nos paremos a pensarlo.
 
El atractivo estático puede modificarse: podemos tener un accidente, envejecer o pasar por el quirófano. También podemos tratar de adelgazar, pero aunque logremos una pequeña mejora perder unos kilos no va a cambiar nuestro rostro. Por suerte, el atractivo estático no es lo único que hace bella a una persona, y ni siquiera es el más importante.
 
2. Atractivo dinámico
 
Hay personas que no son especialmente guapas pero tienen “algo” que les hace atractivas. Ese “algo”, ya sea la forma de andar, de reír o de gesticular, es lo que se conoce como atractivo dinámico y nos sirve para expresar nuestras emociones y mostrar nuestra personalidad al mundo. Es, en definitiva, el carisma de cada persona, como bien define la RAE, la “especial capacidad de algunas personas para atraer o fascinar”.
 
El lenguaje corporal y hablado es fundamental para construir nuestro carisma: por ello las personas divertidas suelen tener tanto éxito. Lo que hace graciosa a una persona no es su atractivo físico, es su forma de hablar y sus gestos.
 
3. Imagen personal
 
El concepto de “imagen personal” se refiere a nuestra habilidad para mejorar artificialmente nuestro atractivo físico. Incluye todas las cosas que uno puede hacer para que mejore su aspecto general: aseo, maquillaje, peinado, estilo de vestir… Quizás, no es tan importante como los dos puntos anteriores –“aunque la mona se vista de seda, mona se queda”– pero tiene bastante peso en el computo final pues, en parte, define también nuestra personalidad. Hay mujeres que nunca saldrían con un hombre que usa chanclas y, por muy guapo que sea el susodicho, no va hacer que cambien su opinión.
 
4. Circunstancias
 
Dice el refrán que “el roce hace el cariño”, y no le falta razón. La situación que nos rodea es muy importante y, aunque en un principio no nos atraiga una persona, el tiempo puede hacer que acabe gustándonos. Si alguien es amable con nosotros, y nos da su afecto, tendemos a crear un vínculo recíproco, que en muchas ocasiones se convierte en amor.
 
De forma similar, las experiencias que vivimos junto a otra persona pueden aumentar el atractivo de ésta. Cuando disfrutamos con nuestra pareja de experiencias satisfactorias su atractivo aumenta, al igual que disminuye si nuestra convivencia es rutinaria. Y cuando empezamos a salir con una persona, si experimentamos algo emocionante podemos atribuir parte de la excitación a la otra persona y sentirnos más atraídos por ella o él, aunque en realidad no tenga nada que ver con lo que haya ocurrido.
 

jueves, 24 de octubre de 2013

Somos marea verde

De como el Wert-Zotas nos dirige como los cangrejos! La clave está en la educación. Las medidas adoptadas en los últimos años nos alejan irremediablemente... de la equidad y nos retrotraen al territorio de la exclusión. Una universidad —decía Diderot— es como “una escuela abierta indistintamente” a los hijos de una nación. El subrayado de indistintamente es de Diderot y junto con abierta, deben ser palabras destacadas de forma especial este año en que celebramos el tricentenario de su nacimiento. En España, vistas las cosas con la mirada de Diderot, íbamos por el buen camino. Si se estudian comparativamente los sistemas universitarios europeos, en clave de dimensión social, nuestro país hace tres años no se encontraba entre los más inclusivos, pero se había venido alejando progresivamente de los más excluyentes.
 
