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martes, 30 de septiembre de 2014

Daniel (a) es Daniela

Había una vez una niña a quien nadie quería ver. Todos la veían como el niño que era biológicamente. Su familia estaba reunida. El padre, Javier, un respetado médico, uno de los mejores de su especialidad en el país, decidió explicar sobre la fecundación: «Esto es muy sencillo, todos somos chicas al principio, quiere decir que somos XX y cuando se cae el palito de la segunda X, quiere decir que somos chicos, y nos quedamos XY».
 
«Un grito de desesperación nos dejó a todos callados», explica la madre, África. «¡Papá, eso es lo que me ha pasado a mí! ¡Se me ha caído el palito, pero el mío no se tenía que caer! ¡Ahora qué hago!». Esta era la explicación sencilla y angustiada de la niña en cuerpo de niño. Pero «el argumento de Dani fue arrinconado». Lo relata África Pastor Espuch en primera persona del plural. Le da voz a Daniela, su hija transexual de ocho años. Ella, una mujer de piel bronceada, proveniente de una familia conservadora, dedicada a la moda, ha decidido contar su experiencia. Sus frustraciones.
 
Sus miedos. Cómo venció a la palabra más fuerte a la que se enfrentó. La palabra innombrable: transexual. Repita conmigo. Niña transexual. Niño transexual. Existen. Son más de un centenar, un centenar largo en España. «Nuestro hijo nació como niño, se le identificó por sus genitales. Desde que tenía dos años se identificó como una niña... el tiempo, los médicos y su valentía le han dado la razón. Recorrimos todo tipo de especialistas, pediatras, psicólogos, endocrinos, sociólogos, cirujanos. Todos y cada uno de ellos nos confirmaron lo que Daniela venía diciendo desde los dos años: es una niña». Hasta llegar a esta conclusión hubo mucho sufrimiento. Y tantas dudas.
 
«Recuerdo cuando Dani nos pidió unas alas. Tendría tres años, no hubo alas, pero le dio igual porque utilizaba sus brazos. Gritaba: "¡Soy un hada!". Yo le decía a su padre que seguramente lo hacía por llamar la atención. A lo que él me respondía: "Pues joder con el niño, qué cabrón". Dani siguió buscando hadas en el campo». A sus espaldas, muchos decían que era temporal. Que podrían dejarle «hecho un hombre». En ese tiempo Daniela aún no era Daniela. Aún faltaban muchos prejuicios que romper.
 
Autorretrato de Daniela
-¿Cuándo fue el momento clave, África? ¿Cuándo supo que tenía una hija más?
 
-Hay que entenderlo como un largo proceso. Pero hay un momento que recuerdo especialmente. Estaba sentada en una mecedora en mi casa. Veía todas las fotos de mis hijos. Apareció Daniela -le decían entonces Dani- tenía tres años. Se apareció con el dibujo de una niña y me pidió que la colocáramos junto a las fotos de la familia. «Esa niña no la conocemos de nada», le dije. «No me gusta cómo le quedan esas coletas». Tardé en entender que era una manera de decirme quién era. Le puse un marco de fotos de Ikea. Ni siquiera viendo ese dibujo durante años fui capaz de entender lo que nos decía a gritos...
 
Era el autorretrato de Daniela. Y sigue en esa misma estantería...
 
No podemos ser amigos
 
La presión social afectó a Dani. Los primeros rechazos... «Y como una ráfaga de viento nos encontramos empezando ya primaria, en el colegio que siempre había soñado, al que habían ido sus tres hermanos. Yo tenía la ilusión de que tuviera un mejor amigo y lo encontró, bueno... se encontraron, ¡estaba tan feliz! Hasta que a final de curso, de hecho el último día de colegio, su amigo le dijo: "No puedo ser tu amigo, si no cambias y eres más bruto, no podemos seguir siendo mejores amigos". He visto llorar a muchos niños, pero nunca con esa pena tan profunda. La primera semana de vacaciones se la pasó jugando al baloncesto, intentando ser todo lo bruto que podía, pero... una semana después se dio por vencido».
 
Hay frases que África trae escritas en la mente, como un manual de estilo para proteger a su pequeña. Pasa de la serenidad al agobio. No sabe realmente cómo enfrentarse a mostrar su vida y la de su hija así. Cancela la entrevista. La retoma. Aspira aire profundamente... Es parte de su querer cambiar el mundo. Acabar con esa «perspectiva moral equivocada» que hace que Daniela sea discriminada. «Es lo que más me duele». Padeció «rechazo y acoso». Lo describe así:
 
«Dani siempre ha sido valiente... Valiente para bajar la cuesta de su colegio a pesar que tenía todos los días un niño que le gritaba: "¡Pareces una niña, maricón!". No hay mediador o defensor del menor que pueda reaccionar mejor, ante un hecho así, como una hermana realmente enfadada... Al final, sus amigas lo acompañaban a la salida y su hermana a la entrada, hasta que llegaba a sitio seguro».
 
Durante la conversación, África se preocupa puntillosamente por los términos correctos para referirse a su hija. Una definición clave es «proceso de transición» desde que se descubre que es una niña con genitales masculinos y la aceptación total del hecho. Y pasa de no salir a la calle a desear vivir. Para eso han pasado múltiples dudas. Primero pensar que es gay, como su tío, el hermano de África.
 
Le contó a él lo que Dani estaba pasando. Y le dijo: «Yo nunca quise ser una chica, ni pensé en que se habían equivocado conmigo. Siempre quise ser lo que soy, un hombre. Creo que tendrías que informarte, hay asociaciones de...». No quiso escuchar más. El hermano le había dicho lo que pasaba en una palabra: transexual. «Pensé que si no hablaba de ello, desaparecería». Pero no.
 
Daniela seguía allí. Queriendo ser una estrella con labios pintados y rímel en los ojos, Alicia [en el País de las Maravillas], Blancanieves, la Bella Durmiente... Una princesa de cuento de hadas.
 
«Un día que fuimos su padre y yo juntos a recoger a Dani al cole, salía exultante, dando saltos de alegría. Tenía algo muy importante que decirnos. Nos metimos en el coche y no pudo aguantarse: "¡Va a ser la semana de los cuentos! ¡El nuestro es Alicia en el País de las Maravillas! ¡Hay que ir disfrazados, y yo voy a ser... Alicia!". Su padre inmediatamente paró el coche, se giró hacia él y le dijo: "¡¡¡Dani tú no eres una niña y nunca lo serás. Tú siempre serás un niño!!!". Un grito de dolor desgarrador inundó el coche y también nuestros corazones».
 
El padre de Daniela, un doctor con estudios en Harvard, tardó en aceptarlo como Daniela. «Su padre tenía el firme propósito de nunca comprar una Barbie, ni nada similar». Y se extrapolaba la idea a todos los juguetes orientados a chicas...
 
-Hasta que se encontraron en la misma juguetería...
 
-Comprando a la Barbie. Él era consciente de lo que pasaba. Es un hombre que tiene mucha fuerza. Es un médico de aspecto muy varonil y que había vivido una educación muy rígida. Le costó, pero, al vencer sus límites, me ha impresionado. Me ha hecho admirarlo más. Tiene que enfrentarse a muchas cosas, a muchos prejuicios.
 
-¿Y los abuelos? Hay un pasaje de su libro donde la abuela, al ver que Dani se hacía vestidos con toallas, dice: «Nos ha salido modisto»... ¿Tomó igual su femineidad el abuelo?
 
