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viernes, 31 de mayo de 2013

Hijos del miedo


Cuatro mujeres muertas en tres días. 22 víctimas mortales de la violencia machista en lo que va de año. 24 huérfanos de madre. Algunos, testigos del asesinato. La violencia pegada en sus ojos y en su piel. Durante su corta vida han sufrido un infierno sin refugio ni descanso. ¿Con cuántos de ellos nos cruzamos cada día por la calle? ¿Quiénes de ese grupo de niños que juega en el patio de colegio son hijos del miedo? El niño que se tapa los ojos para no ver cómo su padre suelta la primera bofetada a su madre. El que corre a la habitación para no oír los gritos y los insultos. El que cada día come, vive y duerme en un hogar de terror. Terror es no saber cuándo llegará la próxima paliza. Terror es ignorar si tu madre sobrevivirá a ella. Terror es que tu madre muera asesinada y no poder llorar en brazos de tu padre. Porque papá mató a mamá. ¿Cuántas capas de dolor e incomprensión recubren el corazón de esos niños? Desde la inocencia mancillada de la infancia, quizá recuerden que «mamá era una inútil» o que el dolor se lleva en silencio. Al niño le enseñaron que, cuando las cosas van mal, se inflige dolor a los que supuestamente amas. La niña aprendió a someterse a la voluntad de los hombre hasta convertirse en nada. Proteger a estos niños va más allá de decidir quién se encargará de su custodia. Hay que liberarles de su herencia de dolor. Solo así salvaguardaremos su futuro. Y el de los hijos que algún día tengan.

Emma Riverola para elperiodico.com

jueves, 30 de mayo de 2013

Tragedia escrita

Cuatro puñaladas. Cuatro cuchilladas que el agresor nunca debió asestar a la víctima. Porque en esta tragedia ni uno ni otro debieron tener nunca un papel. Hubo un día, años atrás, en que un empleado de Bankia vendió a un hombre unas participaciones preferentes. Quizá sabía que estaba engañando a su cliente o, tal vez, solo obedecía órdenes y no era consciente de estar redactando el primer acto de la tragedia. Llegaron los días de incertidumbre y todo empezó a emborronarse. Lo que parecía sólido, se tambaleaba. Las ostentosas fachadas de los bancos se resquebrajaban. Y las grietas de sus cuentas falseadas se convirtieron en heridas del alma para sus clientes. Fue así como ese hombre que un día había contratado preferentes descubrió que había sido víctima de una estafa. Y que sus ahorros se habían desvanecido en el perverso juego de unos banqueros sin escrúpulos.
 
Entonces llegaron las páginas oscuras de este drama. Baja por depresión es el dictamen de los médicos. Traición es lo que él siente. Porque esos bancos rescatados con su dinero, esos banqueros prejubilados con indemnizaciones obscenas y esos políticos que los amparan son los creadores de esta catástrofe. Ahora acaba de redactar un episodio de locura. El triste acto en el que la víctima se erige en culpable y hunde el puñal de la sinrazón en el hombre que le animó a firmar su sentencia. ¿Cuántos capítulos quedan por sufrir hasta el final de esta tragedia?

miércoles, 29 de mayo de 2013

Carta de un hijo a sus padres separados

No traten de disipar mi dolor con grandes regalos y diversiones. Me duele el corazón y éste no sana con risas sino con caricias. Todo lo que necesito es la garantía de que, aunque estén separados, ninguno de los dos me abandonará. 
Díganme con palabras y actitudes que puedo seguir amándolos a los dos y ayúdenme a mantener una relación estrecha con ambos. Después de todo, fueron ustedes quienes se escogieron mutuamente como mis padres.
 
No me pongan de testigo, de árbitro ni de mensajero en sus peleas y conflictos. Me siento utilizado y responsabilizado por arreglar un problema que no es mío. Tengan en cuenta que todo lo que hagan para perjudicarse mutuamente, quiéranlo o no, en primer lugar me lastimará personalmente a mí.
 
No se critiquen ni se menosprecien delante de mí, así todo lo que digan sea la verdad. Entiendan que por malos que hayan sido como esposos, son mis padres y por lo tanto yo necesito verlos a ambos como lo máximo.
 
No peleen a ver cuál se queda conmigo, porque no soy de ninguno, pero los necesito a los dos. Recuerden que estar conmigo es un derecho, no un privilegio que tienen ambos y que tengo yo.
 
No me pongan en situaciones en que tenga que escoger con quién irme, ni de que lado estoy. Para mi es una tortura porque siento que si elijo a uno le estoy faltando al otro, y yo los quiero y los necesito a los dos.
 
Díganme que no tengo la culpa de su separación, que ha sido su decisión y que yo nada tengo que ver. Aunque para ustedes esto sea obvio, yo me culpo porque necesito conservar su imagen intacta, y por lo tanto, el único que puede haber fallado debo ser yo.
 
Entiendan que cuando llego furioso después de estar con mi padre/madre, no es porque él/ella me envenene sino que estoy triste y tengo rabia con ambos porque ya no puedo vivir permanentemente con los dos.
 
Nunca me incumplan una cita o una visita que hayan prometido. No tienen idea de la ilusión con la que espero su llegada, ni el dolor tan grande que me causa ver nuevamente que han fallado.
 
Denme permiso de querer a la nueva pareja de mi padre/madre. Aunque en el fondo del alma me duele aceptarla, yo quiero ganármela para no perder al padre/madre que pienso que me dejó por ella.
 
No me pidan que sirva de espía ni que les cuente cómo vive o qué hago con mi otro padre. Me siento desleal para con él, y no quiero ser un soplón.
 
No me utilicen como instrumento de su venganza, contándome todo lo “malo” que fue mi padre/madre. Lo único que con seguridad lograrán es que me llene de resentimiento contra quien trata de deteriorarme una imagen que necesito mantener muy en alto.
 