En el último informe Eurostudent, analizando el porcentaje de hijos e hijas matriculados en la universidad, procedentes de familias con bajo nivel educativo y bajos ingresos, se observaba que estaban infra-representados, pero que su número y su porcentaje iban aumentando en las aulas; mientras que los hijos e hijas de familias con nivel educativo alto y altos ingresos, aunque estaban sobre-representados, iban reduciendo su presencia relativa. Por tanto, estábamos en transición hacia los sistemas denominados “equitativos”, aquellos en que la universidad mejor refleja la estructura de la sociedad. Con ello no quiere decirse que podíamos echar las campanas al vuelo, por varias razones: primero porque equidad no es lo mismo que igualdad; pero, sobre todo porque la gran selección, la más grave e injusta, se había operado mucho antes de llegar a la universidad. De un lado, las clases medias altas habían “salvado” a su progenie de las escuelas públicas buscando un itinerario selecto; de otro, los niños y niñas que quedaban “varadas” muy temprano en su aprendizaje (fracaso y abandono), se encontraban con una esperanza de vida educativa muy baja, mientras otras alcanzaban las cimas más altas, incluyendo en ellas postgrados y formación a lo largo de la vida. Eso que llamamos fracaso escolar, culpabilizando a la ligera a los adolescentes que no logran progresar y abandonan, era y es realmente un fracaso social. Había, por tanto, mucha tarea por hacer y muy especialmente en las primeras etapas educativas. Ahora se ha impuesto un nuevo escenario. Las medidas adoptadas en los últimos años —reducción de recursos y de profesorado, incremento del número de alumnos por aula, subida contracíclica de los precios de las matrículas, endurecimiento de los requisitos para obtener becas y reducción de su número, entre otros— nos alejan irremediablemente de la equidad y nos retrotraen al territorio de la exclusión. Eso sí, extrayendo y salvando del barrizal, a aquellas personas que procediendo de familias humildes sean muy, muy, talentosas.
 
Retornamos así al paternalismo elitista de las becas de los años sesenta. En vez de resolver los problemas existentes, se agravan. ¿Es ésta una buena estrategia para salir de la crisis y para el futuro de este país? Desde luego, Diderot, pensaría que no, pues en su proyecto de universidad para el imperio ruso sostenía que dada la relación entre el número de palacios y el de cabañas (uno a diez mil), era razonable que resultaría mucho más probable encontrar el talento, el genio y la virtud, entre los habitantes de las cabañas que en los de los palacios. Imagino que esta sentencia suscitará alguna sonrisa o comentario cáustico entre quienes piensan que el mérito siempre es y sólo es un logro personal. Pero no estará de más releer a uno de los padres de la Enciclopedia, esa empresa ilustrada que creía posible democratizar el saber, si se trabajaba con tenacidad. (Antonio Ariño Villarroya)

miércoles, 23 de octubre de 2013

Simplemente Frida

¿Se puede construir algo hermoso desde el dolor? ¿Se pueden derribar los muros de lo acontecido, de lo que nos golpea duramente a la puerta y nos llama a abandonarnos en el olvido y buscarle los  colores a lo  que ya se había oscurecido?  La historia de Frida nos dice que sí.
 
Frida pintaba los días de color azteca. Buscaba en la reivindicación  de la bandera de ese pueblo que amaba, ahogar los gritos que bramaban en su pecho como queriendo salir. Cada cuadro nos habla, y pareciera invitarnos a reconstruir como piezas de un rompecabezas macabro, las piezas de cuerpo y alma de una mujer a la que la vida nunca terminaba de desarmar. Después de los accidentes que sufriera y que la dejaran sin la libertad del andar, enarbolaba aún el brillo de sangre que la haría única en una sociedad que, escandalizada, contemplaba impávida cómo había sabido superar el dolor de la pérdida de 8 embarazos, y los plasmaba en trazos sangrientos que asestaban a la cara de los magnates que preferían verla como una muestra de excentricidad (“Henry Ford Hospital” es una muestra inefable de ello).
 
Genuina, Frida escribía en una oportunidad: “Tuve dos accidentes en mi vida: el primero, el del autobús, el segundo; Diego”. Rivera contribuía al espíritu desenfrenado de Frida. Miembros del Partido Comunista de su país, se fundieron en una pareja de esas de culebrón mexicano, repleta de idas y vueltas, donde la práctica del amor libre, y la ausencia de propiedad privada de los sentimientos se traducía en miles de secuencias de infidelidades y aventuras; y en un acompañamiento ciego en el frondoso camino del arte que le esperaría.
 