-Sí.
-¿A qué se dedica?
-Es militar.
-¿Y lo ha aceptado ?
-Sí. Cuesta entenderlo pero así ha sido. La mayoría que no lo hace es porque no conoce a ningún niño o niña transexual. Es que es tan evidente...
 
Aunque a veces no lo sea tanto. A veces incluso no entiende quien menos te lo esperas... «Encontramos algo que le hacía sentir genial, el ballet, fue nuestra salvación, le ha hecho muy feliz aunque cuando llegó el momento de la función de final de curso no entendió por qué no le habían elegido para ser hada y le había tocado ser cuidador de hadas. Llegué a hablar con su profesor para ver si era posible ponerles alas a los cuidadores pero... no. Aún así, se resignó, su profe le dijo: "No puedes ser un hada porque eres un niño"... se me partía el corazón». El propio profesor de ballet, homosexual, no comprendía.
 
Hay momentos del relato de su vida que impactan por su telúrica honestidad. En las páginas se siente, sin ninguna duda, el dolor de la niña a la que nombraron Daniel y su lucha por ser Daniela. Ese cambio de nombre fue trascendental... Como un amanecer. Pasó así. «¡Mami he tenido una súper idea, espera!», lanzó. «Y en cuestión de menos de un minuto apareció con la concha bautismal que tenía en su cuarto -por ser el último de sus hermanos al que bautizamos- y me dijo: "Mami, si me bautizas ahora con nombre de chica todo se habrá arreglado". Y así lo hice. Se metió conmigo en la bañera y le pregunté: "¿Cómo te llamas?". Y me contestó: "Me llamo Daniela, mamá". La bauticé y ese día durmió tan profundamente...».
 
En el ballet, en el cole...
 
Ya Daniela es Daniela. Para sus amigos. Para su familia... El primer paso era que lo entiendan en su colegio. Que la aceptasen con su ropa de chica, con su cabello largo, que la dejen ser... Pero no fue fácil. «A partir de ese momento ya ha sido Daniela, aunque en el cole de sus sueños no la quieren, les da miedo pensar en tener una alumna con colita y nos ofrecen un colegio de integración en el que sí están preparados para afrontar algo así y que termine el curso en casa, me imagino que por miedo a que pueda contagiar a alguien. En ballet es Daniela, en su escuela extraescolar americana es Daniela, en su clase de música es Daniela, para todos los que la conocemos desde siempre...».
 
Ahora buscan el cambio de nombre oficial en el DNI. La primera instancia perdida y ya han presentado un recurso. Es la siguiente batalla, la judicial. Daniela quiere ser Daniela siempre y en su documentación. Hay ya precedentes que deben ayudar a su caso. Con 10 años, Emma nació como Jorge. Este año un juez aceptó su cambio de nombre en todos sus papeles. «Con 10 años, nos aconsejaron cambiar todo: nombre, ropa, carnés, decirlo en el cole... El juez que nos tocó dictó que Jorge debía llamarse Emma por uso habitual», contaron sus papás a ELMUNDO en julio. Es uno de los siete únicos casos que lo han conseguido en toda España.
 
El jueves, África dio su discurso de presentación de la Fundación Daniela y, también, del relato con la historia de su hija: El libro de Daniela. El fin de su institución: «Potenciar la creación de nuevas redes de profesionales especializados en la intervención con personas transexuales y transgénero». Es decir, ayudar a que ningún otro niño pase a solas lo que vivió Daniela... Esta iniciativa ha logrado que se interesen personajes de la talla del juez Fernando Grande-Marlaska; el consejero de Asuntos Sociales de la Comunidad de Madrid, Jesús Fermosel; Pedro Zerolo; Carla Antonelli...
 
En los agradecimientos del libro de África aparece uno de los mayores expertos en transexualidad infantil, el cirujano Iván Mañero, quien además ha acompañado a los padres de Daniela en este viaje. Analiza para Crónica el proceso clínico a seguir: «Entre los 10 y los 12 años debe comenzar un tratamiento con bloqueadores hormonales». Como éste no está contemplado por la sanidad de Madrid, el coste del mismo -cada tres meses- es de unos 1.000 euros. Todo ello supervisado siempre por un endocrinólogo. «El fin es que no aparezcan los rasgos distintivos de su sexualidad biológica como la barba... que pueden generar un serio trauma», explica Mañero, con la experiencia de ser el cirujano que más intervenciones de cambio de sexo ha realizado en Europa. Supera las 1.500.
 
«Se deben realizar, al menos, hasta los 18 años». Lo que significa un coste de aproximadamente 32.000 euros. A la par, se recomienda una terapia psicológica familiar. «De acuerdo a cómo se produzca el desarrollo de la persona, cuando sea mayor de edad, deberá decidir si realiza el cambio de sexo quirúrgico que, en este caso, implica cirugía para extirpar el pene y los testículos y formar los genitales femeninos a partir de esos tejidos». Dependiendo del proceso seguido anteriormente, se sabrá cuántas operaciones más necesita como, por ejemplo, siliconas en los pechos. El valor final total oscila entre los 40.000 y los 80.000 euros.
 
Inicio y fin del viaje
 
Es el camino que tendrá que vivir Daniela. Uno que inició -quizá-, en este momento, que cuenta su madre: «Fuimos con toda la familia a Disney. No se me quitaba de la cabeza la cara de Dani cuando pasamos por el castillo de la Bella Durmiente y vio un salón de belleza en donde convertían a las niñas en princesas... Después de dar varias vueltas por la tienda escondido detrás de mis piernas, la dependienta se acercó a nosotros, y me dijo: "¿En qué le puedo ayudar". "Estaba buscando un disfraz para una niña de siete años", respondí. "De esa talla no nos queda casi nada. Si viniera usted con la niña podríamos probarle lo que nos queda. A lo mejor el de la Bella Durmiente le quedaría bien", me dice. No sé de dónde saqué fuerzas y le dije: "No hay problema, es para mi hija y está aquí"... La llevó delante de un espejo mágico y le probó el disfraz».
 
Se miraba en ese espejo de fantasía viéndose como era. Como la princesa de cuento que soñaba ser. Por la felicidad de que su mamá, como nunca antes, la llamara «hija».
 
Escrito con el testimonio de la madre y con extractos del libro «El libro de Daniela», de África Pastor Espuch (Ed. Círculo Rojo), ya a la venta.
 
La lucha por un DNI
Sólo siete menores han conseguido cambiar nombre y género -reconociendo su transexualidad- en su DNI en España. Daniela, en primera instancia, no lo ha logrado. Sus padres han presentado un recurso. Lucharán hasta conseguirlo. El precedente de Emma, nacido Jorge, ayudará a Daniela. «El juez que nos tocó dictó que Jorge debía llamarse Emma por uso habitual», contaron en julio, a ELMUNDO, sus padres. A los 18 años la opción de cambiar el documento de identidad sin operarse es factible en España. Se debe probar que se le ha sido diagnosticado «disforia de género». Se conserva, eso sí, el número de carnet.
El coste del cambio
Hormonas. «Entre los 10 y los 12 años debe comenzar un tratamiento con bloqueadores hormonales», nos cuenta el reputado especialista en cambio de sexo, el cirujano plástico Iván Mañero. No esta contemplado por la sanidad de Madrid para menores de edad -sólo en Andalucía- y cuesta 1.000 euros cada tres meses: unos 32.000 euros hasta los 18 años. Operación. «Cuando sea mayor de edad, deberá decidir si realiza el cambio de sexo quirúrgico. Es una de las operaciones más complejas». Intervienen en el proceso: urólogos, psicólogos, psiquiatras, cirujanos plásticos... Valor final total: entre los 40.000 y los 80.000 euros.