Asegúrense que comprendo que aunque su relación matrimonial haya terminado, nuestra relación es diferente y siempre seguirá vigente. Recuerden que aunque la separación pueda constituir para ustedes una oportunidad para terminar con un matrimonio desdichado o para establecer una nueva relación, para mí constituye la pérdida de la única oportunidad que tengo para criarme al lado de las personas que más amo y necesito: mi papá y mi mamá.
 
Recuerden que lo mejor que pueden hacer por mí ahora que ya no se aman es respetarse mutuamente.

martes, 28 de mayo de 2013

Juzgar y condenar

 
Una pareja de jóvenes llevaban varios años casados y nunca pudieron tener hijos. Para no sentirse solos, compraron un cachorro rottweiler y lo amaron como si fuera su propio hijo. El cachorro creció hasta convertirse en un grande y hermoso perro; salvó en más de una ocasión a la pareja de ser atacada por ladrones. Siempre fue muy fiel, quería y defendía a sus dueños contra cualquier peligro.
 
Después de siete años de tener al perro, la pareja logró tener el hijo tan ansiado. La pareja estaba muy contenta con su nuevo hijo y disminuyeron las atenciones que tenían con el perro. Éste se sintió relegado y comenzó a sentir celos del bebé y ya no era el perro cariñoso y fiel que tuvieron durante siete años.
 
Un día la pareja dejó al bebé plácidamente durmiendo en la cuna y fueron a la terraza a preparar una carne asada. Cual no fue su sorpresa cuando se dirigían al cuarto del bebé y ven al perro en el pasillo con la boca ensangrentada, moviéndoles la cola. El dueño del perro pensó lo peor, sacó un arma que llevaba y en el acto mató al perro. Corre al cuarto del bebe y encuentra una gran serpiente degollada. El dueño comienza a llorar y exclamaba: ¡he matado a mi perro fiel!
 
¿Cuántas veces hemos juzgado injustamente a las personas? Y lo que es peor, las juzgamos y condenamos sin investigar a qué se debe su comportamiento, cuáles son sus pensamientos y sentimientos. Muchas veces las cosas no son como parecen... La próxima vez que nos sintamos tentados a juzgar y condenar a alguien recordemos esta historia, así aprenderemos a no levantar falsedades contra una persona hasta el punto de dañar su imagen ante los demás.

lunes, 27 de mayo de 2013

Aznar, el tóxico; ¿vuelve o devuelve?

Sea cual sea el lugar que los historiadores reserven a José María Aznar como gobernante no cabe duda alguna de su histriónico desempeño como expresidente. Ya como jefe de la oposición, y desde luego en el ejercicio del poder, Aznar fue el político que más dividió y enfrentó a los españoles. Lo siguió haciendo tras abandonar La Moncloa, escupiendo frases y adoptando modales que si no fueran patéticos resultarían ridículos. Su extemporánea aparición en un canal de televisión el martes pasado para criticar al actual Ejecutivo, cuestionar la capacidad política del presidente Rajoy y situarse a sí mismo como epítome de un inveterado caudillismo que este país no necesita, fue todo un desafío al sentido común. La teatral declaración que sugiere su eventual regreso a la política activa —“cumpliré con mi responsabilidad, mi conciencia, mi partido y mi país”— hubiera merecido rubricarse con alguna apelación a Dios y a la historia, en la estela del integrismo ideológico que le caracteriza. Aunque ya dijo Montaigne que, por muy alto que sea el trono, nadie puede sentarse más alto que su culo.
 
Aznar fue capaz de dejar el poder cuando la economía crecía, se creaba empleo y se cumplían los criterios para integrarse en la moneda única europea. Pero una parte considerable de aquel auge se debió a una burbuja inmobiliaria cuyo estallido seguimos pagando desde hace cinco años en desempleo y destrucción de riqueza. Aquella euforia no fue consecuencia de una política que transformara el modelo productivo de nuestro país, sino el objetivo de un Gobierno decidido a recoger a corto plazo los beneficios políticos de la falsa sensación de riqueza que la burbuja que él mismo hinchaba produjo.
 
En política exterior su viraje atlantista sin matices, debilitando nuestras sólidas alianzas con Europa y América Latina, le permitió poner los pies sobre la mesa de George W. Bush, que le llamaba cariñosamente Ansar. A cambio, eso sí, de embarcar a nuestro país en la siniestra aventura bélica de Irak. Para justificar sus actos no le importó propagar la mentira de las armas de destrucción masiva, lo mismo que falseó más tarde la autoría de la matanza del 11-M, la peor tragedia provocada por el terrorismo en España, sin otro objetivo que buscar un rédito electoral, imposible de sustanciar una vez que se demostró su desprecio por la verdad.
 
Currículo tan oscuro no le impide pronunciarse como si fuera el propietario de una derecha cuyas peores características creíamos desaparecidas. Resulta inútil especular sobre los motivos últimos que le llevaron a la actuación del martes, impulsada a ojos vista por la insidia y el rencor. Pero sus apelaciones a la clase media y a la necesidad de bajar impuestos no podrán ocultar los verdaderos motivos de su irritada preocupación: la evidencia de que su mandato coincidió con la instalación de la mayor red de corrupción política de nuestro pasado reciente, articulada en torno a dirigentes del PP. Hablamos de la trama Gürtel, cuyo capo se hizo cargo de una sustancial parte de los gastos de la boda de su hija en 2002, según se acaba de conocer. Ha argumentado que se trataba del regalo de un amigo. Cada cual elige los suyos, pero este se trata de un episodio cuando menos indecente.

Al parecer Aznar no se siente defendido por los actuales líderes del PP y, como ya es habitual en él, en vez de pedir perdón por sus errores amenaza a quienes los desvelan. Así lo demuestran sus ataques a la empresa editora de este periódico, que ha publicado informaciones que le sitúan en el origen del sistema irregular de caja que durante años operaron los extesoreros del partido Álvaro Lapuerta y Luis Bárcenas.
 