Frida se reinventaba una y otra vez; surgía de los sombríos momentos estallando en los mil colores de una América que no se dejaba de imaginar, revolucionaria se conducía a través del llanto escapando a las frivolidades y a los escaparates mágicos que venían desde Gringolandia, llevando como estandarte el hambre de miles de campesinos mexicanos, la defensa de la mujer como ser divino, la lucha contra los mandatos sociales y las “buenas costumbres”. Frida evade con fe siniestra la falta; y se llena, se completa, se vuelve universo a partir del deseo. El deseo la nubla y le alivia el dolor de la pierna que le falta, el deseo la abraza cada vez que la mala suerte y su cadera maltrecha le arrebatan los hijos; el deseo le impide ver que el amor de su vida se le pierde entre mil sábanas arremolinadas, pero por sobre todas las cosas; es el deseo el que le permite superarse; y aún en los tiempos más difíciles en los que el trazo ya no la acompaña con precisión, Frida pinta con justicia los colores de un mundo amerindio donde los campesinos, los aborígenes y los proletarios, son dueños de la tierra que los vio nacer, y los pinta con convicción hasta su puta muerte. Los pinta, a medida que los colores de su vida se apagan, sin miedo posible. Trazos de colores estridentes, los colores de México, autorretratos donde la crudeza convive con lo bello de su realidad, desnuda su pata de palo, vestida de hombre y con posición viril, después llegarían las máscaras y las naturalezas muertas que testifican silenciosas su agonía, hasta las postreras horas de la pintura más comprometida, en la que su voz, la de la revolucionaria del pincel profiriera alaridos de política convicción.
 
El sufrimiento ha hecho de Frida quien es: no un icono mercantil plasmado en zapatillas y artículos de moda. La ha hecho una iconoclasta del tiempo en que las tierras y los campesinos mexicanos parecían haber nacido con otros dueños; en una época sesgada por el miedo a que la virtud clásica se viera opacada por lo mundano, por lo natural. La ha hecho ser Frida como ninguna otra hubiese podido serlo.

Por Martina Kaniuka
Leído en: http://cracmagazine.wordpress.com/2013/10/06/simplemente-frida/

martes, 22 de octubre de 2013

Reflxión (XII): Como resolver un problema


Cuenta la leyenda que en un monasterio budista ubicado en una ladera casi inaccesible de las frías y escarpadas montañas del Himalaya, un buen día uno de los monjes guardianes amaneció sin vida.

Le hicieron los rituales tibetanos propios para esas ocasiones, llenas de profundo respeto y misticismo. Sin embargo, era preciso que algún otro monje asumiera las funciones del puesto vacante del guardián. Debía encontrarse el monje adecuado para llevarlas a cabo.
 
El Gran Maestro convocó a todos los discípulos del monasterio para determinar quién ocuparía el honroso puesto de Guardián. El Maestro, con mucha tranquilidad y calma, colocó una magnífica mesita en el centro de la enorme sala en la que estaban reunidos y encima de ésta, colocó un exquisito jarrón de porcelana, y en él, una rosa amarilla de extraordinaria belleza y dijo:
 
“He aquí el problema. Asumirá el puesto de Honorable Guardián de nuestro monasterio el primer monje que lo resuelva.”
 
Todos quedaron asombrados mirando aquella escena: un jarrón de gran valor y belleza, con una maravillosa flor en el centro. Los monjes se quedaron como petrificados, en  el más respetuoso silencio, hundidos en sus interrogantes internas…
 
¿Qué representaría ese bello jarrón con flores? ¿Qué hacer con él? ¿Cuál podría ser el enigma encerrado en tan delicada belleza? ¿Simbolizaría acaso las tentaciones del mundo? ¿Podría ser algo tan simple como que necesitara agua la flor?
 
Eran  tantas  preguntas… En momento determinado, uno de los discípulos sacó una espada, miró al Gran Maestro, y a todos sus compañeros, se dirigió al centro de la sala y ¡¡Zas!! destruyó todo de un sólo golpe. Tan pronto el discípulo retornó a su lugar, el Gran Maestro dijo:
 
“Alguien se ha atrevido no sólo a dar solución al problema, sino a eliminarlo. Honremos a nuestro nuevo Guardián del Monasterio".
 
En realidad, poco importa cuál sea el problema. Hay problemas cuyo aspecto nos confunde, pues halaga los sentidos. En el fondo sigue siendo un problema. Si es un problema, es exactamente eso: un problema, y precisa ser eliminado, no importa que se trate de una mujer sensacional, o de un hombre maravilloso o de un gran amor que se ha esfumado; por más hermoso que haya sido la experiencia que has vivido o lo significativa que haya sido la persona con quien has estado, si no existiera más sentido para ello en tu vida, tiene que ser eliminado.
 
Muchas personas cargan la vida entera el peso de cosas que fueron importantes en su pasado y que hoy solamente ocupan un espacio inútil en sus mentes, espacio que es indispensable para recrear la vida.
 