lunes, 29 de septiembre de 2014

Choriza sin paliativos

Nuria Roca, popular bloguera, escritora y comunicadora de radio y televisión, tiene cerca de 193.000 seguidores en Twitter, sabe que, dada su condición de cara visible de la esfera mediática, debe ser objetiva y evitar que sus simpatías o antipatías personales contaminen su discurso a la hora de hablar sobre otros personajes públicos. Así lo reconoce al comienzo de la última entrada "Me caes muy mal. Te tengo manía y detesto todo lo que representas." de su blog, titulado Los tacones de Olivia.
Justo después anuncia que va a prescindir de cumplir esta regla no escrita, para, de seguido, descargarse contra la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo. Esta ha sido imputada en dos causas judiciales y, a pesar de ello, continúa con el bastón de mando entre sus manos. Dirigiéndose en segunda persona a la política popular, Roca la llama "choriza sin paliativos" y asegura que "le da vergüenza" y que, aunque ha tenido "la suerte de no conocerla", aún así le provoca "un enorme rechazo".
La que fuera conductora de los espacios televisivos Waku waku, La isla de los famosos o Factor X, entre otros, apunta que Castedo le ha hecho "un daño irreparable a la democracia", al "recluirse" en su despacho, sin "la más mínima intención de dimitir". "Y además señala a sus jefes como cómplices si no son capaces de echarla de su partido con dos imputaciones y con esas grabaciones grotescas con empresarios corruptos", apunta.
Nuria Roca, con una larga trayectoria también en la radio, ha colaborado en los espacios No somos nadie, ¡Anda ya!, Atrévete y, desde enero de 2014, Lo mejor que te puede pasar, se refiere a las imputaciones de Castedo en el caso Brugal y, dentro del mismo, en el referente a la tramitación del Plan Rabassa, y a unas escuchas telefónicas que evidencian la estrecha relación de la política del Partido Popular con el empresario Enrique Ortiz.
Para terminar el texto, Nuria Roca afirma que Castedo "no es una presunta choriza, es una choriza sin paliativos". Luego, expresa su deseo de que haya quedado claro que la política popular le cae muy mal.