Aznar tiene una idea profundamente extraviada de lo que supone la dignidad requerida a quien ejerció la jefatura del Gobierno. Retirado, según él, de la política, atacó con saña a Zapatero fuera y dentro de España, y ahora arrecia contra los suyos y especialmente contra Rajoy, en momentos en que su partido, del que aún es presidente de honor, y el Gobierno que sustenta más hubieran precisado de su solidaridad o, cuando menos, de su silencio. Todo un récord de deslealtades que obliga a medir bien las amenazas de una oferta tan tóxica como la que representa.
 
Editorial de El País
 
ooOoo

Sabemos por Groucho Marx que se puede salir de la nada y llegar, a base de trabajar y trabajar, a la más profunda de las miserias. Pero no tenemos ni idea de cómo se da el salto de referente a desreferente. A lo mejor no se da una vez, sino a plazos, como en las carreras de obstáculos. Empieza uno disfrazándose de Cid Campeador y acaba con los pies encima de la mesa, imitando a Bush en una escena digna de Zelig, la película de Woody Allen en la que el protagonista, un tipo inseguro, se transforma literalmente en la persona que tiene al lado para pasar inadvertido. Lo que parecía sin embargo una solución a su complejo de inferioridad, multiplica el problema, ya que, en vez de confundirse con el paisaje, acaba destacando en él más que una gota de semen en una sotana.
 
Significa que cuando Aznar se disfraza de Cid Campeador en medio de Castilla, dejas de ver Castilla, por mucho lugar que ocupe en la foto o en la historia, pues todas tus energías mentales se desvían hacia el camaleón. No puedes dejar de observar a ese Cid de mirada mezquina, que parece sacado de una tienda de chinos, como no puedes dejar de mirar, en un terrario, al saurópsido escamoso que cambia su color natural, si lo tiene, por el del ambiente en el que se encuentra.

¿Creen ustedes que alguien obligó a Aznar a colocarse el yelmo de Rodrigo Díaz, que le cae como a un Cristo dos pistolas? ¿Creen que recibió órdenes de poner los pies sobre la mesa con ese gesto de borrachín que en un exalcohólico yanqui, con las neuronas destrozadas, podría pasar como idiosincrásico, signifique lo que signifique idiosincrásico, pero que produce lástima en un dirigente de la vieja Europa? ¿Creen que alguien le puso una pistola en el pecho para aparecer en la fotografía de las Azores con ese rizo de superhéroe, cuando lo que se estaba fraguando era un asunto de villanos, una historia de criminales natos que ha provocado más de cien mil muertos entre la población civil de Irak?
¿Creen que alguien sugirió al expresidente que hiciera la peineta en la universidad de Oviedo para adaptarse al supuesto desenfado de una atmósfera estudiantil? ¿Creen que montó sin darse cuenta, por mero amor paterno-filial, esa boda esperpéntica, llena de gánsteres, sobre la que dentro de un siglo se continuarán escribiendo sainetes? ¿Creen que un asesor de imagen le aconsejó la utilización del acento tejano en aquella histórica rueda de prensa posterior a su reunión con Bush?

En absoluto, todo lo hizo voluntariamente, estimulado por un ardor colérico, para tapar ese agujero lleno de ruido y furia de su psique, el agujero donde en otros se halla la identidad. Si no soy capaz de ser Aznar, se dijo, seré el Cid Campeador, seré George W. Bush, incluso seré Berlusconi (lleva un tiempo intentándolo), cualquier cosa antes que soportar este vacío que ni el bigote primero, ni los abdominales después o los pectorales más tarde han logrado ocultar a los otros y a mí mismo. Un problema esto de no gustarse, se lo digo a ustedes por experiencia propia. Yo mismo daría cualquier cosa por ser otro, aunque no encuentro el interruptor del cambio. Quiere decirse que soy la primera desreferencia de mi vida al modo en que otros son alérgicos a la propia caca. Y perdón por esta incursión subjetiva, de orden personal, en un texto de carácter científico.

Referentes y desreferentes, decíamos. Desde lo de Aznar en Antena 3, donde, transformado miméticamente en su perro, cogió a Rajoy por el cuello y no lo soltó ya el resto la noche, muchos militantes del PP, no sabiendo qué opinar, por si Aznar vuelve, o qué desopinar, por si devuelve, se limitan a afirmar que el expresidente es una referencia.

— José María Aznar es una referencia en el partido.

La frase compromete poco. Se puede decir de cualquiera que haya salido tres o cuatro veces en la tele. Se puede decir de Bárcenas, de Blesa (que intenta ser el Zelig de Aznar, aunque no le llega), se puede decir hasta de Urdangarin, que hacía con su señora muchos chistes sobre el expresidente.

— Urdangarin es un referente.
— Referente de qué.
— Ahí es donde usted me ha pillado, solo pretendía ser amable.

Quiere decirse que cuando se afirma de alguien que es una referencia conviene añadir un complemento, de otro modo podría interpretarse como que en realidad se ha querido expresar lo contrario. En efecto, Urdangarin, de ser una referencia, sería de carácter negativo, en otras palabras, una desreferencia. Si lo único que son capaces de predicar de Aznar en el PP es que es una referencia, así, a secas, mal asunto. Significaría que, a lo largo de la carrera de obstáculos que ha constituido su vida, reflejada en un álbum de fotos que da vergüenza ver, ha devenido de referente en desreferente. Por no decir que, habiendo salido de la nada, ha llegado, a base de trabajar y trabajar, a la más profunda de las miserias.
 
Juan José Millás para El País

domingo, 26 de mayo de 2013

Ideas fracasadas

"No existen malas ideas, sólo aplicaciones equivocadas", éste es el principio que sustenta el Ideómetro, una iniciativa impulsada por Universia para configurar un gran almacén de ideas y buscar a las mismas su aplicación más adecuada. El potencial vivero de talento que está convocado para alimentar el Ideómetro es difícilmente comparable. Universia, la red de conocimiento en español patrocinada por Banco Santander, aglutina a profesores y alumnos universitario de 1.242 centros universitarios repartidos por 23 países de Iberoamérica. "Se trata de una iniciativa que parte de la hipótesis de que no hay ideas inservibles, sino desaprovechadas", señalan desde Universia. El objetivo, por tanto, es aglutinar la mayor cantidad posible de ideas y a partir de ahí contribuir a transformarlas en grandes invenciones, como ha ocurrido en más de una ocasión a lo largo de la historia.
Éstos son algunos ejemplos:
- El post-it, un pegamento inútil.
 