Un antiguo proverbio Chino dice: "Para que tú puedas beber vino en una copa que se encuentra llena de té, es necesario primero tirar el té, y entonces podrás servir y beber el vino."
 
Limpia tu vida, comienza por los cajones, armarios, hasta llegar a las personas del pasado que no tienen más sentido que sigan ocupando un espacio en tu mente. Exígete a ti mismo lo que te gustaría exigirles a los demás, y a los demás déjalos tranquilos sin esperar NADA de ellos.

lunes, 21 de octubre de 2013

Antonio Gala: ¿Qué es una putada?

  • Putada es comparar la jubilación de un diputado o diputada con la de una viuda.
  • Putada es que un ciudadano tenga que cotizar 35 años para percibir una jubilación y a los diputados y los miembros del Gobierno les baste sólo con tres o con seis años, según el caso, para cobrar la pensión máxima y para ello sólo necesiten jurar el cargo.
  • Putada es que los diputados sean los únicos trabajadores (?) de este país que están exentos de tributar un tercio de su sueldo del ISR.
  • Putada es colocar en la administración a miles de asesores (léase amigotes con sueldo) que ya desearían para sí los técnicos mejor cualificados.
  • Putada es el ingente dinero destinado a sostener a los partidos, aprobados por los mismos políticos que viven de ellos.
  • Putada es que a un político no se le exija superar una mínima prueba de capacidad para ejercer su cargo (y no digamos intelectual o cultural).
  • Putada es el costo que representa para los ciudadanos, sus comidas, coches oficiales, chóferes, viajes (siempre en gran clase) y tarjetas de crédito por doquier.
  • Putada es que sus señorías tengan casi cinco meses de vacaciones al año (48 días en Navidad-enero, más 17 en Semana Santa, a pesar de que muchos de ellos se declaran laicos, más 82 días en verano).
  • Putada es que sus señorías, cuando cesan en el cargo, tengan un colchón del 80% del sueldo durante 18 meses.
  • Putada es que ex ministros, ex secretarios de estado y altos cargos de la política, cuando cesan, son los únicos ciudadanos de este país que pueden legalmente percibir dos salarios del erario público.
  • Putada es que se utilice a los medios de comunicación para transmitir a la sociedad que los funcionarios son los únicos que representan un costo para el bolsillo de los ciudadanos.
  • Putada es que nos oculten sus privilegios, mientras vuelven a la sociedad contra quienes de verdad les sirven, hablando de política social y derechos sociales.

¡Qué Putada!...

domingo, 20 de octubre de 2013

Mario Bennedetti: Todavía

No lo creo todavía
estás llegando a mi lado
y la noche es un puñado
de estrellas y de alegría

palpo gusto escucho y veo
tu rostro tu paso largo
tus manos y sin embargo
todavía no lo creo

tu regreso tiene tanto
que ver contigo y conmigo
que por cábala lo digo
y por las dudas lo canto

nadie nunca te reemplaza
y las cosas más triviales
se vuelven fundamentales
porque estás llegando a casa

sin embargo todavía
dudo de esta buena suerte
porque el cielo de tenerte
me parece fantasía

pero venís y es seguro
y venís con tu mirada
y por eso tu llegada
hace mágico el futuro

y aunque no siempre he entendido
mis culpas y mis fracasos
en cambio sé que en tus brazos
el mundo tiene sentido

y si beso la osadía
y el misterio de tus labios
no habrá dudas ni resabios
te querré más
todavía.

Mario Benedetti

sábado, 19 de octubre de 2013

La Ley Wert

A la séptima reforma educativa de la democracia, la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) la llaman ‘ley Wert’, en honor, o más bien demérito, de su impulsor, y también ‘la breve’, porque casi toda la oposición (salvo UPN, Foro Asturias y UPyD) ha asegurado por escrito que, en cuanto se lo permita el equilibrio parlamentario, será derogada. La aprobó el jueves el Congreso de los Diputados, sorteadas las 11 enmiendas a la totalidad y desestimadas las más de 700 parciales –ha incluido sólo 42 de los populares y algunas de otros grupos, la mayoría de UPyD–, sólo con el voto favorable del PP. Ni siquiera sus aliados tradicionales –UPN y Foro Asturias- votaron a favor, y el 24 una huelga de padres, profesores y alumnos le hará frente en la calle. La LOMCE está pendiente aún de su paso por el Senado, donde aún se puede incluir alguna enmienda, en cuyo caso volvería al Congreso. El Gobierno, en cualquier caso, pretende que se apruebe antes de fin de año y que se ponga en marcha para el próximo curso. Estas son sus líneas maestras:
 