Leído en: http://ccaa.elpais.com/ccaa/2014/09/19/valencia/1411144627_493848.html

domingo, 28 de septiembre de 2014

En defensa de Pasqual Maragall: crítica del nacionalismo españolista

En las discusiones, que no pueden dignificarse con el nombre de debate, que están teniendo lugar en España sobre el llamado “problema catalán”, se están haciendo afirmaciones y supuestos que, aun cuando reproducidos constantemente en los mayores medios de información y persuasión españoles, deben cuestionarse. Entre ellos destaca el artículo de José Bono (que fue Presidente de Castilla-La Mancha, candidato a la Secretaría General del PSOE, Ministro de Defensa del gobierno socialista, y Presidente del Congreso de los Diputados), publicado en El País el 14.09.14, en el que, en términos claramente ofensivos, se refiere a Pasqual Maragall (que fue President de la Generalitat de Catalunya y protagonista en el proceso de elaboración del Estatuto aprobado por el Parlament de Catalunya y, más tarde, por las Cortes Españolas) responsabilizándolo indirectamente de la posible ruptura de España.
Veamos algunas de estas afirmaciones y supuestos, que aparecen implícita o explícitamente en este artículo y otros artículos de José Bono, entre otros:
1. Se utiliza continuamente en esta narrativa el término nacionalista, sin más, para definir a los nacionalismos reivindicativos existentes en Catalunya, el País Vasco y Galicia, sin nunca utilizar el término nacionalismo para definir al más poderoso, dominante y excluyente de los existentes en España, que es el nacionalismo españolista (utilizo el termino “españolista” sin ningún intento peyorativo, de la misma manera que se utiliza ampliamente el término de nacionalismo catalanista), que domina el establishment (es decir, la estructura de poder) político y mediático del país basado en la capital del Reino, Madrid (expresión que no tiene ninguna intención peyorativa u ofensiva con la población que vive en Madrid, hacia cuyas clases populares tengo gran simpatía, como señalaré más adelante). Este nacionalismo se extiende en amplios sectores de la población a lo largo del territorio español que consideran que en España hay solo una nación, la española, única e indivisible, cuya unidad, según la Constitución, está garantizada por el Ejército, considerando a esta institución, así como a la Corona, como las máximas garantes de esta unión, que debe mantenerse, incluso si hace falta, por la fuerza, incluyendo la militar.
2. En contra de lo que el nacionalismo españolista indica, ha habido, sin embargo, en la historia de España, durante varios siglos, dos visiones de España: una la españolista, defensora a ultranza de una visión uninacional; y otra con una visión plurinacional, que entiende y ve a España como compuesta por varios pueblos y naciones, unidos voluntariamente y no por la fuerza, que han de tener el derecho a decidir sobre su articulación dentro del Estado español. Esta visión fue brutalmente reprimida durante la dictadura impuesta por el Ejército, y ha continuado discriminada durante el periodo democrático por el establishment político y mediático español.
3. Históricamente, las izquierdas en España apoyaron durante la dictadura y en la clandestinidad esta visión plurinacional de España, como lo demuestra el hecho documentado de que tanto el PSOE como el Partido Comunista defendieran el derecho de autodeterminación (lo que ahora se llama el derecho a decidir) de los distintos pueblos y naciones de España durante la clandestinidad y cuando lucharon heroicamente contra la dictadura. Léanse los documentos del PSOE de la clandestinidad, en fecha tan reciente como 1976, y lo verán.
4. El derecho a decidir no es lo mismo ni es idéntico a la petición de escisión o independencia, distinción que de una manera interesada y manipulada nunca se hace por parte del nacionalismo españolista o por los independentistas catalanes. Naturalmente que el derecho a decidir implica e incluye el derecho a escoger alternativas, una de las cuales puede ser la escisión. Pero no es la única.
5. El derecho a decidir por parte de una nación es el derecho de su población a escoger la manera de articularse y/o relacionarse con el Estado. Lo que vimos en Escocia hace unos días fue el enorme triunfo y victoria del derecho a decidir del pueblo o nación escocesa, lo cual se hizo debido al carácter democrático del gobierno y del Parlamento británicos.
6. El Ejército y la Monarquía vetaron, durante la Transición, que dicha posibilidad –el derecho a decidir- quedara reflejada en la Constitución, tal como indicó uno de los llamados padres de la Constitución, el Profesor Jordi Solé Tura. Este veto fue profundamente antidemocrático, pues ni el Monarca ni el Ejército tenían ninguna representatividad democrática en el momento en el que se iniciaron los pasos hacia la Transición. Fue, por lo tanto, una imposición antidemocrática de las fuerzas que controlaban el Estado dictatorial. Esta imposición de la España uninacional frente a la plurinacional está en la raíz de las tensiones existentes en España, en relación a lo que ofensivamente (reflejando la mentalidad del nacionalismo españolista) se presenta, repito, como el “problema catalán”, cuando en realidad es el problema español, que no se ha resuelto. El intento de Pasqual Maragall era resolverlo.
7. Todas las izquierdas catalanas, incluyendo el PSC, han conservado la visión plurinacional de España, habiendo sido el socialismo catalán, bajo la dirección de Pasqual Maragall, el que lideró el proceso para redefinir España y la relación entre Catalunya y el Estado central español, proyecto que fue aprobado por el Parlament de Catalunya, por las Cortes Españolas (después de lo que ofensivamente se presentó como un “cepillado”) y por el pueblo catalán en referéndum. El Estatuto reconocía el carácter plurinacional de España, definiendo a Catalunya como nación, lo cual, jurídicamente, fue vetado por el Tribunal Constitucional. Ni el Estatuto ni Pasqual Maragall abrían la posibilidad de escisión. Lo que deseaban era el reconocimiento por parte del Estado de la plurinacionalidad de España, lo cual no se consiguió debido al veto de dicho tribunal.
8. Esta redefinición de España como plurinacional creó una enorme animosidad por parte del establishment político y mediático del país, centrado en Madrid, incluyendo gran parte de los barones socialistas, como el mismo José Bono (figura clave en el establishment político y mediático castellano y madrileño), que incluso llegó a exigir que a Maragall se lo expulsara del PSOE (según sus propias declaraciones en El País, 14.09.14), pues, según él, la propuesta de Estatuto aprobada por el Parlament de Catalunya rompía con su concepción de lo que es España. José Bono, una figura muy representativa del establishment castellano, hijo de un miembro de la Falange, ha mostrado a lo largo de su vida política una visión enormemente tolerante con el fascismo y una gran insensibilidad hacia las fuerzas democráticas que lucharon por una España democrática. Prohibió, por ejemplo, que se enarbolara la bandera republicana en las Cortes, en reconocimiento a los republicanos que lucharon por la democracia durante la Guerra Civil, en un acto de reconocimiento a ex presos y represaliados del franquismo y familiares. Y en la celebración de una fiesta nacional puso, como Ministro de Defensa, en el desfile militar a los fascistas que lucharon con las tropas de Hitler en la II Guerra Mundial al lado de las tropas republicanas que lucharon por la libertad de España y de Europa, liberando lugares y ciudades de este continente como, por ejemplo, París, hecho que nunca se celebró en esta España.
9. De este tipo de mentalidad del nacionalismo españolista se deriva otra falsedad: que los que tienen una visión uninacional de España son los auténticos patriotas. Los nacionalismos periféricos son definidos frecuentemente como anti España, como secesionistas que quieren su destrucción. Y consideran a la Corona y al Ejército como los máximos exponentes de tal patriotismo. Se ignora que, en realidad, es fácil de ver en España quién es más patriota, entendiendo por patriota el que muestra una actitud más comprometida con el bienestar de las clases populares, que son la mayoría del pueblo español, y, por lo tanto, de la patria española. España no es una entidad abstracta (sintetizada por la espada y la cruz como su símbolo). España es primordialmente la población que vive en ella. Pues bien, la Corona, el Ejército y, además, la Iglesia, han sido históricamente responsables de que hubiera una dictadura en este país que afectó muy negativamente al bienestar y calidad de vida de las clases populares (como he documentado extensamente en mi libro El Subdesarrollo Social de España. Causas y Consecuencias), sin que los supuestos “súper patriotas” españoles hayan pedido perdón o disculpas al pueblo español por ello. Todo lo contrario, se consideran los súper españoles.
10. Ahora bien, uno de los hechos más importantes hoy en España es precisamente el resurgimiento de la otra España, la España plural, siendo las Marchas de la Dignidad, procedentes de los distintos pueblos y naciones de España, un ejemplo de ello, indicando que el Estado español no les representa. El eslogan del 15-M “no nos representan” es hoy compartido por la mayoría de la ciudadanía en España. Es la España plurinacional la que también expresa un mayor compromiso con el bienestar de las clases populares. La redefinición de España es esencial para conseguir el bienestar social de la población. El mismo Estado que se niega a reconocer la plurinacionalidad de España es el responsable de su enorme retraso social.
11. Lo que está destruyendo a España es el nacionalismo españolista, tan bien reflejado por José Bono. Cuando volví del exilio, hace muchos años, ya indiqué que ese nacionalismo rompería España. Y lo están consiguiendo. Es lógico y predecible que el independentismo esté creciendo en Catalunya debido al dominio de esa visión españolista, que no será capaz, a no ser que sea por la fuerza militar repitiendo nuestra historia, de detener este enorme rechazo que se está dando a lo largo del territorio español.
12. En Barcelona, en la gran manifestación del 11 de septiembre, una de las ovaciones más intensas que se hayan visto en cualquier manifestación fue la respuesta de miles y miles de manifestantes a la presencia y los discursos de trabajadores andaluces, gallegos y madrileños, que vinieron a apoyar el derecho a decidir del pueblo catalán, indicando que la lucha de este pueblo era también su lucha. La ovación alcanzó su máximo nivel cuando el representante de la Marcha de la Dignidad de Madrid dio su apoyo a ese derecho. Era la voz de las clases populares de Madrid, que lucharon hasta el último día contra el fascismo, y a las que el President Companys indicó en su día “Madrileños, Catalunya os ama”. El enorme aplauso y ovación de las miles de personas donde se celebró su presentación muestra que los catalanes allí presentes también aman al Madrid popular que lucha contra el Madrid oficial del establishment que lo ahoga.
13. En Catalunya el secesionismo ha sido históricamente minoritario. El President Companys, el presidente más popular que haya tenido Catalunya, no era secesionista. Era federalista. Pero la intolerancia del nacionalismo españolista está causando que este secesionismo se esté convirtiendo en mayoritario. Hoy, el Estado español, y voces como Bono, están destruyendo España. Pero su fundamentalismo les impide ver lo que es obvio.
Se está abriendo un nuevo escenario en España, donde dos de los principales partidos, Podemos e IU, apoyan el derecho a decidir. Y en el PSOE, la izquierda está presionando para que lo apoye. Hoy se está produciendo un tsunami en Catalunya y en España que el establishment -tan bien representado por José Bono- no entiende ni es capaz de responder a él. Pero las semillas se están plantando, no solo en Catalunya sino en todo el Estado, para crear otra España, una España justa, democrática y plurinacional, donde el derecho a decidir sea una práctica que se realicea todos los niveles en este Estado.

Vicenç NavarroCatedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra
Leído en: http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2014/09/24/en-defensa-de-pasqual-maragall-critica-del-nacionalismo-espanolista/

sábado, 27 de septiembre de 2014

Muere un señor pobre

Muere a los 79 años un señor pobre que no tenía un banco ni un centro comercial y que por lo tanto no hizo nada por España. La prensa y los mercados no muestran ningún tipo de consternación por la noticia.
 
Laudelino De Las Cuevas murió víctima de una insuficiencia cardíaca el pasado Domingo. El español, hijo de no empresarios ni banqueros y nieto de no empresarios ni banqueros, notó un pinchacito en el corazón mientras se encontraba en el sofá de su casa, ahí, sin crear riqueza, por lo que rápidamente no fue ingresado en un hospital de Madrid.
 
La prensa nacional, así como distintas personalidades del mundo de la diplomacia y los negocios, han coincidido en señalar que la muerte de Don Laudelino, heredero de una larga saga de personas normales, les importa una mierda. Uno de los motivos que podrían justificar este hecho es que no le deben dinero a su familia.
 
La vida de De Las Cuevas es una historia de película. Concretamente, de película de Ken Loach. Nacido en una deprimente aldea de Murcia, su curiosidad y ambición pronto le impulsaron a emigrar a la gran ciudad, con la esperanza de cumplir el sueño de convertirse en un hombre rico y poderoso. Empezó desde abajo, trabajando de dependiente en una pequeña sastrería. Allí aprendió los secretos del oficio. Las ventas, las telas, la negociación con los proveedores y, por supuesto, su marca personal, un exquisito trato con el cliente. Tras años de esfuerzo y dedicación, el negocio fue traspasado y sustituido por una hamburguesería. De las Cuevas acabó cazando gatos callejeros para alimentarse.
 