Spencer Silver era un químico estadounidense en plena investigación a la búsqueda de un potente pegamento. Sin embargo, sus experimentos sólo dieron como resultado un producto adhesivo muy fácil de despegar al que no vio ninguna utilidad.
Un compañero suyo decidió utilizarlo para separar las páginas de un cantoral de iglesia y entendió su potencial para realizar anotaciones. El producto no sólo encontró un recorrido comercial sino que revolucionó el mundo de la comunicación interna en las empresas y se convirtió en uno de los productos más emblemáticos de 3M. Años después no había una sola oficina en el mundo en cuyas paredes o mamparas no hubiera adherida alguna de las populares notas amarillas.
 
- Un súper pegamento sin uso en tiempos de paz.
 
Nacido como material para armamento militar, su viscosidad y capacidad para pegar todo sin posibilidad de reversión inhibió su posible explotación comercial... Hasta que, ¡eureka!, a alguien se le ocurrió que podría tener una utilidad muy interesante para fusionar piezas de forma permanente, algo muy útil para el alargamiento de la vida útil de numerosas herramientas y mecanismos.
 
- Una pastilla azul contra la hipertensión.
 
Todo un esforzado trabajo farmacológico estuvo a punto de irse al traste por su escasa relevancia para inhibir los problemas cardiacos que pretendía evitar, hipertensiones y anginas de pecho. Los ensayos con la dichosa pastillita azul resultaron ser poco útiles para esos objetivos pero extraordinariamente satisfactorios, sin embargo, para otra clase de disfunciones. Así nació la Viagra.
 
- Una oportuna chocolatina en el bolsillo.
 
Andaba el científico Percy Spencer afanado en la investigación de los posibles usos del magnetrón, un ingenio ideado en los años 30 para transformar impulsos eléctricos en energía electromagnética, principalmente para su uso como radar, cuando algo extraño llamó su atención.
Spencer, que llevaba una chocolatina en el bolsillo, para aligerar el apetito de las largas horas de experimentación, se percató de repente de que ésta se había derretido en su bolsillo. Poco tardó en atacar cabos y vislumbrar el enorme potencial de las ondas electromagnéticas para un uso muy cotidiano: cocinar. Había nacido el popular microondas.
Por Bruno Pérez en lainformacion.com

sábado, 25 de mayo de 2013

¿Cómo nos vemos?

El pasado 15 de abril, la marca de productos de belleza Dove lanzó un vídeo de 3 minutos titulado 'Eres más guapa de lo que crees' (pulsa el enlace para verlo). La campaña ha sido vista por millones de personas y tuvo una gran repercusión entre los internautas.
En el vídeo se pide a las mujeres que describan sus rostros a un artista forense que las dibuja. Después, un extraño debe hacer lo mismo tras haber pasado unos minutos con ellas. Finalmente, el dibujante muestra los dos dibujos, uno basado en su propia descripción y el otro basado en la descripción del desconocido. Para su asombro y agrado, las mujeres se dan cuenta de que los dibujos basados en las descripciones de extraños las presentan mucho más bellas de lo que ellas mismas se describen. El video concluye con la frase: "eres más guapa de lo que crees".
 
La idea es muy atractiva y causó el efecto deseado. Sin embargo, una serie de estudios realizados por la Universidad de Chicago y la Universidad de Virginia evidencian todo lo contrario. Es decir, tendemos a pensar en nuestra apariencia de forma bastante más halagadora de lo que evidencia la realidad: nos vemos más guapos y guapas de lo que realmente somos. Y no solo físicamente, sino en todos los sentidos. Los seres humanos tendemos a pintar las cosas de color de rosa, sobre todo cuando se trata de nosotros mismos.
 
La evidencia más directa de que Dove ha elaborado un vídeo 'incorrecto' en el sentido científico proviene de las investigaciones de Nicholas Epley y Erin Whitchurch, de la Universidad de Chicago y de Virginia respectivamente.
 
Los investigadores tomaron fotografías de los participantes del estudio y, utilizando un programa informático, reprodujeron dos versiones de sus rostros, una más atractiva y otra menos atractiva. Posteriormente se les mostraron las fotos y se les pidió que seleccionaran la imagen con la que se sintieran más identificados. Los participantes eligieron las fotos en las que resultaban más atractivos.
 
La percepción exagerada que tenemos de nuestra apariencia física es una manifestación que los psicólogos llaman 'automejora'. Los investigadores han demostrado que las personas piensan que están por encima del promedio, algo que no puede ser cierto en todos los casos porque es estadísticamente imposible.
 
Por ejemplo, el 93% de los entrevistados en el estudio se cree mejor conductor que la media general y un 94% de los profesores de la universidad aseguran que realizan su trabajo mucho mejor que la media de sus compañeros.
 
Los seres humanos somos irrealmente optimistas en cuanto a nuestra persona. La pregunta que plantea es: ¿por qué nos vemos mejores de lo que realmente somos? Puede que algunos traten de engañar a los demás sobre su propia imagen, pero la farsa tiene dos desventajas clave como demuestra el estudio.
 
En primer lugar, no es práctico a nivel cognitivo, en la medida en que nos hace convivir con dos versiones contradictorias de la realidad en la cabeza, y eso resta capacidad para llevar a cabo otros procesos mentales. En segundo lugar, los humanos no somos tan fáciles de engañar y lo normal es que la respuesta ante alguien que nos ha engañado sea negativa.
 
Lo mejor es tratar de promover una visión positiva de uno mismo trabajando para mejorarla y nunca recurrir al engaño.
 
Por Ibón S. Rosales para lainformacion.com
http://noticias.lainformacion.com/estilo-de-vida-y-tiempo-libre/belleza/te-acuerdas-del-video-de-dove-pues-no-es-cierto-que-seas-mas-guapa-de-lo-que-pensabas_IpLg12kkXuRyv4cD02qcJ3/

viernes, 24 de mayo de 2013

Poema de Pablo Neruda

ME gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.

Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.

Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.

Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.

Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.

Pablo Neruda

jueves, 23 de mayo de 2013

¡Stop a la homofobia!

Historia real ocurrida el domingo pasado:
 
Llevo desde ayer pensando si contaros esto y hacerlo público. Tengo desde entonces un nudo en el estómago, y creo que si lo suelto voy a empezar a encontrarme mejor, porque lo de ayer me dejó hecho polvo. Jamás pensé que me tocaría vivir en primera persona una situación como la que ayer viví.
 
Domingo 19 de mayo, 15.00h, lugar VIPS Plaza de los Cubos (Madrid). Restaurante lleno, propio de un domingo de lluvia en el centro de la capital.
Decido quedar allí con un amigo. Entro, pido una mesa y nos sentamos. Resultó que esa mesa situada en una esquina del restaurante, me llevaría a vivir una situación de completo drama, al menos para mí. Así lo viví yo.
Mientras esperábamos la comida, mi amigo, sentado en frente de mí, decidió lanzarse y darme un abrazo y un beso. El beso se paró en seco. El “señor” de la mesa de al lado, un padre de familia que comía con sus hijos y su mujer, se levantó y dio un golpe seco y fuerte en mi mesa. No entendía qué pasaba, ni yo, ni nadie. Todos miraban mientras esa “persona” gritaba mientras nos insultaba. “FUERA DE AQUÍ, TENÉIS QUE IROS”, “ME ESTÁIS MOLESTANDO, ESTÁIS MOLESTANDO A MIS HIJOS”, “FUERA!”… Apareció el encargado, y algunos camareros del restaurante que intentaban calmar a este “individuo”. “ESTOS DOS SE ESTÁN BESANDO, Y ME ESTÁN MOLESTADO”, y así un no parar.
 
Yo no entendía nada, ni supe reaccionar. Con lo que yo soy, me quedé sin mediar palabra. Era la primera vez en mi vida que vivía una situación de HOMOFOBIA. Y la primera que vivía en primera persona.
Vergüenza. Como 40 mesas y un promedio de 150 personas pusieron los ojos en mí, y en mi amigo, que no habla español y que no comprendía que pasaba. Pese al momento de confusión, pude explicarle qué pasaba. Él me decía que nos fuéramos de allí y que nos quitásemos de problemas. Yo no quería irme. ¿Irme por qué? ¿Por ser GAY? ¿Por recibir un beso de un amigo? En la vida.
El encargado lidiaba con esa “fiera” que insistía en que le estábamos molestando. Nos levantamos, mientras el resto de comensales nos miraba atónitos y nos decían que no nos fuéramos, que los que tenían que irse eran ellos. Este padre de familia de unos 40 años, junto a su servidora mujer y sus hijos con educación y principios de dudoso valor. Pobres tener a un padre así.
Me levanté junto a mi amigo, y decidimos irnos pero la gente no nos dejó. Se levantaron como 10 personas que nos mostraron su apoyo y sobre todo su cariño.
 
NO NOS FUIMOS. Se fue esa familia, mientras el “padre” decía que como el encargado no hacía nada entonces eran ellos los que se iban.
Vivir esto en primera persona DUELE. Mucho más que un puñetazo en toda la cara. Me sentí pequeño, distinto por primera vez en mi vida.
 
ESTA ES MI DENUNCIA. MI DENUNCIA SOCIAL. MI APOYO INCONDICIONAL A TODOS LOS QUE HAYÁIS PASADO POR ALGO PARECIDO.
 
Mi agradecimiento a todas esas personas que sin conocerme se acercaron y me cogieron del brazo para no irme. Gracias al staff VIPS PLAZA DE LOS CUBOS. Gracias a mi familia por quererme.
 
Desde este momento esta historia no es solo mía, es tuya que la estás leyendo. Si la quieres compartir, hazlo.

miércoles, 22 de mayo de 2013

No busques trabajo

No busques trabajo. Así te lo digo. No gastes ni tu tiempo ni tu dinero, de verdad que no vale la pena. Tal como está el patio, con uno de cada dos jóvenes y casi uno de cada tres adultos en edad de dejar de trabajar, lo de buscar trabajo ya es una patraña, un cachondeo, una mentira y una estúpida forma de justificar la ineptitud de nuestros políticos, la bajada de pantalones eurocomunitaria y lo poco que les importas a los que realmente mandan, que por si aún no lo habías notado, son los que hablan en alemán.

No busques trabajo. Te lo digo en serio. Si tienes más de 30 años, has sido dado por perdido. Aunque te llames Diego Martínez Santos y seas el mejor físico de partículas de Europa. Da igual. Aquí eres un pringao demasiado caro de mantener. Dónde vas pidiendo nada. Si ahí afuera tengo a 20 mucho más jóvenes que no me pedirán más que una oportunidad, eufemismo de trabajar gratis. Anda, apártate que me tapas el sol.

Y si tienes menos de 30 años, tú sí puedes fardar de algo. Por fin la generación de tu país duplica al resto de la Unión Europea en algo, aunque ese algo sea la tasa de desempleo. Eh, pero no te preocupes, que como dijo el maestro, los récords están ahí para ser batidos. Tú sigue esperando que los políticos te echen un cable, pon a prueba tu paciencia mariana y vas a ver qué bien te va.

Por eso me atrevo a darte un consejo que no me has pedido: tengas la edad que tengas, no busques trabajo. Buscar no es ni de lejos el verbo adecuado. Porque lo único que te arriesgas es a no encontrar. Y a frustrarte. Y a desesperarte. Y a creerte que es por tu culpa. Y a volverte a hundir.

No utilices el verbo buscar.

Utiliza el verbo crear. Utiliza el verbo reinventar. Utiliza el verbo fabricar. Utiliza el verbo reciclar. Son más difíciles, sí, pero lo mismo ocurre con todo lo que se hace real. Que se complica.