1. Centros, padres, profesores, Consejo Escolar y director. El nuevo texto añade un párrafo al artículo 1 de la LOE, especificando que uno de los principios que inspiran el sistema educativo español es el “reconocimiento del papel que corresponde a los padres y tutores legales como primeros responsables de la educación de sus hijos” y su derecho “a elegir el tipo de educación y el centro para sus hijos”. También ahonda en la autonomía de los centros, que tendrán “la capacidad de identificar cuáles son sus fortalezas y necesidades de su entorno, para así poder tomar decisiones” sobre su oferta pedagógica. En cuanto al Consejo Escolar, formado por miembros de toda la comunidad –padres, alumnos, profesores– pierde funciones, como aprobar la programación general del centro o el despido de profesores en la concertada. Los directores, por su parte, ven reforzado su papel y serán reelegidos en función de una evaluación de su trabajo en la que entrarán los resultados de sus alumnos en las ‘reválidas’.
 
2. La autoridad del profesorado. Los profesores y directivos de los centros se consideran “autoridad pública”, y los hechos que constaten para adoptar medidas correctoras tendrán “valor probatorio”.
 
3. Tres tipos de asignaturas. En Educación Primaria, ESO y Bachillerato, se dividen en troncales, específicas y de libre configuración autonómica. En las primeras (Lengua, Matemáticas, Geografía e Historia…), el Gobierno determinará contenidos, criterios evaluativos y horario mínimo; en las específicas, los criterios evaluativos. Las de libre configuración autonómica, además de las clases en la lengua cooficial, serán especificadas por las comunidades en cuanto a contenidos y horarios.
 
4. Itinerarios. Se adelantan las elecciones de los alumnos. En tercero de la ESO (14 años), los alumnos irán dibujando su futuro, según las opciones elegidas, hacia bachillerato y FP. Cuarto de ESO, sin embargo, se transforma ya en un curso preparatorio para el bachillerato o la Formación Profesional, con caminos completamente diferenciados (“tendrá un carácter propedéutico”, señala la ley). De este modo, el curso se divide en dos opciones: “Opción de enseñanzas académicas para la iniciación al Bachillerato” y “Opción de enseñanzas aplicadas para la iniciación a la Formación Profesional”. Hay tres modelos de bachillerato: Ciencias, Artes y Humanidades y Ciencias Sociales.
 
5. Formación Profesional Básica. A los 15 años (y hasta los 17) o excepcionalmente, antes, tras el segundo curso de ESO (14), los alumnos podrán cursar ya una nueva FP Básica, de dos años de duración, siempre a propuesta del profesorado “cuando el grado de adquisición de las competencias así lo aconseje”. Dará lugar a un título profesional básico, y esta opción no contabilizará como abandono escolar temprano (que actualmente está cerca de doblar la media europea, con un 24,9%). 
 
6. Castellano, lengua vehicular. “El castellano es lengua vehicular en todo el Estado y las lenguas cooficiales lo son también en las respectivas comunidades autónomas”, reza el texto salido del Congreso. En aquellas comunidades en las que la enseñanza del castellano como vehicular no integre una “oferta docente razonable” en centros públicos y concertados, el Ministerio asumirá la escolarización de los alumnos que lo soliciten en centros privados, aunque luego repercutirá el gasto a la administración autonómica.
 
7. Adiós a la selectividad, hola a las ‘reválidas’. La norma implanta evaluaciones al final de cada etapa: pruebas de primaria en tercero y sexto y una evaluación externa al término de la ESO y el bachillerato. Las dos últimas son competencia del Ministerio y necesarias para pasar al siguiente tramo u obtener el título, y abren la puerta a los polémicos ránkings de centros. La calificación final de la ESO (última etapa de la enseñanza obligatoria) se obtendrá con un 70% de la media de las calificaciones de los cursos y un 30% de la reválida final; la de Bachillerato se establece en una proporción de 60% a 40%. Se elimina la prueba de acceso a la universidad, aunque los centros universitarios, eso sí, podrán establecer sus propias evaluaciones.
 