La muerte de Don Laudelino deja un hondo vacío en el salón de la fama de los españoles que no han hecho nada por España porque no son lo suficientemente poderosos para tener a los poderes fácticos cogidos por las pelotas. Un hueco que será rellenado con cualquier otro español no ejemplar, como tú.
Leído en:

viernes, 26 de septiembre de 2014

Gallardón y el largo y frío verano


Una golondrina no hace verano, pero un proyecto de ley sí; al menos eso es lo que debe pensar el Ministro Ruiz Gallardón mientras deshoja las margaritas de su pensil: “Reforma del aborto sí, reforma del aborto no”; “dimisión no, dimisión sí”…
 
El Ministro de Justicia, allá cuando el estío se desvestía de julio, dijo que el proyecto de ley sobre la reforma del aborto se aprobaría antes de que acabara el verano, es cierto que mostró sus dudas sobre cuándo era ese momento, pero no vaciló en situarlo en la referencia estacional, nada de metáforas ni licencias poéticas para referirse al trayecto de su proyecto como una travesía en el desierto.
 
Ahora parece que el verano acaba en marzo, al menos ese es el tiempo que tiene, según algunas informaciones, para que se apruebe el proyecto de ley y poder tramitarlo antes de que finalice la legislatura. Por eso le queda por vivir un “largo y frío verano”, tal y como ha quedado en evidencia cuando tras sus palabras en la sesión de control del 17-9-14, su grupo apenas le ha dado el calor de los aplausos.
 
El Ministro continúa perdido entre lo divino y lo humano, y utiliza la moral que le dicta la fe para imponer a las mujeres una ley que les obliga a ser madres en caso de embarazos no deseados. ¿Qué dios o qué moral puede obligar a ello?…  Sólo quien ve a las mujeres como un instrumento para la maternidad las puede forzar en contra de su voluntad. Ni siquiera el nasciturus, como ha reconocido el Tribunal Constitucional, puede imponer su protección por encima de la madre.
 
Quizás por ello el Ministro juega con uno de los mitos tradicionales sobre las mujeres, ese que afirma que “las mujeres en realidad quieren decir sí cuando dicen no”; y que, por tanto, el problema se resuelve a base de insistencia. Sólo hay que insistir por encima de su voluntad, pues según esa idea, al final se darán cuenta de “lo equivocadas que estaban y de lo feliz que pueden ser en las nuevas circunstancias”.
 
Parece que para el Sr. Gallardón proteger a las mujeres es decidir por ellas, a lo mejor comparte lo de la “superioridad intelectual” que manifestaba su excompañero de Gobierno Arias Cañete, y con su ley busque una norma que permita ejercer ese paternalismo sin problemas. Pero actuar de ese modo, como le han dicho en el Congreso, es “legislar en contra de las mujeres”, pues significa hacerlo en contra de su libertad y de su dignidad. Y también es legislar en contra de los hombres que creemos en los Derechos Humanos, y que queremos la Igualdad como una de las referencias sobre las que articular la convivencia.
 
Por eso  sorprende que nadie, ni su ministerio ni ningún otro, haya planteado la solución al aborto por medio de la prevención de los embarazos no deseados a través de la educación sexual, ni quieran, tampoco, oír hablar de afectividad y sexualidad ni de nada parecido. Para ellos todo queda reducido a “pecado o delito”.
 
Lo que quizás no sepa el Ministro Gallardón es que el último informe global de la OMS sobre el aborto, realizado junto al Guttmacher Institute de Nueva York, concluye que el número de abortos en todo el planeta se ha reducido desde 1995 un 8’7%, y que esa disminución ha sido del 44’1% en Europa. Entre los factores que han facilitado ese descenso está el desarrollo de leyes permisivas con el aborto, puesto que lo que hacen estas normas es abordar el problema de los embarazos no deseados desde una perspectiva integral, no sólo mirando al resultado y quedarse en el “aborto sí, aborto no”.
 
Esa es la razón de que el informe también recoja que las legislaciones restrictivas con el aborto no se acompañan de una disminución del número de abortos, lo único que se modifica  es el lugar y las condiciones donde las mujeres abortan, y las consecuencias de esta inseguridad  sobre la salud de las mujeres. La situación llega a ser tan grave que el 4% de las muertes maternas se producen como consecuencia de abortos (inducidos y espontáneos),  lo cual significa que 70.000 mujeres mueren cada año en el mundo por abortos; una mujer cada 8 minutos.
 
No se puede defender la vida “en abstracto” sin que importe la vida de las mujeres, ni se puede pensar que los abortos disminuirán porque muchos de ellos se hagan clandestinamente o en clínicas de otros países, como ocurría en nuestro país al legislar sobre los supuestos que el Gobierno quiere devolver. Esconder los abortos bajo las alfombras de las estadísticas oficiales no resuelve el problema, además de ser inmoral.
 
Si el Ministro Gallardón y el Gobierno defienden la vida, respetan la libertad de las mujeres y quieren acabar con los abortos, como afirman, lo que tienen que hacer es mantener la actual Ley de Salud Sexual y Reproductiva y de la Interrupción Voluntaria del Embarazo que impulsó la Ministra Bibiana Aído desde el Ministerio de Igualdad, y que hoy tanto apoyo “popular” tiene; y, además, lo que también deben hacer es dotarla de más recursos en toda su amplia parte preventiva.
 
El primer año de dicha norma, sin apenas  medios para poder desarrollarla adecuadamente, ha supuesto una disminución del 5% de abortos. Eso es defender la vida y respetar a las mujeres, y con ello defender la convivencia bajo la libertad y buscar una sociedad mejor para hombres y mujeres.
 

jueves, 11 de septiembre de 2014

50 sombras de Luisi


Salgo de musicoterapia y voy a tomar algo con las amigas. Con todas menos con Reme, que le ha dado la ciática en la conga y se ha marchado a casa. Vamos a un sitio nuevo que conoce Virtudes que por dos euros te ponen una caña y un pincho así de grande, que con un par ya has cenado.

Allí la Marce nos cuenta que se está leyendo el libro ese de darse azotes. Por lo visto es de un señor rico que coge a una chica jovencita y en vez de darle besos y hacerle arrumacos la toma por una piñata y la escaralla. Es lo que se lleva ahora en el sexo. Claro que a ella le debe gustar porque vuelve a por más, como la gata flora, que si se la metes grita y si se la sacas llora.

El caso es que de camino a casa no dejo de darle vueltas al tema y me sorprendo a mí misma pensando en hacer algo parecido con Manolo, que es lo que tengo disponible. No es que a mí me guste que en la cama me traten como a una yegua, pero a lo mejor así resucitamos nuestra vida sexual, que lleva muerta desde que empezó a tener más tetas él que yo.

Llego a casa y me doy una ducha de las esmeradas, poniendo especial énfasis en frotar el peluche y aledaños, que quede apetitoso. Luego voy al salón en ropa interior, apoyo una mano en el marco de la puerta y le digo a la cosa esa que hay despatarrada en el sofá que me acompañe a la habitación.

Él no entiende nada pero obedece, por no discutir y porque el tema pinta retozón, que no acostumbra. Así que se pone en marcha y cuando pasa junto a mí le suelto un manotazo en el culo y un “que te como, pirata”. Crece su extrañeza.

- Luisi, ¿has bebido?
- Calla, señor Bermúdez, y tira que te voy a dar la paga -. Le doy otro azote mientras avanzo detrás de él.