Da igual que te vistas de autónomo, de empresario o de empleado. Por si aún no lo has notado, ha llegado el momento de las empresas de uno. Tú eres tu director general, tu presidente, tu director de marketing y tu recepcionista. La única empresa de la que no te podrán despedir jamás. Y tu departamento de I+D (eso que tienes sobre los hombros) hace tiempo que tiene sobre la mesa el encargo más difícil de todos los tiempos desde que el hombre es hombre: diseñar tu propia vida.

Suena jodido. Porque lo es. Pero corrígeme si la alternativa te está pagando las facturas.

Trabajo no es un buen sustantivo tampoco. Porque es mentira que no exista. Trabajo hay. Lo que pasa es que ahora se reparte entre menos gente, que en muchos casos se ve obligada a hacer más de lo que humanamente puede. Lo llaman productividad. Otra patraña, tan manipulable como todos los índices. Pero en fin.

Mejor búscate entre tus habilidades. Mejor busca qué sabes hacer. Qué se te da bien. Todos tenemos alguna habilidad que nos hace especiales. Alguna singularidad. Alguna rareza. Lo difícil no es tenerla, lo difícil es encontrarla, identificarla a tiempo. Y entre esas rarezas, pregúntate cuáles podrían estar recompensadas. Si no es aquí, fuera. Si no es en tu sector, en cualquier otro. Por cierto, qué es un sector hoy en día.

No busques trabajo. Mejor busca un mercado. O dicho de otra forma, una necesidad insatisfecha en un grupo de gente dispuesta a gastar, sea en la moneda que sea. Aprende a hablar en su idioma. Y no me refiero sólo a la lengua vehicular, que también.

No busques trabajo. Mejor busca a un ingenuo, o primer cliente. Reduce sus miedos, ofrécele una prueba gratis, sin compromiso, y prométele que le devolverás el dinero si no queda satisfecho. Y por el camino, gánate su confianza, convéncele de que te necesita aunque él todavía no se haya dado cuenta. No pares hasta obtener un sí. Vendrá acompañado de algún pero, tú tranquilo que los peros siempre caducan y acaban cayéndose por el camino.

Y a continuación, déjate la piel por que quede encantado de haberte conocido. No escatimes esfuerzos, convierte su felicidad en tu obsesión. Hazle creer que eres imprescindible. En realidad nada ni nadie lo es, pero todos pagamos cada día por productos y servicios que nos han convencido de lo contrario.

Por último, no busques trabajo. Busca una vida de la que no quieras retirarte jamás. Y un día día en el que nunca dejes de aprender. Intenta no venderte y estarás mucho más cerca de que alguien te compre de vez en cuando. Ah, y olvídate de la estabilidad, eso es cosa del siglo pasado. Intenta gastar menos de lo que tienes. Y sobre todo y ante todo, jamás te hipoteques, piensa que si alquilas no estarás tirando el dinero, sino comprando tu libertad.

Hasta aquí la mejor ayuda que se me ocurre, lo más útil que te puedo decir, te llames David Belzunce, Enzo Vizcaíno, Sislena Caparrosa o Julio Mejide. Ya, ya sé que tampoco te he solucionado nada. Aunque si esperabas soluciones y que encima esas soluciones viniesen de mí, tu problema es aún mayor de lo que me pensaba.

No busques trabajo. Sólo así, quizás, algún día, el trabajo te encuentre a ti.

Risto Mejide

martes, 21 de mayo de 2013

La muerte de los chivos

Todos los dictadores sudamericanos me recuerdan a Trujillo. Y reconozco que es culpa de ese mago literario que es Vargas Llosa, a quien profeso tanta admiración como escritor como antipatía cuando se mete cual mamut en las cristalerías de la cuestión catalana. Me pasa como con Cela, que me enamoraba como creador de universos narrativos y me repugnaba cuando protagonizaba su propia novela y hacía alarde de sus instintos básicos. El Cela que hablaba, por ejemplo, de las mujeres, era vulgar, misógino y reprobable. Pero el escritor que dibujaba a Pascual Duarte era excelso, sutil y complejo. Y como quien esto explica tiene el alma dividida entre el amor por la literatura y la pasión por las ideas y los valores, hace tiempo que llegué a la conclusión de que los escritores valían por lo que valía su obra, que al final es lo que queda. El resto forma parte de la perecedera miseria humana.

Así pues, todos fueron Trujillo y, cual chivos, todos disfrutaron de su fiesta de sangre. Con la muerte de Videla desaparece el último de una larga lista de dictadores brutales que sembraron de represión, tortura y muerte la castigada piel latinoamericana. Desde el sanguinario Stroessner hasta el implacable Pinochet, pasando por el ejército de dictadores brasileños, el uruguayo Bordaberry, el propio Videla o la colección de tiranos centroamericanos, pocos fueron los países que se libraron de sus fauces. De hecho, ello es tan singular que los colombianos lo consideran un ejemplo de solidez política: "Nunca fuimos imperio y nunca tuvimos un dictador", me explicaba el alcalde de Bogotá, aunque olvidaba los años temibles del periodo conocido como La Violencia, durante el cual se cree que murieron 300.000 personas por violencia política. Y no digamos el sangrante conflicto con las FARC. Al otro lado ideológico también cabe recordar a Fidel Castro, que no por ser de izquierdas es menos represor y menos dictador. El chivo, pues, trotó por toda la piel del continente durante décadas asesinando, robando niños, torturando, haciendo desaparecer a miles de personas y, en suma, perpetrando una maldad de lesa humanidad que aún hoy gotea sangre. Y aunque los tiempos actuales no son muy esperanzadores, con algunos populismos mesiánicos cabalgando por sus tierras, el hecho de enterrar a otro de los dictadores de aquella memoria negra, da un cierto respiro a la rabia. Sobre todo porque en este caso al menos pagó con prisión sus culpas.