8. Con tres suspensos, se repite. Salvo casos excepcionales, tanto si se obtienen tres suspensos como si estos son sólo dos, pero corresponden a lengua castellana o cooficial y matemáticas, el alumno no pasará curso en la ESO. En bachillerato, el límite para no promocionar queda especificado en el suspenso en tres materias.
 
9. La religión sí cuenta. La polémica Educación para la Ciudadanía desaparece del sistema, mientras que Religión y sus alternativas –Valores Sociales y Cívicos (Primaria); Valores Éticos (Secundaria)- podrán contar para la nota media de cada etapa y se equiparan en horas al resto, aunque no entran en las reválidas. En Bachillerato, la asignatura de Religión será optativa.
 
10. Centros concertados. La ley garantiza que todos los alumnos tendrán plaza para cursar la enseñanza obligatoria, pero no señala que tenga que ser en la enseñanza pública, y añade que “las Administraciones educativas podrán convocar concursos públicos para la construcción y gestión de centros concertados sobre suelo público”. Sostiene, además, que la enseñanza diferenciada por sexos “no constituye discriminación” y establece que los centros que opten por este tipo de educación no podrán tener desventajas a la hora de suscribir conciertos.

viernes, 18 de octubre de 2013

Carta de Carlos Cano a su hijo Pablo

Le digo que si quiere ser hermoso, piense en cosas bellas. Si pretende la elegancia, que tenga dignidad. Si busca el amor, que utilice siempre la ternura. Si quiere un mundo justo, que transforme su vida en algo mejor. Que señale las heridas, si quiere curación. Si busca la pureza, que se acerque a la alegría. Que oiga la música hermosa de la soledad de los hombres. Si quiere que le quieran, que quiera y sueñe con el paraíso y aprenda que todo lo vivo tiene algo nuestro en su ser, y que lo busque y lo respete.

Nada es más importante que sentirse querido...


Que aprenda del instinto, que la intuición le enseñe la memoria misteriosa y oculta de las cosas. Que sea él mismo, se confronte con lo vivo, conozca y compare. Que desconfíe de las modas.

Cuando camine por los campos, le animo a buscar a lo lejos las montañas y cantar la melodía de sus líneas en el horizonte. A decir palabras cariñosas a la acacia y al romero, y a la albahaca cuando perfume sus sueños. Si recuerda algo triste, debe ser intensa su tristeza, debe llorar si es preciso luego y después olvidar para siempre. Es importante que recuerde que, para vivir, hay que olvidar. Todo como las plantas tiene sus raíces y sus flores. Para crecer mejor, debe decir que no muchas veces y tener una razón de ser.

jueves, 17 de octubre de 2013

Mario Benedetti: Última noción de Laura


Usted Martín Santomé no sabe
cómo querría tener yo ahora
todo el tiempo del mundo para quererlo
pero no voy a convocarlo junto a mí
ya que aún en el caso de que no estuviera
todavía muriéndome
entonces moriría
sólo de aproximarme a su tristeza.

usted Martín Santomé no sabe
cuánto he luchado por seguir viviendo
cómo he querido vivir para vivirlo
porque me estoy muriendo Santomé

usted claro no sabe
ya que nunca lo he dicho
ni siquiera
en esas noches en que usted me descubre
con sus manos incrédulas y libres
usted no sabe cómo yo valoro
su sencillo coraje de quererme

usted Martín Santomé no sabe
y sé que no lo sabe
porque he visto sus ojos
despejando
la incógnita del miedo

no sabe que no es viejo
que no podría serlo
en todo caso allá usted con sus años
yo estoy segura de quererlo así.

usted Martín Santomé no sabe
qué bien, que lindo dice
avellaneda
de algún modo ha inventado
mi nombre con su amor

usted es la respuesta que yo esperaba
a una pregunta que nunca he formulado
usted es mi hombre
y yo la que abandono
usted es mi hombre
y yo la que flaqueo

usted Martín Santomé no sabe
al menos no lo sabe en esta espera
qué triste es ver cerrarse la alegría
sin previo aviso
de un brutal portazo

es raro
pero siento
que me voy alejando
de usted y de mí
que estábamos tan cerca
de mí y de usted

quizá porque vivir es eso
es estar cerca
y yo me estoy muriendo
Santomé
no sabe usted
qué oscura
qué lejos
qué callada
usted
Martín
Martín cómo era
los nombres se me caen
yo misma me estoy cayendo

usted de todos modos
no sabe ni imagina
qué sola va a quedar
mi muerte
sin
su
vi
da.

miércoles, 16 de octubre de 2013

Octavio Paz: Ejercicio de tiro

La marea se cubre, se descubre, se recubre y siempre anda desnuda.
 