Manolo en estas cuestiones muy exquisito no se pone. Cuando cruzo el pasillo y le doy alcance, él ya está con los calzones por los tobillos diciendo “rápido, que empieza el Pasapalabra”. Pero no le hago caso. Hoy no va a ser el “aquí te pillo, aquí te mancillo” de siempre.

Le digo que se tumbe boca abajo y pienso. Necesito un látigo, que es muy erótico, que me lo ha dicho la Marce, pero en casa no tengo de eso así que cojo un cinturón, uno con la hebilla de golfi. Así, en bragas y con un antifaz de cotillón, le arreo un latigazo en la espalda. Manolo se caga en mis bisabuelos, en mi gazpacho y en el ministro de hacienda.

Hay que pensar otra cosa porque la dominación con latigazos no ha dado los resultados esperados. Manolo sigue retorciéndose intentando que la mano le alcance la zona donde le he atizado para aliviarse el escozor. Así que ahora me tumbo yo en la cama y le pido que me dé azotitos. A la segunda hostia que me suelta en el culo con la manaza abierta, que la tiene como una peineta de berenjenas, estoy empotrada contra el cabecero de forja toledana. Esto parece un rodeo americano. Así tampoco.

- Te voy a estimular el punto ge - le digo con sensualidad, pasándome la lengua por los labios. Quizás haya exagerado un poquito el matiz sexy y haya parecido una vaca bebiendo, pero bueno, ya está hecho.
- Eso - dice él -. Bájate a los columpios que tengo la mazorca a punto de hacer palomitas.

Para mí que este no se ha enterado muy bien de lo que le voy a hacer. Me humedezco un dedo con saliva y le pongo la banderilla. Manolo clava las uñas en las sábanas, aprieta los dientes y su voz se vuelve aguda. Su cara ahora mismo es como dos huevos fritos con labios.

- Hiiiiiija de puta…

Saco el dedo deprisa. Ya no sé ni por qué sombra voy, pero a las cincuenta me da a mí que no llegamos. Voy a pasar al erotismo verbal. Esto no puede fallar porque lo he visto en un montón de películas españolas y siempre funciona.

- Manolo, dime cosas feas
- Guarrilla
- Eso es
- Putita
- Así, sigue, dime más
- Cotilla, histérica, eres como tu madre, todo el día tocando los cojo…
- Pero qué hablas, borracho
- Yo a esa señora no la quiero más aquí en Nochebuena
- Mira, Manolo, mi madre vendrá a esta casa cuando ella quiera. No empecemos otra vez con lo mismo, te lo pido por favor.
- Bueno, pero hay mandanga o no hay mandanga
- Ya por no oírte, hijo mío
- Venga, ponte boca arriba, a ver si me da tiempo de ver el rosco, que hay casi un millón de bote
- ¿Ya estás dentro?
- Qué hija de pu... eres

martes, 9 de septiembre de 2014

A los fabricantes de bragas

Un artículo muy gracioso...
 
El mundo textil de la ropa interior lleva años jugándonosla a todas las vaders y afines. Nosotras, acostumbradas a sufrir en silencio y a esconder nuestras vergüenzas como si no existieran, estamos hartas de soportar la incompetencia de los fabricantes de bragas quienes, según hemos constatado, desconocen por completo las necesidades de los usuarios.
 
Las bragas presentan errores elementales de diseño que hacen que su funcionalidad se vea limitada. Desafortunadamente, el público al que se destinan estos productos está acostumbrado a manejar dispositivos bien repletos de defectos de serie, bien implantados específicamente para que impere la incomodidad y, por qué no decirlo, el sufrimiento en su sentido más amplio (tacones, tangas, cera caliente, hijos…). Con esta premisa es fácil comprender que los usuarios de bragas apenas protesten por la ineficacia de su detalle más importante: el chochero (sí; la calle ha hablado y parece ser que se llama así).
 
El chochero es una capa extra de tela superpuesta. Su principal función consiste en asegurar que el área de impacto de diversos fluidos queda reforzada. De este modo el flujo vaginal, por ejemplo, difícilmente ha de traspasar hasta incidir con el pantalón, lo que debería dotar a la usuaria de gran autonomía.
 
(1) Área de impacto de fluidos
Sin embargo, las prestaciones del chochero no son todo lo satisfactorias que debieran. Su optimización sería  mejorable si alguien se molestara en configurar una adecuada ubicación del mismo.
 
Como vemos en esta imagen tan ilustrativa, el área de impacto de fluidos queda totalmente externa al chochero, limitando sus posibilidades en ciertas situaciones. Un par de centímetros más de tela serían suficientes para conseguir un acabado perfecto del refuerzo. El diseño tradicional, tal y como viene fabricándose, lo vemos más dirigido a jóvenes o entornos de uso muy específicos.
Nos vemos obligadas a citar como ejemplo representativo el bochornoso caso del salvaslip, cuya forma y tamaño son muy similares al del chochero. Es fácil llegar a la conclusión de que el salvaslip no es más que otro refuerzo extra de ayuda al chochero y parecería lógico pensar que debe adherirse justo encima de éste. Bien, pues resulta que no. El salvaslip ha de colocarse por delante del chochero, asegurándonos de que cubre el área de impacto marcada en la imagen anterior. Que una adecuada colocación del salvaslip consista en burlar los límites del chochero, representa la prueba irrefutable de que existe un terrible error de diseño de nuestras bragas.
Por tanto, queridos fabricantes de bragas: EL CHICHI ESTÁ MÁS ARRIBA, entérense de una vez.
Por Mara Jade Garland

lunes, 8 de septiembre de 2014

Cara de cabrones

Según un estudio de la Universidad de Oxford, publicado en la revista “Plos Biology”, el “estatus social” cambia el cerebro de los primates. Con este axioma hacen referencia a conexiones neuronales fisiológicas específicas que determinan morfológicamente el desarrollo de determinadas áreas del cerebro, según en qué peldaño social se encuentre el simio.
 
Pero la verdad, es que el “descubrimiento” en sí se me antoja poco novedoso dada la historia evolutiva del ser humano. Se supone que nos hemos ido irguiendo a medida que hemos descendido de los árboles, y nuestras manos y dedos se han ido especializando con el desarrollo de las herramientas. No sabemos qué modificaciones genéticas vendrán de la mano del uso omnipresente de la tecnología y del desarrollo de la era digital que nos envuelve, pero la pinta que tiene la cosa anticipa un único dedo en cada mano para desplazarse por la pantalla táctil.
 
Ahora, lo que ante todo tengo claro es que si el estatus social cambia el cerebro en los primates, lo que cambia y determina de cuajo es el desarrollo de la vida de las personas. Y si no lo ven así, consulten toda la literatura política e histórica ligada a la lucha de clases, al continuo desequilibrio en que se sustenta la historia de la humanidad.
 
Está claro que si te nacen en el África subsahariana el modo de buscarse la vida no será para nada comparable a si te nacen en Londres, de la misma manera que no tendrá nada que ver nacer en el entorno de una familia desahuciada por el banco en Vallecas, que nacer en el palacio de la Zarzuela con toda la sopa boba por delante.
 
Y es que los nacidos en el entorno del poder, rara vez quieren soltarlo, y mucho menos compartirlo o democratizarlo. Eso no les cambia el cerebro, sino la cara: todos tienen cara de cabrones.
 
Jesús H. Cifuentes, cantante de Celtas Cortos

domingo, 7 de septiembre de 2014

¿Qué debe saber un niño de 4 años?