En memoria de todas las víctimas de estos siniestros chivos, este poema del exiliado Juan Gelman: "¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí la sed, / hasta aquí el agua? / ¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí el aire, / hasta aquí el fuego? / ¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí el amor, / hasta aquí el odio? / ¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí el hombre, / hasta aquí no? / Sólo la esperanza tiene las rodillas nítidas. / Sangran".
Pilar Rahola para La VAnguardia

lunes, 20 de mayo de 2013

Alimentos para cenar

Como han atestiguado numerosos estudios, el momento del día en que realizamos nuestras comidas es determinante a la hora de perder o ganar peso. Y la cena es la comida más delicada. Comer por la noche en abundancia está relacionado de manera inequívoca con la producción de grasa, el sobrepeso y la obesidad. Cuanto más tarde cenemos, y más cerca esté la cena del momento de irnos a la cama, peor. Lo ideal es cenar dos horas antes de irnos a dormir, para no acostarnos haciendo la digestión. Pero no sólo influye el momento del día en que cenamos, además influye notablemente el tipo de comida que tomamos.

Si estamos tratando de adelgazar, la cena es clave. Por la noche apenas consumimos energía, por lo que tardaremos más en quemar las calorías que hayamos ingerido. Pero también es el periodo del día en el que pasamos más tiempo sin llevarnos nada a la boca. Mientras dormimos, si hemos cenado poco, el cuerpo tirará de reservas.

La cena perfecta, según la mayoría de nutricionistas, debe aportar entre el 15 y el 25% de las calorías diarias, un porcentaje que solemos sobrepasar. El actual ritmo de vida nos ha impuesto unas rutinas que no son saludables: desayunamos deprisa y corriendo y la comida, que solemos realizar en el trabajo, tiene cada vez menos importancia. Cuando llegamos a casa al final de la jornada estamos hambrientos y arramplamos con la nevera.

Hay ciertos alimentos que debemos tratar de evitar a la hora de la cena, pues son especialmente calóricos o indigestos: no sólo nos harán engordar, además resultan tan pesados que no podremos conciliar el sueño en condiciones. Para elegir los alimentos de una cena perfecta no basta con usar el sentido común. Como es lógico, hay que evitar en la medida de lo posible cualquier alimento pesado, frito o grasiento, y las bebidas carbonatadas o con cafeína, pero hay otras comidas muy poco recomendables para la cena sobre las que no prestamos atención.

• Bocadillos
Muchas personas toman bocadillos para cenar pensando que es una comida ligera. Por supuesto, todo depende del contenido del bocadillo en cuestión pero, en cualquier caso, nunca es recomendable comer demasiado pan para cenar, algo que es inevitable si tiramos de este tipo de comidas. Hay gente que es especialmente sensible a la ingesta de carbohidratos, no los asimilan correctamente y, si se consumen en exceso, se acumulan en forma de triglicéridos en el tejido adiposo. 

• Ensaladas con lechuga
Aunque parezca mentira, la lechuga es un alimento bastante indigesto. Tiene un alto contenido en fibra insoluble y puede hacer que tengamos gases e hinchazón abdominal por la noche. Mucha gente toma ensaladas por la noche, y no hay razón para no hacerlo, pero es preferible apostar por ensaladas de tomate o camperas. También son recomendables las ensaladas mixtas, con algo de proteína, que ayudarán a saciarnos y no tener la tentación de picar por la noche. En cualquier caso, depende de cada persona. Hay a quien no le sienta mal este vegetal y puede seguir consumiéndolo, pero si tras tomar tu ensalada siente molestias, plantéate que la culpa es de la lechuga. Otros vegetales ricos en fibra, como el apio, también deben dejarse de lado en la cena, pues ralentizan la digestión.

• Ajo y cebolla
Estas dos hortalizas, tan habituales en nuestros guisos, pueden arruinar nuestra cena, sobre todo si se consumen crudas. Son alimentos que producen sensación de quemazón en el estómago y resultan muy indigestos en la cena. También es aconsejable evitar, por la misma razón, todo tipo de comidas picantes.

• Pasta, arroz y pizzas
Por la misma razón que es recomendable evitar los bocadillos debemos hacer lo propio con la pasta y el arroz. No es cierto que tengamos que eliminar todo tipo de hidratos de carbono de nuestras cenas, pero es preferible primar los hidratos complejos de los vegetales y verduras sobre los procedentes de la pasta y el arroz. El gran problema de tomar arroz o pasta para cenar es que, además, solemos consumir grandes cantidades, ingiriendo muchas más calorías de las recomendadas. Si se toman en raciones pequeñas no constituyen ningún problema, pues son alimentos muy fácilmente digeribles, pero es difícil no excederse.

• Setas
Las setas son un alimento muy completo pero que debe consumirse en pequeñas cantidades, sobre todo si las tomamos por la noche. Por definición las setas son indigestas, pues contienen macromoléculas costosas de procesar para el estómago humano. No ocurre nada por añadir unas láminas de champiñón a nuestra ensalada, o hacer un pequeño revuelto de níscalos, pero en ningún caso debemos darnos un festín de setas silvestres por la noche: lo más probable es que no paremos de dar vueltas en la cama.
 
Si bien debemos cenar poco, eligiendo alimentos que no resulten pesados, no debemos reducir la cena a la mínima expresión. Una cena liviana no tiene por qué ser escasa. Lo mejor es que la cena sea ligera, pero suficiente en cantidad. Si cenamos demasiado poco nos puede volver a entrar hambre al poco de haber cenado o, lo que es peor, podemos despertarnos en mitad de la noche para ir a la nevera.

Leído en El Confidencial

domingo, 19 de mayo de 2013

Tipos de borracheras


PEDO FOLKLÓRICO

Al individuo que se agarra estas castañas le da por creerse Pavarotti y cantarle a sus mortificados colegas el himno de su equipo de fútbol o algún cántico popular del estilo de Clavelitos. Es peligrosísimo, y aunque el poseedor de este pedo se levante al día siguiente sin resaca probablemente sus colegas si que tendrán una buena jaqueca.