La marea se teje y se desteje, se abraza y se divide, nunca es la misma y nunca es otra.
 
La marea, escultora de formas que duran lo que dura su oleaje.
 
La marea pule conchas, rompe rocas.
 
La marea siempre al asalto de sí misma.
 
La marea, oleaje de sílabas de la palabra interminable, sin fin y sin principio, que le dicta la luna.
 
La marea es rencorosa y ciertas noches, al golpear el peñasco, anuncia el fin del mundo.
La marea, transparencia coronada de espumas que se desvanecen.
 
La perpetua marea, la inestable, la puntual.
 
La marea y sus puñales, sus espadas, sus banderas desgarradas, la derrotada, la victoriosa.
 
La marea, baba  verde.
 
La marea, adormecida sobre el pecho del sol, sueña con la luna.
 
La marea azul y negra, verde y morada, vestida de sol y desvestida de luna, centelleo del mediodía y jadeo de la noche.
 
La marea nocturna, rumor de pies descalzos sobre la arena.
 
La marea, al amanecer, abre los párpados del día.
 
La marea respira en la noche profunda y, dormida, habla en sueños.
 
La marea que lame los cadáveres que arroja a la costa.
 
La marea se levanta, corre, aúlla, derriba la puerta, rompe los muebles y después, a la orilla, calladamente, llora.
La marea, la demente que escribe sobre la roca signos indescifrables, signos de muerte.
 
Los secretos de la marea los guarda la arena.
 
¿Con quién habla toda la noche la marea?
 
La marea es proba y, a la larga, devuelve todos sus ahogados.
 
La tormenta vino y se fue, la marea se queda.
 
La marea afanosa lavandera de las inmundicias que dejan los hombres en la playa.
 
La marea no recuerda de dónde viene ni sabe a dónde va, perdida en su ir y venir entre ella misma y sí misma.
 
Allá, por los acantilados, la marea cierra el puño y amenaza a la tierra y al cielo.
 
La marea es inmortal, su tumba es su cuna.
 
La marea, encadenada a su oleaje.
 
Melancolía de la marea bajo la lluvia en la indecisa madrugada.
 
La marea abate la arboleda y se traga al poblado.
 
La marea, la mancha oleaginosa que se extiende con sus millones de peces muertos.
 
La marea, sus pechos, su vientre, sus caderas, sus muslos bajo los labios y entre los brazos impalpables del viento en celo.
 
El chorro de agua dulce salta desde la peña y cae en la amarga marea.
 
La marea, madre de dioses y diosa ella misma, largas noches llorando, en las islas de Jonia, la muerte de Pan.
 
La marea infectada por los desechos químicos, la marea que envenena al planeta.
 
La marea, la alfombra viviente sobre la que andan de puntillas las constelaciones.
 
La marea, la leona azuzada por el látigo del huracán, la pantera domada por la luna.
 
La mendiga, la pedigüeña, la pegajosa: la marea.
 
El rayo hiende el pecho de la marea, se hunde, desaparece y resucita, vuelto un poco de espuma.
 
La marea amarilla, la plañidera y su rebaño de lamentos, la biliosa y su cauda de rezongos.
 
La marea, ¿anda dormida o despierta?
 
Cuchicheos, risas, susurros: el ir y venir de la marea entre los jardines de coral del Pacífico y del Indico, en la ensenada de Unawatuna.
 
La marea, horizonte que se aleja, espejo hipnótico donde se abisman los enamorados.
 
La marea con manos líquidas abre la extensión desierta que puebla la mirada del contemplativo.
 
La marea levanta estas palabras, las mece por un instante y después, con un manotazo, las borra.
Octavio Paz - Ejercicio de tiro

martes, 15 de octubre de 2013

Mentiras para obtener sexo

Mentimos, mentimos continuamente. A veces de una forma tan natural que resulta casi un acto inconsciente. De hecho, un estudió llegó a la conclusión de que se dicen hasta tres mentiras por cada diez minutos de conversación. ¿Y por qué mentimos? Para lograr lo que queremos. Y si hay algo que siempre queremos es sexo.
 