Hace poco, en un foro sobre la educación de los hijos, leí una entrada de una madre preocupada porque sus hijos, de cuatro años y año y medio, no sabían lo suficiente. "¿Qué debe saber un niño de cuatro años?", preguntaba.
 
respuestas que leí me llamaron mucho la atención. Una madre indicaba una lista de todas las cosas que sabía su hijo. Contar hasta 100, los planetas, escribir su nombre y apellido, y así sucesivamente. Otras presumían de que sus hijos sabían muchas más cosas, incluso los de tres años. Algunas incluían enlaces a páginas con listas de lo que debe saber un niño a cada edad. Solo unas pocas decían que cada niño se desarrolla a su propio ritmo y que no hay que preocuparse.
 
Pensé que probablemente la respuesta de esas mujeres a una madre angustiada fuera añadirle más preocupación. Somos una cultura tan competitiva que hasta nuestros niños en edad preescolar se han convertido en trofeos de los que presumir. Pero atención!!! La infancia no debe ser una carrera que arroja por resultado niños ganadores y niños perdedores.
 
Alicia Bayer, una mujer norteamericana que se interesa por los temas de infancia y educación, hace una lista de aquellas cosas importantes que debe saber un niño/a de 4 años. Me pareció hermosa y la comparto:
1.Debe saber que lo quieren por completo, incondicionalmente y en todo momento.
2. Debe saber que está a salvo y además cómo mantenerse a salvo en lugares públicos, con otra gente y en distintas situaciones. Debe saber que tiene que fiarse de su instinto cuando conozca a alguien y que nunca tiene que hacer algo que no le parezca apropiado, se lo pida quien se lo pida. Debe conocer sus derechos y que su familia siempre lo va a apoyar.
3. Debe saber reír y utilizar su imaginación. Debe saber que nunca pasa nada por pintar el cielo de color naranja o dibujar gatos con seis patas.
4. Debe saber lo que le gusta y tener la seguridad de que se le va a dejar dedicarse a ello. Si no le apetece nada aprender los números, sus padres tienen que darse cuenta de que ya los aprenderá, casi sin querer, y dejar que en cambio se dedique a las naves espaciales, los dinosaurios, a dibujar o a jugar en el barro.
5. Debe saber que el mundo es mágico y él también. Debe saber que es fantástico, listo, creativo, compasivo y maravilloso. Debe saber que pasar el día al aire libre haciendo collares de flores, pasteles de barro y casitas de cuentos de hadas es tan importante como aprender los números. Mejor dicho, mucho más.
 
PERO MÁS IMPORTANTE ES LO QUE DEBEN SABER LOS PADRES:
1.Que cada niño aprende a andar, hablar, leer y hacer cálculos a su propio ritmo, y que eso no influye en absoluto en cómo de bien ande, hable, lea o haga cálculos después.
2. Que el factor que más influye en el buen rendimiento académico y las buenas notas en el futuro no son los manuales, ni las guarderías elegantes, ni los juguetes caros, sino que mamá o papá dediquen un rato cada día o cada noche (o ambos) a compartir momentos de juego, lectura, dibujos y risas con sus hijos.
3. Que ser el niño más listo o más estudioso de la clase nunca ha significado ser el más feliz. Estamos tan obsesionados por tratar de dar a nuestros hijos todas las "ventajas" que lo que les estamos dando son unas vidas tan pluriempleadas y llenas de tensión como las nuestras. Una de las mejores cosas que podemos ofrecer a nuestros hijos es una niñez sencilla y despreocupada.
4. Que nuestros niños merecen vivir rodeados de libros, naturaleza, utensilios artísticos y, lo más importante, libertad para explorarlos. La mayoría de nosotros podríamos deshacernos del 90% de los juguetes de nuestros hijos y no los echarían de menos, pero algunos son importantes: juguetes creativos como los LEGO y los de encastre, una buena cantidad de témperas y plastilinas, los instrumentos musicales, los disfraces, y libros y más libros. Necesitan libertad para explorar con estas y otras cosas, amasar pan y ponerlo todo perdido, usar pintura, plastilina y purpurina en la mesa de la cocina mientras hacemos la cena aunque lo salpiquen todo, tener un rincón en el jardín en que puedan arrancar la hierba y hacer un cajón de barro.
5. Que nuestros hijos necesitan tenernos más. Hemos aprendido tan bien eso de que necesitamos cuidar de nosotros mismos que algunos lo usamos como excusa para que otros cuiden de nuestros hijos. Claro que todos necesitamos tiempo para un baño tranquilo, ver a los amigos, un rato para despejar la cabeza y, de vez en cuando, algo de vida aparte de los hijos. Pero vivimos en una época en la que las revistas para padres recomiendan que tratemos de dedicar 10 minutos diarios a cada hijo y prever un sábado al mes dedicado a la familia. ¡Qué horror! Nuestros hijos necesitan la Nintendo, los ordenadores, las actividades extraescolares, las clases de ballet, fútbol e inglés mucho menos de lo que nos necesitan a NOSOTROS. Necesitan a unos padres que se sienten a escuchar su relato de lo que han hecho durante el día, unas madres que se sienten a hacer manualidades con ellos, padres y madres que les lean cuentos y hagan tonterías con ellos. Necesitan que demos paseos con ellos en las noches de primavera sin importarnos que el pequeñajo vaya a 150 metros por hora. Tienen derecho a ayudarnos a hacer la cena aunque tardemos el doble y trabajemos el doble. Tienen derecho a saber que para nosotros son una prioridad y que nos encanta verdaderamente estar con ellos.
 

sábado, 6 de septiembre de 2014

¿Alcaldes elegidos por votación directa? Luces cortas

Se empieza rompiendo una costura y se acaba descosiendo el traje entero. Ese es el gran peligro de la reforma que pretende imponer el PP para que en los ayuntamientos gobierne el candidato de la lista más votada, una operación de luces cortas que, además –como ocurre con todas las medidas que se adoptan por intereses coyunturales– con el tiempo puede acabar volviéndose en contra del partido que la promueve.
 
El sistema vigente establecido por la Ley Orgánica de Régimen Local forma parte de un modelo electoral homogéneo y coherente: proporcional corregido, con elección del primer gobernante a través de las cámaras colectivas que son el Congreso de los Diputados, los Parlamentos regionales y los plenos municipales, identificados como las sedes de la soberanía popular. Si ni el presidente del Gobierno ni los presidentes autonómicos son elegidos por votación directa de los ciudadanos –lo que entrañaría pasar del modelo constitucional parlamentario a un modelo presidencialista, inviable en un régimen en el que la Jefatura del Estado corresponde al Rey–, ¿por qué han de serlo los alcaldes?
Ninguno de los argumentos esgrimidos a favor tiene peso suficiente frente a las contraindicaciones de un cambio de esta naturaleza y calado, no digamos a nueve meses de las elecciones en las que pretende aplicarse. No facilita el acercamiento entre gobernantes y gobernados porque estos demandan más participación y el ágora son los plenos municipales. No favorece la transparencia porque al aumentar su autoridad también diluye el control sobre la gestión de los alcaldes, pese a estar archiprobado que gran parte de la corrupción ha estado en gran medida asociada a las políticas urbanísticas municipales.
 
Tampoco facilita la gobernabilidad, sino que fomenta el caciquismo o caudillismo local. No contribuye a reforzar el ayuntamiento como “institución destinada a proporcionar servicios a los ciudadanos” porque la Ley de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local ya les pasó la tijera. Y, a la vista de cómo el PP ejerce su mayoría absoluta parlamentaria –no muy distinta de la forma en que la aplicaron otros cuando la tuvieron–, sería un golpe mortal para un pluralismo político que no sea meramente formal.
 