LAPA

El que se agarra estos pedos suele acoplarse al lado de un sufrido colega y empezar a contarle chistes y sucedidos sin ninguna gracia que el otro ríe para ver si le deja en paz. No es peligroso pero eso sí, no ligas ni de coña. Una posible salida es marcharte al baño a ver si se acopla con otro colega que ande un poco despistado.

TYSON

Al que se pilla estos pedos le da por creerse Myke Tyson y por cabrearse con un maromo de 2 metros porque le está mirando por encima del hombro no puede evitarlo). Alcanza su grado álgido cuando dice: "¡Le mato! ¡Sujetadme que le mato!" y los colegas le tienen que detener para evitar que le den una paliza de muerte. Sólo es peligroso si no se le consigue detener a tiempo.

ALEGRE

El que se lo agarra se vuelve un tío simpatiquísimo que baila todo el rato y se ríe de las gracias de los demás. Es el mejor de los pedos, pero solo suele durar un rato, después pasa generalmente a ser Exhibicionista o Estomacal.

ESTOMACAL

El susodicho elemento, después de meterse todo el alcoholazo al cuerpo, salta con alguna frase como: "Tengo el estomago delicado" o "Me han sentado mal las bravas" y segundos más tarde se apoya en un coche a echar hasta la primera papilla. Un consejo es apartarse al oír frases de ese estilo.

ZOMBIE

Se denomina así al personaje que se agarra tal castaña que empieza por no vocalizar, después va perdiendo el equilibrio hasta no mantenerse en pie, luego le entran sudores y tiritona, más tarde su cara se vuelve completamente pálida y por último, cuando los colegas dejan de pasearlo por la calle y deciden dejarlo durmiendo en un coche, te echa una vomitona asquerosa en la alfombrilla con la excusa de que "La ventana no se abría y..."

MARMOTA

Es un tipo de pedo considerado, es decir, puestos a agarrárnosla por lo menos no damos el coñazo a los amigos. El alcohólico que se ve en situación funesta decide abandonar a sus colegas sin decir nada a nadie y se va a vomitar a alguna esquina. Alcanza su punto álgido cuando se apoya un momento para descansar y se queda dormido allí mismo hasta que algún alma caritativa lo despierta diciendo: "Hala chaval, aparta de aquí que tengo que entrar al portal"

RISUEÑO

Dependiendo de según cómo, es un pedo divertido o molesto. Esto es, al chuzo de turno le da por reírse de alguno de sus colegas, ya sea por un motivo físico o psicológico, desternillándose de risa y contándoles a los demás la gracia mientras el otro lo mira con cara de odio. Los demás suelen animarse y mortificar toda la noche al pobre chaval que no había hecho nada.

¿YA PEDO?

Más que una clase de pedo es una forma de vida. El borrachín se toma dos copas y ya lleva una castaña de no te menees. Pero curiosamente sigue y sigue bebiendo y no se pone peor, se mantiene en el mismo estado etílico constante. Es un pedo curioso, lo malo es si tienes que hablar de algo seriamente con el individuo, porque o lo haces antes o no hay manera.

EXHIBICIONISTA

El borrachuzo que se agarra estas moñas se dedica cuando está en su apogeo etílico a enseñarle a todo el mundo las partes blandas riéndose y meneándola al viento. Dependiendo del tamaño es un pedo divertido o no. Puede ser desagradable si estas mojándote la cara tranquilamente en el baño y por detrás el alcohólico de turno se la saca y te empieza a mear mientras se ríe.

RALLADO

Es un pedo espeso, así como el lapa te intentaba hacer reír columpiándose en los chistes, el rallado te repite una y otra vez la misma historia que ni te va ni te viene durante toda la noche. Y venga... y otra... y según va pasando la noche a la misma historia le van saliendo ramificaciones distintas hasta que el pobre hombre al que le ha tocado aguantarle termina por pedirse aspirinas en los bares.

INMORTAL

Es el clásico pedo de "soy Dios". El inmortal es por definición, el último que llega a casa, el que va más chuzo, el que se lo está pasando mejor y agobia a los colegas diciéndoles: "Hoy hasta que amanezca ¿eh?" Mientras los otros le miran pensando "Pero si el bar está vacío... pero si no hay pibas... pero si no nos queda dinero..." y le siguen la corriente diciendo "Sí, sí..."

GÓTICO

Es el pedo de los que se aplatanan. A cierta hora de la noche hay ciertos individuos que pasan de ser personas a formar parte del decorado del bar en el que se encuentran. Se apoyan y se funden con el ambiente, de modo que pasas a tu lado y ni te ven, ni te oyen. Hay que tener cuidado de no pisarlos, probablemente ni lo noten, pero también son personas.

COLGADO

Es el personaje que se ha pillado el pedo y con el atasco del pasillo sus colegas se han desecho de él huyendo a otro bar. Se les suele reconocer porque miran con el cuello estirado intentando encontrar a alguien... en ciertos grupos esta práctica suele ser habitual, causando gran regocijo para los demás miembros del grupo ver al colgado buscarles como loco mientras observan prudentemente escondidos.

DESCOLGADO DEL PELOTÓN

Es el pedo del que llega ese día tarde, por cualquier motivo y se pasa toda la noche intentando alcanzar a los demás en su grado alcohólico. Es peligroso porque no se suele llegar al mismo nivel: O acaba peor que todos o se pasa la noche pensando "Cago'n la puta y que siempre me pierda lo mejor. No vuelvo a llegar tarde."

PEDO INQUIETO

Es un pedo agobiante, el individuo que se lo agarra no esta a gusto en ningún puñetero bar. Se pasa la noche dando la murga a los colegas para que cambien de sitio. Suele estar muy mal visto, y la mejor determinación que se puede tomar con estos borrachuzos es hacerles pasar inmediatamente al pedo colgado.

PEDO ILUSO

Sucede cuando hay un infeliz en el grupo que ha decidido que no vuelve a beber, y se pasa la noche mordiéndose las uñas, fumando como un carretero y mirando a las pibas que pasan con los ojos rojos y desorbitados No suele durar mucho, normalmente a la primera hora de marcha el iluso se agarra a una botella como todo hijo de vecino.