Oímos aquello de que el dinero y el sexo son los dos motores que mueven el mundo. Puede que sea cierto. No todas nuestras mentiras pueden reportar beneficios en nuestra cuenta bancaria (a las de algunos políticos, sí), pero hay otras  que sí que pueden ayudarnos a conseguir una buena sesión de eso que tanto nos gusta. Aunque, como contaba recientemente Rosetta Forner, muchas veces "nos la dan con queso".
 
Pensémoslo un poco: ¿qué son el maquillaje, un sujetador de aumento, una faja de reducción y unos tacones sino una mentira? Mentimos para gustar, para atraer. Y si no me creéis, solo basta con que te sientes en algún restaurante y observes a una pareja en su primera cita. Fingimos ser una versión mejor de nosotros mismos: más simpáticos, pacientes, atentos, comprensivos, divertidos, etcétera. Hacemos lo posible por ofrecer al de enfrente aquello que desea, con el objetivo de conseguir una segunda cita, o al menos conseguir que esa noche haya un buen postre.
 
Quizás ahí esté parte del debate, ¿mentimos con el mismo objetivo hombres y mujeres? Si buscamos en internet la frase "mentiras para conseguir sexo", lo que aparece es una multitud de artículos, publicaciones e incluso vídeos donde se cuentan algunas de las mentiras que un hombre puede usar para llevar a su objeto de deseo a la cama. Parece que, si bien algunas de nosotras usamos más la  mentira en lo físico para seducir, otros cuantos no dudan en usar su labia, para mentir como bellacos y engatusar a su objetivo.
 
Hay algunas mentiras casi tan inocentes como "solo la puntita" y otras más imaginativas, como "dormimos en la misma habitación pero, tranquila, que yo duermo en la otra cama" (algunas nos las creemos porque queremos). De ahí, por supuesto, a grandes clásicos que pasan por "es que mi novia no me comprende" a "te lo prometo, la he dejado", o incluso el "nunca me había enamorado hasta que te conocí a ti" (ojo, no quiere decir que, a veces, sea cierto; tampoco nos pongamos tan desconfiados/as).
 
Después están los verdaderos maestros del embuste. Me viene a la cabeza, por supuesto, el personaje de Barney Stinson en la serie How I met your mother, y su llamado "Playbook", el libro en el que guarda, como oro en paño, todos los trucos y mentiras que utiliza para acabar bien acompañado entre las sábanas. Y resulta que, al menos en la serie, le funcionan bastante bien.
El mundo de la ficción ha hablado muchas veces de la relación entre las mentiras y el sexo. Dándole una vuelta de rosca al asunto, y mirándolo desde otra perspectiva, también podemos pensar en qué pasa si el sexo es en sí la propia mentira. Es decir, seducir para engañar a alguien.
 
Volviendo a algunos topicazos sexistas, que si existen es por algo, recuerdo ahora la película Las seductoras, en la que las más que atractivas Sigourney Weaver y Jennifer Love Hewitt, madre e hija en la ficción, utilizan el sexo para engañar a más de un incauto. Parece que nos empeñamos en hacer del sexo algo mucho más complejo y retorcido de lo que es.
El sexo es poder. No podemos negarlo. El sexo consigue hacernos vulnerables (a todos), y por eso no podemos usarlo alegremente como arma, porque al final ese es el problema, que alguien puede salir herido.
 
Puede que nuestra sociedad no sea ni tan libre ni tan liberada como quisiéramos, pero sí que es mucho más heterogénea de lo que pensamos. Ni todas las mujeres ni todos los hombres son iguales, ni responden a los mismos arquetipos sociales. Dejemos de engañarnos, y escudarnos en el que "es que las mujeres dan sexo para recibir amor, y los hombres dan amor para tener sexo".  Hay mujeres que buscan solo sexo, solo un buen rato, y hay hombres que buscan amor, compartir su vida con alguien.
 
Quizás si aprendiéramos a ser un poco más sinceros con lo que realmente queremos, con los demás, y, para empezar, con nosotros mismos (quizás esa sea la clave), podríamos conseguir mucho más de lo que obtenemos que si vamos engañando. Mientras tanto, nos queda dejar de enfadarnos mucho por aquellas mentiras piadosas, y pensar que, un mundo sin mentiras tampoco sería perfecto.