Fragmentación ‘versus’ soledad
 
El PP presenta su iniciativa envuelta en el lazo de la exigencia ciudadana de más y mejor democracia, pero la democracia directa no es per se ni más ni mejor democracia que la representativa. Cuando Javier Arenas emplaza al PSOE a presentar una “propuesta más democrática”, sólo introduce confusión para ocultar un cálculo partidista: las diversas estimaciones publicadas varían algo en las cuentas, pero coinciden en que el PP sería, ahora, el gran beneficiado de esa reforma legal, asegurándose el gobierno de entre cuarenta y cincuenta grandes ciudades, y arrebatando al PSOE sus dos buques insignias: Vigo y Zaragoza. Y la realidad es que el 90% de las principales ciudades ya tienen como alcalde al candidato de la lista más votada.
La cultura de los pactos municipales, que ahora trata de romper el PP, se remonta a los primeros comicios locales, celebrados en 1979. Fueron la placenta para el crecimiento y consolidación del PSOE como alternativa de gobierno, lo que no puede extrañar si se repara en su tradición municipalista –una concejalía en el Ayuntamiento de Madrid fue el primer cargo público del partido–.
 
Si la izquierda española arrastra un problema de fragmentación, la derecha lo tiene de soledad. Al argumentario del PP le pasa lo que ocurre cuando la sábana no alcanza para cubrir los pies. Mire hacia donde mire, le quedan pocos con los que poder pactar, y esos pocos, como puede ser UPyD en ciudades como Madrid o Valencia, no le resultan de fiar. Pero la maniobra para perjudicar a su rival directo entraña un “daño colateral” –expresión jurídica de origen militar– al otorgar un plus a formaciones de corte radical con fuerte asentamiento territorial, como Bildu en el País Vasco y ERC en Cataluña.
 
Si el PP no planteara esta reforma con las luces cortas, repararía en que las minorías de ayer son las mayorías de hoy y las mayorías de hoy pueden ser las minorías de mañana. Y, además, tendría en cuenta que, por querer cortocircuitar los pactos municipales, puede alentar los acuerdos regionales en las elecciones autonómicas, que se celebrarán simultáneamente en la primavera del año próximo. Pero el PP sabe que, aunque los presidentes autonómicos actúen o quieran actuar como barones, el cimiento de los partidos españoles está en los municipios. Ahí es donde el PSOE empezó a hundirse en el pozo, en mayo de 2011, y ahí es donde el PP intenta que siga. Pero, a veces, la soga preparada para el al adversario se enreda ahorcando a quien la maneja.
 
Gonzalo López Alba para El Confidencial

viernes, 5 de septiembre de 2014

De playas, celulitis y gaznápiros

Me pregunto cuántas niñas, adolescentes, jóvenes y señoras habrá ahora mismo en una playa sufriendo por su cuerpo

Escribo este artículo en mitad de agosto. Desde la ventana del lugar donde tecleo, veo muy a lo lejos la línea amarilla de una playa que, aunque ahora resulta casi indistinguible, sé que está llena de gente. Y me pregunto cuántas niñas,...
adolescentes, jóvenes y señoras habrá ahora mismo en esa playa sufriendo de una manera u otra por su cuerpo; pensando que están gordas; que se les ven hoyos de celulitis en las nalgas; que les retiemblan demasiado los brazos; que la barriga les impide ponerse biquinis; que no tienen pecho suficiente; que tienen demasiado pecho; que sus rodillas son demasiado gruesas; que sus rodillas son demasiado picudas; que carecen de espaldas y parecen una pera; que sus espaldas son anchísimas y parecen un jugador de rugby; que su horrible cabello es tan fino y tieso que no pueden hacer nada con él; que su horrible cabello es tan grueso y rizado que no hay manera de sacarle partido. En fin, la lista de pequeños accidentes físicos, de supuestas catástrofes corporales con las que puede obsesionarse una mujer es infinita.

La mayoría cree que se preocupan tanto por los michelines a causa de los hombres, para gustar a los hombres, porque los hombres no van a quererlas si no son perfectas. Pero están equivocadísimas, porque, en general, los varones normales no tienen esa maniática fijación con las menudencias del cuerpo. Van más a la masa, a lo sustancial; a la suavidad de la piel, al calor y la química, como es natural en los animales que también somos. Vamos, que la inmensa mayoría de los hombres ni se han fijado en esos dos malditos hoyitos de celulitis que tienes y que te impiden estar a gusto en la playa. Por eso muchas mujeres no se ponen en traje de baño, o desarrollan unas estrategias complicadísimas de pareos, falditas, pañuelos, pantalones cortos, camisolas. Creo que algunas hasta serían felices bañándose con burka.

Somos nuestras mayores tiranas, y a menudo también las mayores tiranas de las demás mujeres. Porque no sólo nos contemplamos a nosotras mismas con ojos que, más que de rayos X, son de resonancia magnética con contraste, sino que también solemos aplicar esa mirada implacable, deformada, microscópica y patológica a las pobres prójimas con las que nos cruzamos, y siempre con afán comparativo: “Pues esa tiene las caderas más anchas que yo y mira los pantalones tan apretados que lleva… A esa, en cambio, se le ven unos brazos estupendos, es mayor que yo y los tiene más firmes”. Y así de loquinarias vamos todo el día, unas más y otras menos, pero todas cayendo alguna vez en la tontería. La mujer que no haya mirado de reojillo alguna vez la silueta de otra mujer comparándola con la propia que tire la primera piedra.

¿Y por qué nos sucede esta desgracia? Pues no porque seamos idiotas, desde luego (véase a esa maravillosa iraní de 37 años, Maryam Mirzakhani, que acaba de recibir la medalla Fields, que es como el Nobel de las matemáticas), sino porque, en efecto, existe una delirante y enferma convención social que impone un modelo de mujer imposible. Chicas anoréxicas y bellezas perfectas nacidas del Photoshop. Y lo peor de todo es que nosotras nos tomamos esos modelos como un mandato divino, mientras que los hombres, que desde luego contribuyen a crear la presión, luego no se toman tan en serio la existencia de estas ninfas. Me parece que no terminan de considerarlas reales (con razón: no lo son) e incluso he podido comprobar más de una vez que, cuando una mujer es muy bella, los hombres suelen asustarse.

De modo que, en la intimidad, creo que los varones nos aceptan más de lo que nos aceptamos nosotras mismas; pero lo malo es que, socialmente, los prejuicios sexistas siguen funcionando de manera feroz y todo el rato se nos mide por lo físico, como si fuéramos terneras en una feria de ganado. Y así, se habla de la apariencia y de la guapeza de las ministras (de los ministros, normalmente horrorosos, nunca se dice nada), o, de repente, llega un nuevo fichaje al Real Madrid, James Rodríguez, y en Twitter se dedican a meterse con su mujer, la colombiana Daniela Ospina, antigua jugadora de voleibol, atlética y divina, y a decir que es fea. Qué mísero, qué estúpido. Me gustaría ver a los energúmenos que escribieron esos mensajes: me gustaría ver sus tripas cerveceras, sus piernas torcidas, sus culos escurridos y sus espaldas peludas. Porque esa es otra: a la mayoría de los hombres parece importarles un pimiento su propia apariencia. A esos sí que los ves en la playa tan tranquilos, paticortos, culibajos y con unos barrigones que dan miedo, paseando tan orondos por la orilla. Chicas, menos obsesionarnos con nuestra celulitis y más exigirles a esos gaznápiros que hagan un poco de ejercicio.
 
Rosa Montero